El juicio que sacude a Estados Unidos: asesinato, salud y política en el caso de Luigi Mangione

La muerte del CEO de UnitedHealthcare desata una tormenta judicial, mediática y política mientras se debate el uso de la pena de muerte y la ética en el poder corporativo

Un asesinato que va más allá del crimen

El asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, a manos de Luigi Mangione, ha trascendido los límites del crimen para convertirse en uno de los casos más polémicos del año en Estados Unidos. Con implicaciones legales, políticas y sociales, el proceso judicial no solo tiene como protagonista al acusado, sino también al sistema judicial, a las grandes aseguradoras de salud y a un país dividido sobre el uso de la pena de muerte.

¿Quién es Luigi Mangione?

Nacido en el seno de una familia prominente de bienes raíces en Maryland y graduado de una universidad de la Ivy League, Luigi Mangione, de 26 años, ha pasado de ser un desconocido a una figura polarizadora. Está acusado de planear y ejecutar el asesinato de Thompson afuera del hotel New York Hilton Midtown, el 4 de diciembre de 2023, justo antes del inicio de una conferencia anual de inversores de la aseguradora.

El FBI arrestó a Mangione el 9 de diciembre en Altoona, Pensilvania, tras una intensa búsqueda de cinco días. En su posesión se encontró una pistola 9mm compatible con la usada en el crimen, y un cuaderno donde expresaba su hostilidad hacia las grandes aseguradoras y los ejecutivos millonarios. En una entrada de agosto de 2024, escribió: “el objetivo es el seguro” porque “cumple con todos los requisitos”, y en otra de octubre dejó claro el propósito de "eliminar a un CEO de seguros".

La escena del crimen: un mensaje en cada bala

Lo que más impactó a las autoridades fue el nivel de premeditación. Según la fiscalía, las balas utilizadas en el asesinato tenían inscritas las palabras: “delay”, “deny” y “depose” —frases asociadas al modus operandi de algunas aseguradoras para evitar pagos de reclamaciones médicas. Este inquietante detalle convirtió el caso en un símbolo del resentimiento social y económico que muchos sienten hacia el sistema de salud privado estadounidense.

Este simbolismo ha llevado a algunos sectores de la sociedad a ver a Mangione como un “vengador”, aunque la gran mayoría lo considera un criminal que debe enfrentarse a las consecuencias de sus actos.

Los cargos y la estrategia federal

Luigi Mangione ha sido acusado formalmente por un gran jurado federal de asesinato con arma de fuego, acecho y otros delitos relacionados. Este tipo de cargos habilitan al Departamento de Justicia a perseguir la pena de muerte, lo cual ya ha sido confirmado por la fiscal general Pam Bondi, quien calificó el suceso como:

“Un acto de violencia política premeditado y a sangre fría que conmocionó a América”.

Es el primer caso en que el gobierno federal busca aplicar la pena capital desde que el presidente Donald Trump retomara el poder el 20 de enero, prometiendo reactivar las ejecuciones que estuvieron suspendidas en la administración previa.

¿Una justicia politizada?

Los abogados defensores argumentan que la decisión de Bondi de anunciar en Instagram y en televisión que se buscaría la pena de muerte viola normas básicas del Departamento de Justicia, corrompe el proceso del gran jurado y socava el derecho constitucional del acusado a un juicio justo.

La juez federal Margaret Garnett ya advirtió al equipo de fiscales que cese cualquier comentario público que pueda poner en peligro el proceso judicial, recordándoles las reglas sobre la publicidad previa al juicio.

El símbolo detrás del CEO asesinado

Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare —la aseguradora más grande de Estados Unidos, con más de 45 millones de afiliados— no era simplemente un ejecutivo cualquiera. Su figura representaba para algunos un sistema frío e insensible, donde millones de estadounidenses enfrentan elevados costos médicos, rechazos de cobertura y facturación poco transparente.

Tras su muerte, varias empresas de salud comenzaron a eliminar fotos de ejecutivos de sus páginas web y trasladaron reuniones a plataformas virtuales, temerosas de represalias similares.

Las tensiones han llegado a tal punto que Mangione, aunque acusado de asesinato, se ha convertido en una especie de anti-héroe para grupos que denuncian las injusticias del sistema de salud estadounidense. Para otros, sin embargo, su idealismo no justifica el derramamiento de sangre.

Impacto y reacción social

El caso ha polarizado tanto a la opinión pública como a las esferas de poder. En la primera audiencia, acudieron docenas de manifestantes, incluyendo a la exanalista de inteligencia Chelsea Manning, lo que dio una dimensión política y social inusualmente fuerte a una simple lectura de cargos. Carteles con frases como “las aseguradoras matan en silencio” y “Mangione denunció lo que nadie quiso ver” colmaron la entrada del tribunal federal.

Si bien el caso resuena ferozmente en redes sociales, los medios lo han cubierto con cierta mesura, en parte por las preocupaciones sobre imparcialidad del proceso y por las advertencias judiciales sobre la cobertura mediática.

¿Es justa la pena de muerte en este caso?

Una de las mayores polémicas que ha surgido de este caso es sobre la legitimidad moral y legal de aplicar la pena de muerte.

Desde el punto de vista legal, Mangione podría enfrentar esta pena tanto a nivel estadual como federal, aunque su defensa busca que el juicio federal (el cual involucra pena capital) tenga prioridad. Desde el punto de vista humanitario, varias asociaciones activistas rechazan esta medida:

  • Amnistía Internacional señala que la pena de muerte es una forma inhumana e irreversible de castigo.
  • El ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles) critica que la fiscal general Bondi haya politizado el delito.

Pero, por otro lado, sectores conservadores y familiares del fallecido exigen un castigo ejemplar. “Alguien que planifica un asesinato contra un personaje público debe pagar el precio más alto”, dijo un representante del Partido Republicano en Nueva York.

El juicio como termómetro del sistema de salud

Lo que hace que este caso sea tan complejo no es solo la gravedad del crimen, sino también el debate de fondo: el funcionamiento del sistema de salud estadounidense. Según el Commonwealth Fund, EE.UU. gasta más en salud que cualquier otro país, pero se encuentra en los puestos más bajos en cuanto a eficiencia y acceso.

Las pólizas de UnitedHealthcare han sido objeto de investigaciones por rechazos sistemáticos de procedimientos médicos, aun cuando los doctores los consideran necesarios. En un informe de ProPublica, se destacó que la empresa ignoró recomendaciones médicas en el 20% de los casos revisados.

Es claro que, aunque la violencia jamás es justificable, existe un trasfondo de frustración pública ante estas prácticas que alimenta una narrativa de justicia alternativa peligrosa.

Lo que viene: ¿juicio mediático o juicio justo?

El proceso será largo. Todavía no hay una fecha definida para el juicio, que deberá equilibrar un cruce problemático entre la dimensión política, el espectáculo mediático y la justicia en sentido estricto. La defensa insiste en que el caso federal, por involucrar la pena de muerte, requiere cuidados específicos y justicia tranquila.

Mientras tanto, quedan muchas preguntas abiertas:

  • ¿Quién tenía acceso al cuaderno hallado con Mangione?
  • ¿Existió alguna negligencia en la seguridad del evento corporativo?
  • ¿Otros ejecutivos están recibiendo amenazas?

Todas estas aristas deberán abordarse antes de que comience un juicio que amenaza con convertir el sistema de justicia federal en un escenario más del eterno debate político estadounidense. El caso Mangione puede ser uno de los más representativos de los conflictos sociales modernos: salud, poder, justicia... y violencia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press