¿El futuro de los alimentos más coloridos? La difícil transición de tintes artificiales a colores naturales

La industria alimentaria estadounidense enfrenta su mayor reto cromático: abandonar los colorantes sintéticos para adoptar alternativas naturales.

El adiós a un siglo de colores artificiales

Desde inicios del siglo XX, los colorantes artificiales se han adueñado de los alimentos en Estados Unidos. Ahora, un movimiento creciente impulsado por preocupaciones sobre la salud infantil y regulaciones gubernamentales, busca eliminar estas sustancias basadas en petróleo. La meta: reemplazarlos con alternativas de origen natural.

Dentro del laboratorio: la nueva alquimia de colores

En el corazón de Sensient Technologies Corp., una de las compañías más grandes de fabricación de colorantes, el trabajo es incesante. Abby Tampow, científica de Sensient, mezcla jugo de zanahoria negra con beta-caroteno para recrear un tono de rojo vibrante utilizado en una vinagreta comercial. "Con este rojo, necesitamos un poco más de naranja", explica mientras ajusta la tonalidad.

Una tarea monumental

Según Dave Gebhardt, director técnico de Sensient, "la mayoría de nuestros clientes han decidido que ha llegado el momento de hacer la transición hacia los colores naturales". Sin embargo, esta no es una tarea sencilla. Como advierte Monica Giusti, experta en colorantes alimentarios de la Universidad Estatal de Ohio: "Si todas las compañías eliminaran inmediatamente los colores sintéticos, no habría suficiente oferta de alternativas naturales".

Se estima que convertir un solo producto puede tardar entre seis meses y un año. Para una transición completa de la industria, serían necesarios tres a cuatro años para ampliar suficientemente la producción agrícola de materias primas como zanahorias, betabeles y algas.

Complicaciones más allá de la logística

El desafío no solo es de oferta. Los colorantes naturales son más costosos —hasta 10 veces más que los sintéticos— y presentan dificultades técnicas: son menos estables ante el calor, la luz y los cambios de pH. Especialmente el color azul representa un problema considerable, debido a la escasez de fuentes naturales viables.

El curioso caso del rosa Barbie

Para lograr un rosa vibrante, similar al famoso "Barbie pink", se suele emplear la cochinilla, un insecto diminuto que se cultiva en cactus de Perú. Se necesitan aproximadamente 70,000 cochinillas para producir apenas un kilogramo de tinte de ácido carmínico.

La presión regulatoria y social

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha permitido el uso de aproximadamente 36 aditivos colorantes, de los cuales solo 8 son aún sintéticos. Sin embargo, el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., declaró recientemente que estos compuestos son "venenosos", empujando a la industria a considerar su eliminación para finales de 2026.

Organizaciones de consumidores, influenciadores en redes sociales y expertos en políticas alimentarias como Marion Nestle apoyan la eliminación de estos aditivos, argumentando que son innecesarios y asociados a alimentos ultraprocesados, los cuales representan más del 70% de la dieta estadounidense.

Lecciones del pasado: el fracaso inicial de Trix

Un intento anterior ilustra los riesgos de esta transición. En 2016, General Mills eliminó tintes artificiales del popular cereal Trix, usando fuentes naturales como cúrcuma y fresas. Sin embargo, la pérdida de los colores vivos provocó un rechazo entre los consumidores. Solo un año después, la empresa revirtió el cambio.

Como explica Giusti: "Cuando un producto que amas cambia, la experiencia ya no es la misma".

¿Qué dicen las grandes compañías?

  • PepsiCo asegura que la mayoría de sus productos ya no contienen colorantes artificiales. Prevén eliminar los restantes hacia 2026.
  • General Mills afirma estar "comprometido a continuar la conversación" con las autoridades.
  • WK Kellogg reformulará sus cereales escolares eliminando tintes sintéticos para principios de 2026.

La industria de los colorantes, en modo de alta alerta

Paul Manning, director ejecutivo de Sensient, enfatiza que ahora hay plazos definidos: "Ahora que existe una fecha, es momento de actuar". La compañía está ampliando su red de agricultores para asegurar la producción de materias primas a largo plazo.

¿Estamos listos para un cambio masivo?

En medio de las buenas intenciones, persiste una pregunta fundamental: ¿puede la industria alimentaria, junto con los consumidores, aceptar colores más apagados y costos más altos a cambio de alimentos más naturales?

La historia de la transición del colorante será una prueba no solo de ciencia, sino también de marketing y de cuánto está dispuesto a cambiar el paladar visual del consumidor estadounidense.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press