‘The Accountant 2’: Un thriller contable que suma acción, autismo y una pizca de sátira social
Ben Affleck regresa como el meticuloso y letal contador en una secuela que, aunque desordenada, encuentra su lugar entre lo absurdo y lo emocionante
En un mundo cinematográfico saturado de secuelas innecesarias, "The Accountant 2" logra lo impensable: justificar su existencia con una mezcla de acción contenida, sátira involuntaria y un inesperado comentario social.
Una secuela que nadie pidió, pero que llegó justo a tiempo
En medio de la habitual avalancha de películas de terror en octubre y comedias navideñas en diciembre, rara vez hay competencia cinematográfica cerca del Día de Impuestos. Sin embargo, Amazon MGM Studios decidió lanzar “The Accountant 2” justo después de la temporada tributaria, una jugada tan particular como su protagonista. El filme original de 2016, dirigido por Gavin O’Connor, no fue un fenómeno, pero ganó suficiente tracción como para convertirse en una especie de sleeper de culto.
Christian Wolff: el contador que derriba mafias (y lo hace sin sonreír)
Ben Affleck retoma su papel como Christian Wolff, un contador con autismo de alto funcionamiento que combina habilidades numéricas excepcionales con una capacidad letal para eliminar amenazas. Aunque Affleck ha demostrado a lo largo de su carrera ser un actor más locuaz y emocional —basta con recordar Good Will Hunting o Gone Girl—, en este personaje se entrega a una interpretación rígida, monótona y robótica. Y sorprendentemente, eso funciona… la mayoría del tiempo.
En esta entrega, Wolff es llamado nuevamente mediante métodos poco ortodoxos (llamadas telefónicas a centros neurológicos, por ejemplo) para investigar un caso con implicaciones globales: una red de tráfico humano disfrazada de empresa de pizzas. Es justamente en los márgenes de este argumento absurdo donde “The Accountant 2” encuentra algo de su encanto.
Braxton Wolff: el hermano caótico y necesario
Jon Bernthal se incorpora como Braxton, el hermano de Christian. Él es lo opuesto total: carismático, impulsivo y hábil en el caos físico más que en el mental. La dupla, aunque llega tarde, revitaliza el filme cuando finalmente coinciden en pantalla. Es quizás en estos momentos donde el thriller encuentra algo cercano a su identidad: una especie de buddy cop movie mezclada con un episodio de “Cazadores de fraudes”.
Entre las hojas de balance: sátira económica y comentario social
Curiosamente, detrás del guion aparatoso de Bill Dubuque hay intentos —quizás accidentales— de comentario social. La trama gira, en parte, en torno al destino de una familia de refugiados centroamericanos, atrapada en una red de explotación laboral. En paralelo, el propio contador (en un guiño burlón a la situación del IRS en EE.UU.) se convierte en el símbolo del poder burocrático que desenmascara la corrupción.
En este contexto, “The Accountant 2” se convierte en un extraño pero intrigante espejo de la realidad. En tiempos en que la administración Trump se enfrentaba a renuncias dentro del Servicio de Impuestos Internos y escándalos por uso indebido de datos fiscales para deportar inmigrantes, la historia de un contador-vigilante que protege a refugiados usando su conocimiento de impuestos parece oportunamente distópica.
Marionetas nuevas, narrativa reciclada
Además del regreso de Affleck, el reparto incluye a J.K. Simmons, Cynthia Addai-Robinson y Daniella Pineda. Mientras Simmons aparece brevemente pero con contundencia en un acto inicial de emboscada, Addai-Robinson carga con el papel investigativo de seguir el rastro de Christian. Pineda es una asesina enigmática, interesante pero poco desarrollada. Aunque las actuaciones se mantienen firmes, el guion tambalea con escenas clunky que poco aportan —como una secuencia de citas rápidas que parecería sacada de otra película.
¿Realismo o parodia?
Uno de los aspectos más fascinantes de este filme es su tono. ¿Estamos ante un thriller serio con matices de “John Wick” y “The Bourne Identity”? ¿O es una sátira que se burla de la hipérbole del cine de acción moderno en su exceso de tecnicismos contables? La respuesta, quizá, es ambas. Su mejor escena (la resolución del fraude de cajas de pizza) es tan ridícula como divertida. Y eso es parte de su atractivo.
Una rareza en un mar de fórmulas
La primera entrega de "The Accountant" recaudó más de $155 millones a nivel mundial con un presupuesto estimado de $44 millones. No fue un fenómeno, pero sí un éxito suficiente como para justificar esta secuela. El regreso tardío no parecía prometer mucho, pero el filme, tal como su personaje principal, compensa dejando una curiosa huella en un ecosistema fílmico lleno de superhéroes y franquicias recicladas.
¿Es perfecta? No. ¿Es coherente? Apenas. ¿Es entretenida? Bastante más de lo esperado.
Valoración final: ¿vale la pena esta auditoría?
Sin reinventar el género, “The Accountant 2” desarrolla suficiente carisma propio entre sus papeles secundarios, escenas de acción y giros absurdos, como para justificar su visualización, especialmente si uno disfruta de thrillers que bordean el terreno de lo ridículo sin caer completamente en él.
La crítica especializada la valora con **2,5 de 4 estrellas**, lo cual es, teniendo en cuenta el material original, casi una mejora significativa. Desde su peculiar estructura hasta el inesperado enfoque en temas como el autismo, la migración y —curiosamente— la contabilidad, esta película encuentra su voz entre tantos números.
Y si después de verla sientes la necesidad de guardar tus recibos de pizza, no estás solo. Esa es, curiosamente, la magia de "The Accountant 2".