Francisco: El Papa del Pueblo que Humanizó el Pontificado

Entre migrantes, medio ambiente y sencillez, el primer Papa latinoamericano deja un legado potente y conmovedor

Una muerte que conmovió al mundo

El 21 de abril de 2025 quedará grabado en la historia como el día en que el mundo se despidió del primer Papa latinoamericano: Francisco. Jorge Mario Bergoglio falleció a los 88 años, generando una ola de tributos, emociones y memorias desde todos los rincones del planeta. Desde presidentes hasta ciudadanos comunes, todos quisieron rendir homenaje al hombre que cambió para siempre el rostro del papado.

Francisco no solo fue el papa 266, sino un reformador, un controversial pastor moderno enfrentado a desafíos milenarios, y una figura humana profundamente conmovedora. Este artículo es una mirada analítica —y a la vez en parte homenaje— sobre lo que representó su mandato, sus momentos más polémicos, sus gestos más simbólicos, y la herencia espiritual que deja.

De Buenos Aires al Vaticano

Nacido en el seno de una familia de inmigrantes italianos en Argentina el 17 de diciembre de 1936, Jorge Mario Bergoglio fue el mayor de cinco hermanos. Ingresó a la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote en 1969. Lideró la orden en Argentina durante la dictadura militar (1976-1983), navegando entre la represión y la necesidad de proteger a los más vulnerables.

Fue nombrado Cardenal en 2001 por el Papa Juan Pablo II, cargo desde el cual ejerció una intensa vida pastoral en Buenos Aires, rechazando privilegios y viviendo con una modestia ejemplar: prefería el transporte público y cocinaba para sí mismo. Este estilo ya adelantaba lo que marcaría su papado.

Un Papa de muchas primicias

  • Primer Papa de América Latina.
  • Primer Papa jesuita.
  • Primer Papa en adoptar el nombre de Francisco, inspirado en San Francisco de Asís.
  • Primer pontífice en visitar Irak y reunirse con su líder chií en 2021.

Al adoptar el nombre de San Francisco de Asís, Bergoglio señaló desde el primer momento que su misión sería una de humildad, sencillez y defensa de los pobres.

La transformación del papado: de pontífice a pastor

Francisco decidió vivir en la Casa Santa Marta y no en el Palacio Apostólico. Mantuvo su calzado ortopédico en lugar de los tradicionales mocasines rojos, renunció a limusinas y adoptó autos compactos. Esta actitud se insertaba en una crítica estructural: la necesidad de una iglesia pobre para los pobres.

La riqueza del clero es un escándalo”, llegó a decir en numerosas ocasiones.

En paralelo, reformó ritos esenciales del Vaticano, como los del funeral papal, para eliminar vestigios de pompa regia e intensificar el simbolismo pastoral y espiritual. Los cambios incluyeron la eliminación del triple ataúd (ciprés, plomo y roble) por uno más simple en madera con un interior de zinc, y permitir ser enterrado fuera del Vaticano, como él mismo pidió: en la Basílica de la Virgen María del Pueblo de Roma (Santa María la Mayor).

Papa de los migrantes y refugiados

Uno de los primeros gestos más potentes de Francisco como líder de la Iglesia fue su primer viaje fuera de Roma en 2013 hacia la isla de Lampedusa, punto caliente de llegadas de migrantes africanos. Allí lanzó una feroz crítica a la “globalización de la indiferencia”.

En 2016, desde la frontera del Río Bravo entre México y Estados Unidos, rezó por los migrantes muertos intentando cruzar. Ese mismo año afirmó, en referencia a Donald Trump, que “quien piensa solo en construir muros no es cristiano.”

Cuando visitó un campo de refugiados en Lesbos, Grecia, regresó a Roma con 12 refugiados sirios musulmanes en su vuelo papal. Estos gestos humanitarios le ganó respeto pero también múltiples críticas de sectores conservadores. No obstante, su postura fue inquebrantable.

Los migrantes no son una amenaza, sino signo de los tiempos que interpelan a la humanidad,” sostuvo durante la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado.

¿Quién soy yo para juzgar?

Quizás la frase más icónica de Francisco es también la que marcó una era dentro de la Iglesia:

¿Quién soy yo para juzgar?

Dicha en 2013 respecto a un sacerdote homosexual, marcó el inicio de una nueva aproximación hacia la comunidad LGBTQ+. En 2023, afirmó que “ser homosexual no es un crimen” y más recientemente, aprobó la posibilidad de bendecir a parejas del mismo sexo, aunque excluyendo equivalencias con el sacramento del matrimonio.

Estos gestos valieron el reconocimiento de grupos anteriormente marginados por la Iglesia, pero también fuertes enfrentamientos internos, particularmente desde alas conservadoras, que llegaron a acusarlo de herejía.

Francisco y el grito verde: defensa del planeta

En 2015 publicó la encíclica Laudato si’, una crítica mordaz al sistema económico global que calificó como “estructuralmente perverso” y causante de pobreza y devastación ambiental. Fue el primer papa en basar un documento doctrinal en evidencia científica sobre el cambio climático.

Calificó a la Tierra como “una inmensa pila de basura” y pidió una revolución cultural para evitar el colapso ecológico. Su lenguaje audaz sorprendió a muchos:

Nos enfrentamos a un colapso climático que amenaza la supervivencia de millones.”

Políticas sociales y controversias

Francisco fue un firme opositor de la pena de muerte, y rechazó categóricamente las armas nucleares. Pero mantuvo la postura tradicional de la Iglesia respecto al aborto, señalando que “es asesinato”. Esta dualidad generó un vínculo ambivalente con sectores progresistas que lo apoyaban en la defensa de migrantes y medioambiente, pero lo cuestionaban en otros terrenos.

Una de sus grandes heridas fue el escándalo por los abusos sexuales. En 2018, cometió un grave error al apoyar inicialmente al obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrimiento. Luego pidió perdón públicamente y convocó una reunión sin precedentes con los obispos de Chile. En 2019, excomulgó a Theodore McCarrick, un influyente cardenal estadounidense acusado de abuso. Aunque avanzó en legislaciones internas y transparencia, muchos consideran que no fue lo suficientemente lejos en reformar el sistema clerical que permitió estos delitos.

Una Iglesia sin mujeres sacerdotes

Si hay un punto donde la frustración fue palpable para muchos, fue su negativa a abrir la ordenación sacerdotal a mujeres. El Women’s Ordination Conference criticó en su comunicado tras su muerte:

“Su política de ‘puerta cerrada’ a la ordenación de mujeres fue dolorosamente incongruente con su postura pastoral y sinodal.”

Francisco mantuvo esa histórica barrera, aunque permitió que mujeres ocupasen cargos de decisión antes vetados.

Últimos momentos y un funeral austero

Francisco apareció por última vez en público durante la Misa de Pascua en la Plaza de San Pedro. Murió al día siguiente. Como había solicitado, su funeral fue simplificado. Fue vestido con ornamentos litúrgicos rojos y depositado en un ataúd de madera sencilla con monedas acuñadas durante su mandato y un documento oficial dentro del féretro.

Su tumba estará en la Basílica de Santa María la Mayor, junto a la famosa imagen bizantina de la Virgen “Salus Populi Romani”, ante la cual oró al regresar de cada uno de sus viajes internacionales.

Mi gran devoción” —así la llamaba—. Allí reposará el cuerpo de un Papa que, más que un pontífice, supo ser un pastor global.

Un legado desafiante y conmovedor

Francisco deja una Iglesia más abierta, aunque no exenta de divisiones internas. Fue amado, resistido, seguido con devoción u observado con recelo. Pero a nadie dejó indiferente. En palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen:

“Su humildad y amor por los pobres inspiró a millones más allá de la Iglesia.”

El Papa del “¿Quién soy yo para juzgar?” no solo humanizó el papado, lo empapó de realidad. Y esa realidad, llena de sufrimiento pero también de esperanza, llevó el sello indeleble de Francisco.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press