El regreso de los Commanders a Washington D.C.: Un nuevo comienzo en el histórico sitio del RFK Stadium
Con un acuerdo firmado y memorias de gloria pasada, la NFL y Washington apuestan por una renovación histórica
Washington Commanders vuelven a casa: la historia se repite
En un movimiento cargado de nostalgia e ilusión, los Washington Commanders han anunciado planes para construir su nuevo estadio en el sitio del legendario RFK Stadium. Este anuncio marca un regreso simbólico y físico al lugar donde el equipo vivió sus años de mayor gloria, entre 1961 y 1996.
La alcaldesa Muriel Bowser y la cúpula directiva de los Commanders han llegado a un acuerdo preliminar —pendiente de aprobación por el Concejo Municipal de D.C.— para llevar a cabo esta histórica construcción. El anuncio fue acompañado por un emotivo video narrado por el histórico quarterback Joe Theismann, campeón del Super Bowl XVII, quien afirmó: "El momento es ahora. Volvamos a traer a Washington de regreso a D.C.".
De RFK al futuro: ¿Por qué este movimiento es tan importante?
El viejo Robert F. Kennedy Memorial Stadium fue mucho más que un estadio; fue el escenario de una historia futbolística impregnada de pasión. Fue el lugar donde Washington ganó tres Super Bowls en una década (1982, 1987 y 1991). La estructura, sin embargo, quedó en desuso y fue demolida, esperando un renacer que hoy parece encaminarse a la realidad.
Desde que la franquicia se mudó a Landover, Maryland en 1997, ha sentido la pérdida de identidad local. Según un artículo del Washington Post, la asistencia al actual FedEx Field ha sufrido una caída dramática de más del 50% en los últimos 20 años. Este regreso podría revitalizar el apoyo popular, terminando con décadas de problemas de relación con su comunidad.
El camino al acuerdo: política e intereses cruzados
Todo esto se hizo posible gracias a un movimiento político clave: en enero de 2024, el presidente Joe Biden firmó una ley que transfiere la tierra del RFK Stadium al control de Washington D.C. después de intensas gestiones lideradas por el propietario del equipo, Josh Harris, y por el comisionado de la NFL, Roger Goodell. Este fue un paso esencial debido a las restricciones federales que existían sobre el uso de la tierra.
El presidente Harris, quien compró los Commanders a Dan Snyder en 2022 por una cifra récord de 6.050 millones de dólares (según The New York Times), ha sido enfático en su compromiso de construir "una franquicia que vuelva a representar el orgullo de Washington".
¿Cómo se financiará el nuevo estadio?
Uno de los temas pendientes es el modelo de financiación. Todavía no se han revelado detalles concretos, pero diversas fuentes apuntan a un modelo mixto entre fondos privados y apoyos públicos municipales. Con la presión de lograr un acuerdo beneficioso para los contribuyentes, será crucial ver cómo se negocian estos términos.
Recordemos que el actual estadio de Landover, FedEx Field, fue financiado casi en su totalidad por la franquicia y patrocinadores privados, aunque sus costos de mantenimiento superaron los 20 millones de dólares anuales en la última década.
Una nueva era y viejas memorias
La decisión de volver a D.C. no sólo tiene un componente práctico, sino también emocional. Exjugadores como Darrell Green y Art Monk han manifestado su apoyo al plano, destacando la importancia del RFK Stadium no solo como un estadio, sino como un "santuario del fútbol americano".
De hecho, la "magia del RFK" era famosa: el estadio entero temblaba gracias a la intensidad de sus fanáticos. Un artículo de ESPN recuerda que aquel ambiente fue temido y respetado por todos los equipos visitantes en la NFL.
Fechas tentativas: visión a 2030
Según Harris, un horizonte "razonable" para ver el nuevo estadio operativo sería el año 2030. Hasta entonces, los Commanders seguirán jugando en Landover, cuyo contrato de arrendamiento expira en 2027. Las autoridades sin embargo, no descartan que se pueda negociar una extensión temporal mientras el nuevo estadio se construye.
La edificación de estadios de NFL toma usualmente entre tres a cinco años. Ejemplos recientes: el SoFi Stadium en Los Ángeles tardó casi cinco años (2016-2020) y costó aproximadamente 5.500 millones de dólares.
Impacto económico y urbano para Washington
Traer de nuevo un equipo de NFL al corazón de la ciudad no solo es apuesta deportiva. Según un estudio de la Universidad George Washington, un estadio moderno podría generar entre 250 y 400 millones de dólares en actividad económica anual, creando alrededor de 2.500 empleos directos e indirectos.
Además, se espera que el nuevo proyecto incluya zonas de uso mixto: parques públicos, comercios, restaurantes y viviendas, replicando el modelo de revitalización urbana exitosamente implementado en otras ciudades como Minneapolis con el U.S. Bank Stadium.
¿Un nuevo nombre para el estadio?
Por el momento no se ha confirmado si el nuevo estadio mantendrá el nombre de RFK o adoptará uno nuevo por razones comerciales. En la era moderna, la tendencia favorece contratos de "naming rights" que aporten ingresos extra significativos: por ejemplo, el contrato de "Meta" con el estadio de San Francisco genera 10 millones de dólares anuales.
Se rumorea que grandes marcas locales como Capital One o Marriott International podrían estar interesadas en adquirir los derechos de nombre.
La importancia de la cultura y la comunidad
Tanto Bowser como Harris han enfatizado que el estadio no debe ser solamente "una máquina de dinero" para propietarios e inversores. Iniciativas fundamentales en la propuesta del nuevo estadio incluyen becas deportivas para jóvenes locales, integración de arte urbano y eventos culturales abiertos al público todo el año, no solamente en días de juego.
"Queremos que el nuevo estadio sea un recurso para toda la comunidad", dijo Bowser en un comunicado reciente. "No solo un coloso de cemento para 10 partidos al año".
Un momento de redención para los Commanders
Después de años plagados de escándalos bajo la administración de Dan Snyder, incluyendo acusaciones de mala conducta laboral y pérdidas de credibilidad institucional (según NFL.com), este regreso a D.C. representa un parteaguas.
"Se siente como limpiar la pizarra", comentó un fanático en redes sociales. "Estamos volviendo al lugar donde ganó nuestra historia, pero con mentes nuevas y mejores intenciones".
Ahora, comienza la cuenta regresiva: emoción, renovación y una oportunidad única de reescribir el legado de los Commanders en Washington.