Guerra en Gaza: entre bombardeos, diplomacia fallida y un pueblo hambriento
Mientras los ataques israelíes arrasan Gaza, la ofensiva diplomática de Estados Unidos parece estancarse, aumentando la desesperación de una población desnutrida y desplazada
Por Redacción
Una nueva jornada sangrienta en Gaza
El conflicto entre Israel y Hamas alcanzó un nuevo pico de violencia el viernes, al menos 17 personas murieron en ataques aéreos israelíes en diferentes puntos de la Franja de Gaza, entre ellos niños y mujeres embarazadas. Los bombardeos, que continúan sin tregua, se centraron en el campo de refugiados de Jabaliya, donde una sola casa albergaba a ocho de las víctimas, y en la ciudad de Khan Younis, donde perdió la vida una mujer embarazada.
De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023, más de 51.000 palestinos han muerto, la mayoría mujeres y niños. La ofensiva es una respuesta al ataque inicial de Hamas, que causó la muerte de aproximadamente 1.200 israelíes y el secuestro de 251 civiles.
Bloqueo y hambre: una táctica de guerra
Más allá de los misiles, el pueblo palestino enfrenta otro enemigo: el hambre. Israel mantiene un bloqueo total sobre alimentos y bienes desde hace más de seis semanas, lo que ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes. La ONU afirma que:
- Casi el 90% de los 2,3 millones de habitantes han sido desplazados.
- La mayoría consume apenas una comida al día.
- “Miles de niños están desnutridos”, afirma un portavoz de UNICEF.
Israel defiende el bloqueo como una herramienta de “presión central” para quebrar a Hamas, mientras que organizaciones de derechos humanos lo califican como una táctica de “hambre como arma”, lo que podría constituir un crimen de guerra.
La diplomacia estadounidense: entre rezos e impotencia
En un gesto simbólico, Mike Huckabee, nuevo embajador de Estados Unidos en Israel y antiguo aspirante presidencial, realizó su primera aparición pública acudiendo al Muro de los Lamentos en Jerusalén, donde insertó una nota manuscrita por el presidente Donald Trump. “Me pidió rezar por la paz de Jerusalén”, declaró Huckabee.
Este acto espiritual contrasta con la ineficacia política, ya que los intentos de Washington por restaurar la tregua de enero no logran avances. Hamas ha rechazado la última propuesta israelí, exigiendo a cambio:
- La liberación de prisioneros palestinos.
- La retirada total de Israel de Gaza.
- El establecimiento de una tregua duradera.
Actualmente, Hamas retiene a 59 rehenes, de los cuales se cree que 24 están vivos. Israel, por su parte, se niega a discutir una retirada sin que el grupo desarme primero.
Una frágil tregua rota y sin esperanza
En enero, una tregua precaria permitió liberar a algunos cautivos y pausó temporalmente la violencia, pero el alto al fuego colapsó el 18 de marzo tras una ofensiva israelí que dejó cientos de muertos. Israel y Estados Unidos culpan a Hamas por no liberar más rehenes antes de continuar las negociaciones, punto que no estaba incluido en los términos del acuerdo.
“Hamas ha dejado claro que no va a liberar rehenes sin que se cumplan sus demandas. Israel, por su parte, usa la ocupación gradual como moneda de cambio”, indicó Khalil al-Hayya, jefe negociador de Hamas.
Diplomacia con Irán: dos figuras en lucha por evitar la catástrofe
Paralelamente, el espectro de un enfrentamiento nuclear con Irán acecha. Dos figuras lideran negociaciones cruciales: Steve Witkoff por EE.UU. y Abbas Araghchi por Irán. Ambos representan lados opuestos no solo ideológicamente, sino también en estilo y trayectoria.
- Witkoff, empresario inmobiliario y aliado cercano de Trump, fue nombrado negociador en temas calientes como Gaza e Irán. Sus acuerdos potencian los intereses estadounidenses con mano firme.
- Araghchi, diplomático de carrera y veterano de guerra, ha sido clave en las negociaciones nucleares desde el 2015. Su estilo mesurado contrasta con el tono frontal de su contraparte.
La segunda ronda de negociaciones está prevista para este sábado en Roma, con el peligro latente de un eventual ataque militar sobre las instalaciones nucleares iraníes por parte de Israel si no se alcanza un avance palpable.
“Un acuerdo solo se alcanzará si es un ‘acuerdo Trump’”, advirtió Witkoff, cuestionando la posibilidad de retomar las condiciones del acuerdo de 2015, del cual Estados Unidos se retiró unilateralmente en 2018.
El rol del Vaticano y una visita con tensiones
En Roma, el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, aterrizó simultáneamente para reunirse con la jefa de gobierno italiana, Giorgia Meloni, y con altos funcionarios del Vaticano. Aunque no fue recibido por el Papa Francisco, el trasfondo de su visita está cargado de tensión.
Francisco —quien se recupera de una grave neumonía— ha criticado directamente a Vance por respaldar deportaciones masivas y políticas migratorias duras. En una carta a obispos de EE.UU., el pontífice exhortó a respetar “la dignidad inherente” de los migrantes, señalando que defender políticas contrarias a ese valor esencial socava los principios básicos del cristianismo.
Vance, converso al catolicismo, se ha mantenido firme en su postura: “Respeto al Papa, pero defenderé mi política migratoria porque protege a nuestra nación”.
Un conflicto y muchas dimensiones
La compleja red de intereses en torno a Gaza e Irán ilustra el desafío de hallar un punto de equilibrio entre soberanía, derechos humanos y estabilidad regional. Los actores en juego no solo son nacionales, también lo son ideológicos, religiosos y geoestratégicos.
A medida que el conflicto se prolonga y la diplomacia se estanca, millones de civiles palestinos siguen atrapados en un infierno de bombas, hambre y exilio.
¿Dónde queda la humanidad cuando las políticas se definen con misiles y las plegarias son privatizadas por intereses particulares?
La historia juzgará no solo a quienes apretaron los gatillos, sino también a quienes —teniendo el poder— no hicieron lo suficiente para detener la matanza.
Fuentes: ONU, Ministerio de Salud de Gaza, UNICEF, entrevistas diplomáticas realizadas y comunicados oficiales.