Tragedias en Waupun: ¿Cómo se convirtió la prisión más antigua de Wisconsin en un emblema del abandono carcelario?
Siete muertes desde 2023, condiciones inhumanas y negligencia institucional: la oscura realidad del sistema penitenciario estadounidense expuesta en el corazón de Wisconsin
Una prisión centenaria envuelta en escándalo
Desde su apertura en 1854, la Waupun Correctional Institution fue parte del tejido institucional de Wisconsin, con su imponente arquitectura de piedra y torres de vigilancia que evocan una fortaleza medieval. Sin embargo, lo que una vez simbolizó orden y justicia, hoy representa abandono, negligencia y, para muchos reclusos, una sentencia de muerte sin juicio.
Un patrón de muerte: siete vidas truncadas desde 2023
Entre 2023 y 2024, siete personas privadas de libertad murieron bajo circunstancias inquietantes en Waupun. A primera vista, los números parecen inconexos: un suicidio, una sobredosis de fentanilo, otros casos bajo investigación. Pero al profundizar, surge un patrón de responsabilidad evadida y política penitenciaria fallida.
Uno de los casos más perturbadores es el de Cameron Williams, quien murió de un derrame cerebral en octubre de 2023. Su cuerpo fue descubierto al menos 12 horas después del deceso. Tres días antes, había pedido ayuda médica específica y, aun así, nada ocurrió. El día previo, cayó en la ducha y tuvo que arrastrarse de nuevo a su celda. Los registros muestran que ninguna de estas caídas fue documentada ni atendida.
Donald Maier: una historia de desatención médica extrema
En febrero de 2024, Donald Maier murió por desnutrición y deshidratación. Con severos problemas de salud mental, llevaba al menos ocho días sin medicación. Testimonios de otros presos aseguran que tras un incidente en el que inundó su celda, los guardias le cortaron el acceso al agua. Aunque las autoridades afirmaron que habían restablecido el suministro, también admitieron que nadie le informó a Maier, ni se le ofreció comida durante los últimos cuatro días de su vida.
Condiciones inhumanas y silencio institucional
Estos no son incidentes aislados. La prisión está bajo investigación federal por contrabando interno, incluyendo un caso de un ex trabajador que introducía celulares y drogas a cambio de dinero. Varios reos han iniciado demandas colectivas por “condiciones inhumanas” y grave falta de atención médica adecuada.
“Estamos viendo el colapso de un sistema ya débil”, señala Patricia Harper, ex socióloga penitenciaria. “Las prisiones modernas deben ofrecer condiciones mínimas para garantizar que las penas privativas de libertad no deriven en tortura.”
Negligencia con nombre y cargo
El antiguo director del penal,
“Decir que es ofensivo es quedarse corto”, declaró Benjamin Lawson, abogado de derechos civiles. “Dos muertes por negligencia institucional no deberían tener menos peso legal que una infracción de tránsito.”
Ocho miembros del equipo de Hepp también enfrentan cargos. A uno se le redujeron, otro fue multado con $250 por una violación menor, y seis aún esperan juicio.
Un penal marcado por el abandono
El propio Hepp, durante las investigaciones, admitió que no creía que el personal leyera las políticas que se les enviaban por correo electrónico. También afirmó con total naturalidad: “Ninguna prisión en Estados Unidos documenta cada comida que recibe un interno”.
Estas declaraciones, lejos de ser una defensa, ilustran la cultura de desidia institucional. Waupun tiene capacidad para unos 1.700 internos y desde hace años existen múltiples propuestas para cerrarla. Incluso así, el gobernador demócrata Tony Evers ha rechazado su clausura.
“Cerrar una prisión sin reformar el sistema es mero maquillaje político”, dijo Evers en una conferencia de prensa en marzo. “Pero tampoco podemos seguir normalizando lo inaceptable.”
Estados Unidos y las prisiones como negocio y castigo
El caso expone problemáticas más amplias dentro del sistema carcelario estadounidense:
- El país con más presos por habitante del mundo: Estados Unidos tiene más de 2 millones de personas en prisión o detenidas (Bureau of Justice Statistics, 2023).
- Privatización y abandono: muchas cárceles operan con fines lucrativos.
- Alta población con enfermedades mentales: se estima que alrededor del 37% de los internos presentan algún tipo de enfermedad psiquiátrica, pero solo el 15% recibe tratamiento efectivo (National Alliance on Mental Illness).
“Se usa la cárcel como depósito de los problemas sociales: salud mental, drogadicción, pobreza extrema. Pero sin recursos, se convierte en un infierno invisible”, denunció Suzy Morales, directora de la organización Justice Inside Out.
Una llamada a la acción real
Las muertes de Maier y Williams no pueden pasar desapercibidas. La impunidad legal de quienes permitieron que dejaran de recibir comida, agua o atención básica, es un reflejo de un problema sistémico.
“Decimos que somos una nación de leyes. Pero en Waupun, el estado olvidó a sus ciudadanos más vulnerables, quienes ya estaban tras las rejas”, concluye Morales.
La historia de Waupun es un microcosmos de una crisis más profunda: la deshumanización dentro del sistema penal. Hasta que no se reemplace la negligencia y la imprudencia por acciones de justicia restaurativa, transparencia y dignidad, las prisiones como Waupun seguirán siendo fábricas de sufrimiento innecesario.
Foto destacada: The Waupun Correctional Institution. (Morry Gash)