Cincinnati apuesta por su franquicia: $185 millones para modernizar el estadio de los Bengals
El acuerdo preliminar entre el condado de Hamilton y los Bengals busca posicionar a Paycor Stadium como una joya de la NFL antes de la temporada 2026
Desde su inauguración en el año 2000, el entonces llamado Paul Brown Stadium —hoy Paycor Stadium— ha sido el hogar de los Cincinnati Bengals. Sin embargo, el paso del tiempo y la evolución de los estadios modernos de la NFL han obligado a mirar hacia el futuro. Es por eso que esta semana, el condado de Hamilton y la franquicia llegaron a un acuerdo preliminar que promete transformar el estadio a través de una inversión conjunta que alcanza los $185 millones.
Una inversión histórica para un estadio en evolución
El memorándum de entendimiento firmado el lunes por la noche entre la franquicia y el condado marca el inicio de un esfuerzo mucho mayor: negociar un nuevo contrato de arrendamiento y planear renovaciones por hasta $830 millones. La votación final sobre el acuerdo se realizará el 29 de abril por parte de los comisionados del condado.
La primera fase del proyecto se centra en modernizar las áreas VIP del estadio: los salones club, las suites y concesiones. De esta porción, los Bengals se han comprometido a desembolsar $120 millones, parcialmente financiados por un préstamo del programa G-5 de la NFL.
Por su parte, el condado de Hamilton aportará $64.5 millones enfocados en mejoras de infraestructura imprescindible: reparación de escaleras mecánicas, elevadores, mejoras en la red eléctrica, renovación de cristales y la modernización de la sala de control del marcador principal.
¿Qué es el programa G-5 de la NFL?
El programa G-5 de la National Football League proporciona a las franquicias préstamos a bajo interés para financiar nuevos estadios o renovaciones sustanciales. Es una muestra clara del interés de la liga por mantener sus recintos a la altura de los estándares modernos y generar experiencias de primer nivel para fans y jugadores.
En los últimos diez años, franquicias como los Los Angeles Rams (con el SoFi Stadium) o los Raiders en Las Vegas (Allegiant Stadium) han elevado el listón, haciendo que estadios como el Paycor comiencen a parecer anticuados en comparación.
El reloj corre: el fin del contrato se acerca
El contrato original de arrendamiento del estadio expira el 30 de junio de 2026. Para entonces, ambas partes deben haber alcanzado un nuevo acuerdo o activar el primero de cinco periodos de extensión de dos años. Esta ventana abre oportunidades, pero también riesgos significativos.
La vicepresidenta ejecutiva de los Bengals, Katie Blackburn, advirtió hace unos días: “Podríamos, supongo, irnos a otro lugar después de este año si no se toma la opción... Estamos en conversaciones, y esperamos que el condado también lo esté considerando seriamente y quiera resolverlo de una manera que beneficie a ambos”.
Contexto: el auge de los nuevos estadios en la NFL
Cincinnati no es el único mercado buscando modernizarse. Los Cleveland Browns están solicitando apoyo estatal para construir un estadio cerrado en Brook Park, suburbio ubicado 24 kilómetros al sur de Cleveland. Ese proyecto podría ascender a casi $2 mil millones, lo cual ha generado comparaciones regionales y presión política para no perder competitividad.
En este mismo contexto, el condado de Hamilton ha solicitado $350 millones al estado de Ohio para respaldar las reformas en Cincinnati, lo cual demuestra el compromiso de no quedarse atrás, pero también anticipa una dura competencia por los fondos estatales limitados.
¿Por qué invertir ahora en el Paycor Stadium?
Más allá de nostalgia o sentido de pertenencia, hay razones económicas de fondo en esta decisión.
- El estadio ha generado millones en ingresos por eventos no deportivos como conciertos y festivales, gracias a su ubicación céntrica.
- Los Bengals han vuelto a ser contendientes desde la llegada de Joe Burrow, lo que ha incrementado la asistencia y exposición mediática.
- Una renovación importante suele ir acompañada de mejores acuerdos comerciales, patrocinadores e inclusive posturas favorables en la pelea por albergar un Super Bowl en el futuro.
El legado de Paul Brown y el rebranding del estadio
Durante más de dos décadas, el estadio llevó el nombre del legendario entrenador y fundador del equipo, Paul Brown. No fue hasta agosto de 2022 que se vendieron los derechos de nombre a Paycor, una empresa de software de recursos humanos local.
Este cambio no estuvo exento de debate entre aficionados puristas, pero fue un primer paso hacia una mentalidad empresarial moderna orientada a ingresos y sostenibilidad financiera a largo plazo. Las reformas estructurales anunciadas ahora son una prolongación lógica de esta línea estratégica.
La ciudad vs el negocio: ¿quién gana y quién paga?
Los críticos suelen señalar que las inversiones públicas en estadios deportivos no siempre se traducen en beneficios tangibles para la población. Sin embargo, los defensores del acuerdo argumentan que, en mercados medianos como Cincinnati, mantener una franquicia de la NFL es una inyección económica insustituible.
Los Bengals generan empleos directos e indirectos, atraen visitantes, revitalizan áreas urbanas y colocan a la ciudad en el mapa nacional casi todas las semanas durante la temporada.
¿Valen $64.5 millones en impuestos locales esa visibilidad y dinamismo económico? Para Hamilton, la respuesta por ahora es sí.
Lo que viene: detalles clave del acuerdo con los Bengals
Según se conoce hasta ahora, el acuerdo se desglosa en distintas fases:
- Fase 1 (2024-2026): Mejoras en suites, salones y concesiones. Financiación mixta público-privada.
- Fase 2: Reparaciones estructurales y modernización tecnológica. Muchos de estos cambios serán invisibles al fan promedio, pero críticos para operaciones durante partidos y eventos.
- Fase 3: Posible expansión del estadio para mejorar estándares de hospitalidad y servicios VIP.
Cada etapa dependerá de la negociación de un nuevo contrato de arrendamiento o al menos de activar los próximos periodos de extensión. La fecha límite para ello es el 30 de junio de 2024.
¿Un Super Bowl en Ohio? Un sueño no tan lejano
Una de las grandes aspiraciones que rodean estos acuerdos de inversión es la posibilidad de convertir a Cincinnati en candidato viable para recibir un Super Bowl o el Draft de la NFL. Estas son las joyas en la corona de eventos deportivos estadounidenses, capaces de inyectar más de $500 millones en una economía local durante un solo fin de semana.
Claro, aún sería necesario avanzar hacia un estadio con techo (requisito informal de la NFL para ciudades de clima frío), pero sentar las bases con renovaciones modernas es un paso necesario.
El rol de la comunidad y la opinión pública
Los Bengals han comenzado a impulsar campañas para involucrar a los residentes en el rediseño del estadio. Están realizando encuestas sobre qué servicios desearían ver modernizados, y han prometido mayor transparencia respecto a cómo se usarán los fondos públicos.
Esto es vital para mantener el apoyo ciudadano, especialmente en años electorales donde el gasto público en infraestructura deportiva puede ser un tema polarizante.
Un nuevo capítulo para los Bengals y Cincinnati
Con la figura de Joe Burrow liderando al equipo y un nuevo Paycor Stadium en camino, los Bengals parecen decididos a dar el salto definitivo de ser una franquicia tradicional del medio oeste a convertirse en una marca de impacto nacional e internacional.
Cincinnati quiere competir dentro y fuera del terreno de juego, y estas inversiones podrían ser la pieza que le faltaba para consolidarse como una ciudad NFL de primer nivel.