El renacimiento económico de Grecia: ¿modelo para Europa o episodio circunstancial?

Tras décadas de crisis económica, Grecia logra superávit presupuestario y destina 1.000 millones de euros a beneficios sociales e inversión pública. Analizamos si este éxito es sostenible.

Grecia ha sorprendido al continente europeo con una noticia difícil de imaginar hace solo una década: un superávit presupuestario del 1,3% de su PIB, en contraste con el déficit medio del 3,2% del conjunto de la Unión Europea. Este hito, anunciado en un discurso televisado por el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, da lugar a un ambicioso programa de distribución de beneficios sociales e incremento de la inversión pública. Pero, ¿es este superávit signo de una recuperación sólida o más bien el reflejo puntual de factores excepcionales? En este artículo hacemos un análisis en profundidad de la situación griega y sus implicaciones.

Del colapso financiero al superávit: un resumen de la tragedia griega

Para entender la magnitud del cambio, es necesario recordar el drama vivido por Grecia durante la última década. En 2009, el país reveló que su déficit fiscal era tres veces superior al límite permitido por la UE, lo que provocó una crisis de deuda total. Entre 2010 y 2018, Grecia recibió más de 260.000 millones de euros en rescates financieros proporcionados por la UE, el FMI y el Banco Central Europeo.

Durante este tiempo, el PIB griego cayó un 25%, y la tasa de desempleo superó el 27% en 2013. Las medidas de austeridad impuestas a cambio del rescate fueron durísimas: recortes en pensiones, sueldos públicos, subida de impuestos y privatizaciones. Muchos economistas lo calificaron como una "cura de caballo" para un paciente ya débil.

Los datos del milagro: cifras que sostienen el optimismo

Según los datos recientemente publicados por Eurostat, Grecia es uno de los seis países de la UE que lograron un superávit fiscal en 2024. No solo eso, sino que el 1,3% registrado está entre los más altos del grupo. Este logro se ha debido a una combinación de factores:

  • Recaudación fiscal eficaz, impulsada por reformas contra la evasión de impuestos y digitalización de los sistemas de control.
  • Crecimiento económico sólido de aproximadamente 2,2% anual durante los últimos tres años.
  • Estabilidad política, con el gobierno de Mitsotakis priorizando la responsabilidad fiscal tras años de inestabilidad institucional.

En palabras del propio primer ministro Mitsotakis: "Hemos superado las expectativas. Dinámica de crecimiento y una lucha efectiva contra la evasión fiscal han generado ingresos por encima de nuestras metas".

¿Cómo se usará el superávit? Beneficios sociales e inversión pública

El gobierno griego no ha tardado en anunciar el destino de este extra presupuestario: 1.000 millones de euros en ayudas sociales y refuerzo del Programa de Inversión Pública.

Entre las medidas más destacadas:

  • Devolución del costo de un mes de alquiler a los arrendatarios de menores ingresos cada noviembre, comenzando en 2024. Esta ayuda beneficiará al 80% de los inquilinos (unos 948.000 hogares).
  • Subsidio de 250 euros anuales para adultos mayores, personas con discapacidad y ciudadanos sin seguro. Este será otorgado a 1,4 millones de personas.
  • Aumento de 500 millones de euros al año para inversión pública, centrada en infraestructuras sociales y creación de empleo.

Estos fondos, según el ministro de Finanzas Kyriakos Pierrakakis, buscarán también amortiguar los efectos de la inestabilidad internacional sobre la economía griega.

¿Estamos ante una recuperación sostenible?

El entusiasmo que despiertan estas cifras contrasta con el escepticismo de algunos economistas. La sostenibilidad de este superávit depende de múltiples variables, entre ellas:

  • Entorno global económico: Las tensiones comerciales lideradas por EE. UU. y China, así como los efectos colaterales de las guerras en Ucrania y Gaza, pueden afectar las exportaciones y el turismo, pilares del crecimiento griego.
  • Presión demográfica: La población griega está envejeciendo rápidamente. Según Eurostat, el 22% de los ciudadanos griegos tienen más de 65 años, lo que presiona el sistema de pensiones.
  • Fuga de talentos: Más de 500.000 jóvenes griegos emigraron entre 2010 y 2017. Aunque algunos están regresando, la escasez de fuerza laboral calificada es un reto.

En este sentido, la Comisión Europea ha urgido a Grecia a utilizar el superávit como una oportunidad para consolidar reformas estructurales, invertir en educación y digitalización, en lugar de depender de políticas populistas de subsidios recurrentes.

Superávit y desigualdad: ¿beneficia esto a toda la población?

Un punto que divide a la sociedad griega es si este superávit se ha logrado al costo del bienestar de la clase media y trabajadora. Organizaciones como Amnistía Internacional criticaron recientemente los "raíles de austeridad que aún subsisten" en áreas como salud pública, atención a discapacitados y sistema educativo.

Además, aunque el desempleo ha bajado al 10,8%, todavía es el segundo más alto de la UE, solo por detrás de España. Jóvenes menores de 25 años sufren tasas superiores al 30%.

En palabras de la economista griega Zoe Georganta, exdirectora de ELSTAT (la oficina estadística del país): "El superávit puede contentar a Bruselas, pero eso no significa que haya una verdadera recuperación del tejido social".

Papel del Fondo de Recuperación Europeo

Un componente crucial para entender la recuperación griega es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE, diseñado como apoyo tras la pandemia. Grecia ha accedido a 30.500 millones de euros entre transferencias y préstamos blandos, y muchos expertos atribuyen el boom en la inversión pública a este capital fresco.

No obstante, el uso eficiente y libre de corrupción de estos fondos es un desafío. Transparencia Internacional ha advertido sobre la necesidad de sistemas más robustos de rendición de cuentas.

¿Modelo para otros países del sur de Europa?

El caso griego ha sido observado con atención por países como Portugal, España o Italia. Algunos gobiernos consideran que el enfoque de estabilidad fiscal seguido por Mitsotakis puede ser replicable. Sin embargo, las condiciones peculiares de Grecia —incluyendo la severidad de las medidas anteriores, la presión internacional constante y una ciudadanía más acostumbrada a sacrificios— hacen difícil extrapolar su experiencia a otros países.

También hay que considerar el componente político. Las reformas impopulares, pero necesarias, fueron aprobadas en un clima de emergencia. Hoy, sin esa presión externa, replicar tales reformas en otros contextos políticos menos inestables sería complejo.

Reflexión final (sin conclusiones definitivas)

El actual superávit griego es, sin duda, una excelente noticia para un país cuya economía estuvo al borde del colapso. Pero convertir este éxito fiscal en una prosperidad a largo plazo requerirá más que beneficios sociales bien intencionados. Será necesario continuar reformas estructurales, revertir la fuga de talentos, modernizar infraestructura y crear una economía productiva que no dependa únicamente del turismo y de los fondos europeos.

En definitiva, el futuro fiscal de Grecia depende de si el actual gobierno tiene la visión (y voluntad política) de mirar más allá del corto plazo. Hoy, Grecia respira. Mañana, dependerá de cómo invierta ese aire fresco.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press