Canadá vs Estados Unidos: ¿El turismo en crisis por un choque político?

El renacer del orgullo canadiense frente al desencanto con EE.UU. está transformando radicalmente la industria de viajes

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Un quiebre en el mapa emocional de América del Norte

Durante décadas, los canadienses han considerado a Estados Unidos su destino vacacional por excelencia: Disney, Nueva York, Las Vegas y los cruceros caribeños con salida en Florida eran parte del itinerario clásico. Sin embargo, este idilio entre vecinos ha dado un giro inesperado con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en su segundo mandato presidencial.

La tensión política entre ambos países, agravada por medidas proteccionistas, insultos y amenazas por parte de Trump, está teniendo un impacto tangible en uno de los sectores más sensibles: el turismo.

Más allá de un viaje: decisiones con carga ideológica

Diane y Rick Bellamy representan una tendencia creciente: canadienses que eligen nuevos destinos para disfrutar sus vacaciones, y no por una oferta mejor, sino para evitar entrar a territorio estadounidense. Los Bellamy cambiaron un crucero por el Caribe desde Houston, seguido de una visita a Laurel, Mississippi, por una relajada estancia en la costa pacífica mexicana. "Nunca pensé que me sentiría más cómoda viajando a México que a Estados Unidos", afirmó Diane.

No se trata solo de turismo, sino de una reconfiguración emocional de cómo miles de ciudadanos canadienses perciben a su vecino del sur. Y las estadísticas lo confirman.

El desplome de los viajes y las cifras que lo demuestran

  • 22% de disminución en los cruces fronterizos terrestres desde Canadá hacia EE.UU. en comparación con marzo de 2024. (Fuente: U.S. Customs and Border Protection)
  • 10% menos de reservas en vuelos entre Canadá y EE.UU. para los meses de abril a septiembre, según datos de Air Canada.
  • California reportó una caída del 12% en visitantes canadienses en febrero de 2025.

La reacción del presidente Trump ante esta caída fue minimizadora: "Hay un poco de nacionalismo ahí, supongo. No es gran cosa." Pero para la industria de viajes, sí lo es.

Una crisis en los negocios turísticos

Consultores de agencias de viajes como McKenzie McMillan y Lesley Keyter hablan de un colapso casi total del turismo a EE.UU. desde Canadá. Keyter dice que incluso clientes están perdiendo dinero conscientemente por cancelar viajes ya pagados solo por no tener que volar a ciudades estadounidenses para abordar cruceros internacionales.

Ante esta perspectiva alarmante, estados como California han lanzado campañas publicitarias específicas para atraer de nuevo al turismo canadiense, aunque por ahora sin mucho éxito.

El miedo como nueva política migratoria no oficial

Los motivos para evitar a Estados Unidos van más allá de lo económico. Casos como el de Jasmine Mooney, actriz canadiense detenida por 12 días en San Diego pese a contar con visa para trabajar en EE.UU., aumentan la ansiedad. Y como explica el ex premier de Columbia Británica, David Eby: "Reforzaron la sensación de inestabilidad y arbitrariedad de esta administración."

El temor a que revisen teléfonos celulares, juzguen publicaciones críticas en redes sociales o incluso vean historial de compras legales de marihuana en Canadá, es suficiente para disuadir a muchos de planear pisar suelo estadounidense.

Academia en alerta: “Evite EE.UU.”

La Asociación Canadiense de Profesores Universitarios fue tajante: recomendó a todos evitar viajes no esenciales a Estados Unidos. De hecho, añadió que académicos con posturas críticas hacia Trump deben tomar precauciones adicionales al cruzar la frontera.

Casos como el de Mike Sauer, un trabajador comunitario de Vancouver, ilustran esta preocupación: “Podrían revisar mi teléfono y ver que compro marihuana, algo legal aquí, pero aún ilegal a nivel federal allá. ¿Quién necesita ese estrés?”

El golpe al intangible: la confianza

Historias como la de Ben Wilson, quien antes solía visitar Detroit desde Ontario, son cada vez más frecuentes. Hoy, ni él ni su esposa quieren atravesar el puente fronterizo. “¿Por qué lo haría si pueden detenerme por un mensaje de texto?”, se pregunta. Cada historia como esta alimenta un ciclo de desconfianza que parece estar rompiendo décadas de cercanía cultural y comercial.

Reacciones al norte: orgullo canadiense en alza

Más allá de la política migratoria o los aranceles, lo que asoma es un resurgimiento del nacionalismo canadiense que podría traducirse también en un viraje político interno. Con elecciones a la vista, el Partido Liberal del primer ministro Mark Carney va en ascenso, beneficiándose de una narrativa que enfrenta el nacionalismo estadounidense con el self-respect canadiense.

Como dijo el ex premier Jean Charest: "La gente tiene miedo de cruzar la frontera. No entiendo qué están pensando los estadounidenses. ¿Son realmente tan ajenos a este problema?"

¿Un daño duradero?

No es la primera vez que Canadá y EE.UU. tienen fricciones, pero es tal vez la primera vez en décadas que el distanciamiento se siente en todos los niveles: del turista promedio hasta el académico, del empresario al político.

Si las políticas migratorias estrictas, un liderazgo impredecible y una retórica hostil persisten desde Washington, podríamos estar ante un divorcio silencioso entre vecinos. Tal vez no inmediato ni oficial, pero sí perceptible en los bolsillos de miles de prestadores de servicios turísticos al sur de la frontera.

Y lo que es más grave para Estados Unidos: los canadienses están descubriendo que tienen opciones. El Caribe, Europa, Asia… incluso México, país que ha sido demonizado por la retórica trumpista, resulta ahora más hospitalario para muchos.

¿Y tú, cruzarías la frontera?

Más allá de Trump, el punto clave parece ser si Estados Unidos puede recuperar la imagen de hospitalidad y apertura que alguna vez tuvo. Porque en tiempos donde los viajeros no solo buscan sol y playa, sino sentirse bienvenidos, la política se convierte en aduana, y las emociones en pasaporte.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press