Ucrania en Llamas y la Tregua de Putin: Una Farsa en Medio de la Devastación
Mientras Rusia ataca a civiles, el Kremlin proclama una tregua de 72 horas. ¿Estrategia diplomática o manipulación para engañar a Estados Unidos?
Una 'tregua' teñida de sangre
En plena madrugada, mientras muchas familias dormían, una andanada de drones rusos sacudió zonas residenciales en Ucrania. El resultado: una niña de 12 años muerta y varios heridos, entre ellos un pequeño de apenas seis. A esta tragedia se suma el ataque a Járkiv, la segunda ciudad más grande del país, con más de 50 explosivos lanzados en una sola noche. Todo esto sucede paradójicamente luego de que el presidente ruso Vladimir Putin anunciara una tregua unilateral de 72 horas en el contexto del Día de la Victoria, del 8 al 10 de mayo.
La respuesta de las autoridades ucranianas no se hizo esperar: calificaron la tregua como una maniobra para “engañar a Estados Unidos” y ganar oxígeno militar en la línea de frente del conflicto, que se ha extendido ya por más de tres años desde la invasión a gran escala en 2022.
¿Qué celebra Rusia el 9 de mayo?
El Día de la Victoria tiene un peso simbólico enorme en Rusia. Conmemora el triunfo soviético sobre la Alemania nazi en 1945. Cada año se celebra con un elaborado desfile militar en la Plaza Roja de Moscú y es uno de los eventos más nacionalistas del calendario ruso.
Este año, la efeméride adquiere un doble significado. Por un lado, resalta el relato interno del Kremlin que busca retratar la invasión a Ucrania como una “desnazificación” —una narrativa ampliamente desmentida por organismos internacionales— y, por otro, sirve como escaparate diplomático frente a delegaciones extranjeras que asistirán al evento en Moscú.
Un alto al fuego con condiciones unilaterales
Putin anunció el lunes una “tregua temporal” pero sin mecanismos de verificación claros. La suspensión de hostilidades propuesta no ha sido acompañada de ninguna garantía internacional ni de un consenso con la parte ucraniana. En palabras de Volodymyr Zelenskyy, presidente de Ucrania, se necesita “un cese inmediato, completo e incondicional por al menos 30 días” para que la comunidad internacional pueda considerarlo una tregua legítima.
Mientras tanto, el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrii Yermak, señaló: “Putin puede dar la orden de parar, pero no lo hace porque pretende engañar a todos”.
La sombra de Washington
Estados Unidos, con un rol pivotal en la asistencia militar a Ucrania, había propuesto un alto al fuego de 30 días. Sin embargo, Moscú rechazó esta propuesta, exigiendo condiciones que, en la práctica, abortan cualquier posibilidad de implementación.
La presión sobre Donald Trump, quien ha mostrado interés en mediar un fin del conflicto, va en aumento. No obstante, el expresidente ha manifestado razones para desconfiar de la sinceridad rusa. “Dudo que Putin quiera realmente negociar la paz”, afirmó recientemente.
No hay paz mientras caen bombas
Durante la semana anterior al anuncio de la tregua, Rusia lanzó más de 150 drones contra territorio ucraniano, una muestra clara de que las intenciones militares siguen en marcha. Según el Institute for the Study of War con sede en Washington, la solicitud de tregua busca evitar la vergüenza de recibir ataques ucranianos durante el Día de la Victoria, lo que podría convertirse en un revés político frente a la comunidad internacional.
Los analistas apuntan, además, que un cese de fuego estratégico beneficiaría sobre todo a las fuerzas rusas, que podrían reagruparse y reforzarse durante esos tres días.
¿Qué hay detrás del silencio del Kremlin?
Desde el Kremlin, el portavoz Dmitry Peskov acusó a Ucrania de manipular la situación al no “responder adecuadamente” al gesto de Putin. “No dar una respuesta directa a la iniciativa del presidente es, más bien, una manipulación en sí misma”, dijo a periodistas.
Estas declaraciones, no obstante, se dan en un contexto de violencia continua contra la población civil, lo que refuerza la percepción de que el alto al fuego es más simbólico que práctico.
La vida bajo las bombas: víctimas inocentes
El ataque más reciente a la región de Dnipropetrovsk causó la muerte de una menor y heridas a otras tres personas. El impacto de estas agresiones en la población es devastador, y muestra la desconexión entre las declaraciones diplomáticas y la realidad en el terreno.
En Kyiv, además, los escombros de un dron interceptado provocaron incendios en zonas habitadas, sumando tensión a cada noche. Este tipo de ataques son una constante, con más de 13.000 civiles muertos desde el inicio de la guerra, según cifras de la ONU.
El discurso de la manipulación
Putin ha jugado con la narrativa de la guerra desde sus inicios. Primero como una “operación militar especial”, luego como un deber patrio, ahora como una pausa en nombre del recuerdo histórico. Cada cambio de discurso es una nueva oportunidad para manipular tanto a su población como a la comunidad internacional.
Esta retórica ha sido criticada por líderes occidentales. Zelenskyy resume la situación con claridad: “Rusia manipula al mundo, tratando de engañar a Estados Unidos”, dijo en un discurso nocturno.
¿Qué sigue?
El futuro es incierto. Mientras los ucranianos siguen viviendo bajo el terror de los ataques constantes, el Kremlin busca una tregua simbólica sin compromiso real. La tensión entre los intereses geopolíticos, la diplomacia fallida y la cruda realidad en las calles de Ucrania sigue aumentando.
Y aunque algunas voces diplomáticas insistan en buscar acuerdos temporales, queda claro que sin una vigilancia efectiva y un cumplimiento multilateral, anuncios como el de Putin son vistos poco más que como una farsa propagandística.
Lo que millones de ucranianos necesitan no es una tregua de 72 horas entre desfiles militares, sino una paz duradera, segura y justa. Una paz que no llega mientras las bombas siguen cayendo.