Jalen Green responde con autoridad y los Rockets igualan la serie ante los Warriors
Después de una titubeante actuación en su debut de playoffs, Green lidera una contundente victoria sobre Golden State con 38 puntos y ocho triples
Por fin, Jalen Green apareció. Después de un decepcionante debut en los playoffs, el escolta de los Houston Rockets se transformó en la estrella que muchos esperaban, cargando con su equipo hacia la victoria por 109-94 contra los Golden State Warriors. Un triunfo que no solo empata la serie de primera ronda del Oeste 1-1, sino que también cambia por completo la narrativa en torno a uno de los talentos más explosivos de la NBA.
Del nerviosismo a la redención: la transformación de Green
En su debut el fin de semana, Green confesó estar abrumado por el ambiente. “Las luces eran brillantes, la multitud estaba encendida, la cancha se veía enorme”, dijo. Esas palabras reflejaban más que nervios: mostraban el peso que sienten los jóvenes jugadores bajo el reflector de los playoffs. Green terminó ese partido con apenas siete puntos, tras encestar solo 3 de sus 15 intentos.
Pero este miércoles fue otro jugador.
Con 38 puntos y 8 triples (de 10 intentos), Green no solo lideró el ataque de Houston, sino que lo hizo con autoridad, confianza y fuego en las venas. El cambio en su mentalidad fue evidente: “Desde que me levanté, mi mentalidad era ser agresivo, volver a ser yo mismo”, declaró tras el encuentro.
El impacto de su actuación
Para poner en contexto la magnitud de su actuación, basta decir que Green encestó dos triples más él solo que todo el equipo en el primer partido. En aquel juego, los Rockets tuvieron un paupérrimo 6 de 29 desde el perímetro.
La presencia de Green también liberó espacios para sus compañeros. Alperen Sengun brilló con un doble-doble de 17 puntos y 16 rebotes, mientras que Tari Eason sumó 14 puntos desde la banca.
El entrenador Ime Udoka destacó lo que significa tener a Green y Sengun encendidos al mismo tiempo: “Cuando los dos están rodando, somos muy difíciles de vencer”.
Los Warriors, golpeados y sin respuesta
Golden State nunca tomó la delantera en el partido, y más allá del rendimiento, hay una explicación importante: la baja de Jimmy Butler. Adquirido en febrero desde Miami, Butler había sido pieza clave en el primer encuentro con 25 puntos, pero este miércoles se retiró en el primer cuarto tras una dura caída que resultó en una contusión pélvica.
La ausencia de Butler dejó un hueco mayúsculo. Stephen Curry hizo su parte con 20 puntos y 9 asistencias, superando los 4,000 puntos en su carrera de playoffs (apenas el jugador número 11 en lograrlo), pero fue insuficiente.
Steve Kerr, DT de los Warriors, fue tajante: “Hizo un gran trabajo. Simplemente no tuvimos lo suficiente esta noche.”
Momentos de tensión y faltas notables
El juego no estuvo exento de controversia. Hacia el final de una racha de 9-0 de Golden State que redujo la ventaja de Houston a 11 puntos, Green fue sancionado con una falta flagrante tras impactar en el rostro de Draymond Green.
La tensión creció, y en ese contexto, los Rockets volvieron a electrizar el juego con una racha de 8-0, coronada por un triple en retroceso de Green desde la esquina. Esa secuencia mató cualquier esperanza de remontada por parte de los Warriors.
El partido también tuvo varias técnicas: Draymond Green recibió una por protestar exageradamente, y Eason obtuvo otra por lanzar una toalla en una actitud considerada antideportiva.
Una serie que promete más drama
Game 3 se jugará el sábado por la noche en San Francisco. La gran incógnita: ¿estará Butler disponible? No hay diagnóstico oficial, aunque se le practicará una resonancia magnética para determinar la gravedad. “Esperamos que pueda jugar,” dijo Kerr, “pero si no, tendremos que explorar nuestras opciones.”
A ello se suma la situación de Brandin Podziemski, quien apenas jugó 14 minutos debido a un malestar estomacal, sin anotar punto alguno tras haber sumado 14 en el primer duelo.
Jalen Green y su historia de redención
Ser la segunda selección global del Draft 2021 acarrea expectativas que a veces son pesadas de sobrellevar. Green ha estado luchando con críticas constantes sobre su inconsistencia y falta de impacto en partidos importantes.
Sin embargo, lo que hizo en este segundo juego tiene eco. Redefine su narrativa, le da esperanza a Houston y muestra a un jugador que puede brillar en el escenario más grande. Recordemos que en temporada regular promedió 19.6 puntos, pero con notorias subidas y bajadas en su producción.
Esta actuación no solo suma, sino que construye. Deja entrever que Green puede ser no solo un anotador explosivo, sino un líder emocional cuando las luces más brillan.
Los Rockets, ¿una amenaza real en los playoffs?
Houston entró como el sexto sembrado y muchos asumieron que sería presa fácil para Golden State, especialmente considerando la experiencia del núcleo de los Warriors. Pero esta serie está demostrando otra cosa.
Con una defensa sólida, un Udoka estratega -campeón con los Celtics-, y piezas como Sengun, Eason y ahora un Green desatado, los Rockets se perfilan como un equipo incómodo. Sobre todo si logran explotar su ritmo explosivo y eficiencia en tiros exteriores, que fue clave en la victoria del miércoles.
Además, tienen profundidad y juventud. El banco puede producir, como ya lo demostró Eason, y eso puede hacer la diferencia en series largas donde el desgaste físico se acumula.
La importancia psicológica del 1-1
Igualar la serie cambia todo. La presión ahora recae sobre Golden State, que además de lidiar con lesiones y problemas de rotación, deberá responder emocionalmente tras una derrota contundente.
Una victoria más de Houston en el Chase Center no solo trastocaría los pronósticos, sino que colocaría a los Warriors contra las cuerdas por segunda postemporada consecutiva. Y todos sabemos cómo la narrativa puede aplastar hasta al más curtido de los equipos.
Todo empezó con la transformación de Jalen Green: del tembloroso debutante al titán de Game 2. Y apenas estamos comenzando.