‘Étoile’: El ballet como nunca antes lo viste, cortesía de los creadores de “The Marvelous Mrs. Maisel”

La nueva serie de Prime Video fusiona Nueva York y París en una historia de danza, ambición y arte real. Pero, ¿puede el ballet también ser cool?

Por fin, el ballet sale de los teatros y se instala en tu pantalla con toda su intensidad emocional, su exigencia física y su complejo universo lleno de luces y sombras. La nueva apuesta de Prime Video, “Étoile”, es una producción que pretende romper estereotipos y abrir una ventana real y sin concesiones hacia el arte del ballet. Con un estilo narrativo que recuerda a los diálogos acelerados y sarcásticos de The Marvelous Mrs. Maisel y una estética que emula el romanticismo parisino de Emily in Paris, esta serie promete hacer del ballet una nueva obsesión pop.

Los Palladino vuelven con fuerza

La dupla creativa compuesta por Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino no es ajena a los elogios de la crítica. Su firma ya brilla en producciones aclamadas como Gilmore Girls o la ya mencionada Mrs. Maisel. Ahora, los creadores apuestan por una historia ambiciosa y multicontinental: dos compañías de ballet —una en París y otra en Nueva York— se ven obligadas a colaborar para sobrevivir.

La serie lleva por nombre “Étoile,” término francés que significa "estrella" y que también designa a la posición más alta dentro del ballet parisino, coronando a sus bailarines principales. Este contexto semántico sirve como punto de partida para explorar lo que realmente significa alcanzar la cúspide en un mundo tan elitista como infravalorado.

¿El ballet puede ser popular?

Para Amy Sherman-Palladino, la respuesta es un contundente sí. “Muchos piensan que el ballet es sólo tutús y zapatillas rosa, pero detrás de eso hay sangre, huesos quebrados, disciplina brutal y un amor casi suicida por el arte”, asegura.

Y tiene razón. Según datos del Dance/USA, menos del 0.5% de los bailarines profesionales logran una carrera viable en ballet clásico, y los ingresos promedio no superan los $35,000 al año, aun en compañías respetadas. Hablamos de artistas que trabajan a nivel olímpico sin la retribución financiera o mediática correspondiente.

Actores que bailan y bailarines que actúan

Una de las decisiones más brillantes del equipo de producción fue contar con bailarines reales para los papeles principales. David Alvarez, quien interpreta a Gael, no sólo es actor, sino que ganó un Tony interpretando a Billy Elliot en Broadway. Su formación en ballet le dio las credenciales necesarias para llenar cada paso con técnica y verdad emocional.

Por otro lado, Taïs Vinolo, quien interpreta a Mishi, es una bailarina profesional que hace su debut como actriz. “Estamos acostumbrados a expresarnos con el cuerpo, no con palabras. Actuar me obligó a abrir otra parte de mí”, dice Vinolo.

Los verdaderos atletas del arte

Son atletas entrenados”, dice Sherman-Palladino. “Lo que hacen con sus cuerpos es ridículo. Increíble. Se necesita una fuerza descomunal, pero también un alma dispuesta a ser vulnerable cada noche sobre el escenario”.

La serie hace una labor magnífica al desmitificar al bailarín como un ser etéreo y mostrarlo como lo que realmente es: un atleta de élite que vive entre la belleza y el dolor.

Una historia en dos idiomas y dos culturas

“Étoile” es profundamente bicultural. Alterna entre inglés y francés, y eso supuso un enorme desafío para mantener el tono característico de los Palladino. “Somos muy precisos con nuestro lenguaje, y eso no siempre se traduce bien al francés”, explica Amy. De hecho, la producción cambió de traductor varias veces hasta encontrar a uno que respetara no solo el significado, sino el ritmo de sus guiones.

Charlotte Gainsbourg, quien interpreta a Geneviève, lo vivió de primera mano: “El ritmo de los diálogos era un reto. Estoy acostumbrada a otro tipo de narrativa. Pero cuando entendí su humor, se convirtió en un juego fascinante”.

El detrás de escena emocional

Para algunos actores, la conexión con el ballet era previa y emocional. Por ejemplo, Charlotte Gainsbourg recuerda haber tomado clases de niña en el mismo edificio donde hoy se encuentra la Salle Pleyel de París. “El olor a talco en el vestuario es mi recuerdo emocional del ballet”, narra con nostalgia.

Lou de Laâge, quien interpreta a Cheyenne, una "étoile" emocionalmente compleja, tuvo una historia más conflictiva. Su madre la impulsó a una formación de danza intensiva contra su voluntad. “No era mi pasión. Pero hoy amo observar y representar esa pasión desde otro lugar”.

La técnica lo es todo

Desde los ensayos hasta las grabaciones, la técnica fue una obsesión. Tiler Peck, Unity Phelan y Robbie Fairchild —estrellas reales del New York City Ballet— aparecen en pequeños roles y aportaron autenticidad al entorno. Vinolo revela algo fascinante: los bailarines cosen a mano sus propios zapatos de punta. Cuando parte del equipo quiso ayudarla a preparar sus zapatillas, ella se negó.

Tengo una forma muy específica de coser las cintas. Y no me gusta que nadie toque mis zapatillas. Es algo muy personal”, dice. Alvarez, igualmente experimentado en el escenario, asiente: “También coso la plataforma para tener más equilibrio. Sabes de lo que hablo”.

Una declaración de amor al arte

Más allá de la trama, “Étoile” es un homenaje a la vocación artística. Como dice Charlotte Gainsbourg, “En el mundo del ballet nadie lo hace por dinero. Es una profesión exigente donde cada persona está ahí por pura pasión”.

La serie logra captar esa esencia: que bailar no es solo movimiento, sino una forma de contar historias que muchas veces las palabras no pueden captar. Los arcos dramáticos de los personajes, el choque cultural entre París y Nueva York, el idioma del cuerpo como medio de expresión universal, todo confluye en una narrativa que emociona y educa.

Entre bastidores: realismo más allá de la pantalla

No todo es drama en el escenario. También está la camaradería, las heridas, los conflictos y las reconciliaciones. Entre sesiones de fisioterapia y discusiones sobre arte contemporáneo, Étoile se convierte en una serie coral donde bailarines jóvenes luchan por brillar, y veteranos intentan no apagarse.

Creo que si la gente viera el ballet como ve las series deportivas como 'The Last Dance', su percepción cambiaría por completo”, apunta Sherman-Palladino, quien entrenó ballet desde los 4 años hasta que una lesión la llevó a la escritura.

La reinvención del género

Quizás lo más innovador de “Étoile” es que no se encierra en el drama de pasarela o la estética del mundo del espectáculo. Al ofrecer una mirada sincera y sin concesiones, se posiciona como una serie destinada a cambiar la percepción global del ballet. No es solo arte, ni solo entretenimiento: es resistencia, es cultura, es cuerpo y es alma.

“Étoile” se estrenará próximamente en Prime Video, y si cumple las expectativas —como todo parece indicar— se convertirá en una revolución en la forma en que vemos el arte del movimiento.

Y sí: el ballet puede ser cool.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press