Trump, Powell y la Guerra de los Tipos de Interés: ¿Independencia de la Fed en la Mira?

El presidente arremete contra Jerome Powell mientras la economía global enfrenta turbulencias por los aranceles y las tasas de interés

Por años, la Reserva Federal de Estados Unidos ha operado bajo la premisa de su independencia política. Sin embargo, el conflicto reciente entre el presidente Donald Trump y el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha encendido alarmas en los mercados internacionales y en las instituciones democráticas. Cuando un líder del poder ejecutivo apunta directamente contra el jefe de la institución monetaria más poderosa del mundo, el impacto no es meramente retórico: afecta la economía, la confianza empresarial y el equilibrio institucional en una república democrática.

Un presidente obsesionado con los tipos de interés

El presidente Trump ha reiterado su molestia porque la Reserva Federal no ha recortado los tipos de interés al ritmo que él considera necesario. En una reciente publicación en redes sociales, Trump expresó que “la terminación de Powell no puede llegar lo suficientemente pronto”, en referencia directa a la permanencia del funcionario, cuyo mandato legal se extiende hasta 2026.

Trump, inicialmente responsable de nominar a Powell en 2017 para sustituir a Janet Yellen, ha descaradamente admitido que se arrepiente de su elección. En múltiples ocasiones, ha presionado públicamente para que Powell recorte los tipos de interés, y lo ha comparado negativamente con sus homólogos en otras regiones, como el Banco Central Europeo (BCE).

La última gota para Trump parece haber sido una decisión del BCE de recortar las tasas al 2.25%, mientras la Fed mantenía firme su postura expectante debido a la economía interna estadounidense y los efectos colaterales de las tensiones comerciales generadas por el mismo Trump.

Las guerras arancelarias: Fabricando la incertidumbre económica

Los aranceles impuestos por Trump han oscurecido el panorama económico global. En una medida calificada como abrupta por analistas económicos, el presidente anunció en abril un nuevo paquete de tarifas de hasta el 49% en bienes importados, incluyendo un 20% específico contra la Unión Europea. Estas decisiones han generado una ola de incertidumbre para las empresas, tanto en EE.UU. como en el extranjero, retrasando inversiones y contratación.

La Eurozona, dependiendo significativamente del comercio exterior, se ha visto especialmente afectada. El crecimiento trimestral apenas alcanzó el 0.2% en los primeros tres meses de 2025, con una inflación en el 2.2%. Esta conjunción ha llevado al BCE a recortar las tasas para evitar una recesión inminente. Según Christine Lagarde, presidenta del BCE, “la incertidumbre creada por las tensiones comerciales excepcionales nos obliga a tomar decisiones reunión tras reunión”.

La centralidad de Jerome Powell

En contraste, Jerome Powell, durante un evento en el Economic Club de Chicago, expuso con claridad la postura de la Fed: “Nuestra independencia es una cuestión de ley. Solo nos guían datos económicos, no presiones políticas”. Añadió que “la estabilidad de precios y el máximo empleo” siguen siendo los pilares de la Reserva.

Powell ha dejado claro que no cederá ante presiones políticas, incluso si eso significa enfrentarse al mismo presidente que lo nominó. En una rueda de prensa de noviembre de 2024, enfatizó que no renunciaría en caso de que Trump se lo solicitara. Además, agregó que “no podemos ser removidos si no es por causa justificada”. Esta posición ha sido respaldada por diversos legisladores de ambos partidos, quienes destacan la importancia de una Fed independiente para proteger la estabilidad económica.

Mercado laboral resistente... por ahora

Pese a la incertidumbre generalizada, el mercado laboral estadounidense continúa mostrando fortaleza. En abril, las solicitudes de subsidio por desempleo cayeron a 215,000, muy por debajo de los 225,000 pronosticados por analistas. La tasa de desempleo se sitúa en el 4.2%, nivel considerado saludable por estándares históricos.

No obstante, la amenaza de recortes laborales debido a políticas federales también ha aparecido en el horizonte. Diversas agencias, como el Departamento de Salud y Servicios Humanos, la Oficina de Educación, la Administración de Pequeñas Empresas y la misma IRS, han sido señaladas como objetivos de reducción bajo la llamada “DOGE” (Departamento de Eficiencia Gubernamental), liderado de forma simbólica por Elon Musk. Estas posibles reducciones aún no impactan en los datos semanales, pero diversos analistas están atentos a su manifestación.

Powell vs. Trump: un conflicto más allá de la economía

Este enfrentamiento entre la Casa Blanca y la Reserva Federal es mucho más que una disputa sobre tipos de interés. Representa un conflicto de filosofías sobre cómo gobernar y cómo interpretar el papel de las instituciones dentro de una democracia liberal moderna. Mientras Trump busca resultados inmediatos, muchas veces impulsados por una lógica electoral o de mercado bursátil, la Fed trabaja con el largo plazo como horizonte, guiada por datos y fundamentos.

La historia económica de Estados Unidos enseña que los periodos en los que la Fed ha cedido a presiones externas, como ocurrió durante la década de los 70, terminaron generando consecuencias inflacionarias desastrosas. No es coincidencia que desde entonces se haya reforzado su independencia legal y política.

De hecho, en 1951 el presidente Harry Truman tuvo un enfrentamiento similar con el presidente de la Fed de entonces, William McChesney Martin. Truman quería mantener las tasas bajas para financiar los gastos de la guerra de Corea, pero Martin se opuso. La historia favoreció a Martin: el acuerdo alcanzado, conocido como el ‘acuerdo del Tesoro-Fed’, marcó el inicio moderno de la independencia del banco central.

¿Fin de la independencia de la Fed?

Al proponer abiertamente la sustitución de Powell y señalar que “su terminación no puede llegar lo suficientemente pronto”, Trump está desafiando una norma tácita que ha regido desde hace más de 70 años. Si bien legalmente no puede destituir al presidente de la Fed sin causa comprobada de mala conducta, su insistencia plantea una narrativa peligrosa en la que se considera viable romper con esa independencia en favor de objetivos políticos inmediatos.

Como bien lo expresó Powell: “Podrán decir lo que quieran; nosotros vamos a hacer lo correcto, sin importar las presiones externas”. Esa frase retumba con fuerza en medio del ruido político.

“Las decisiones que tomamos afectan a todos los estadounidenses. Es por ello que deben estar basadas en datos, y no en caprichos o tuits”, agregó Powell en Chicago.

El daño colateral: Europa bajo presión

Los efectos de este conflicto no se limitan a Estados Unidos. Europa siente la presión de los aranceles y la posibilidad de una desaceleración global. El BCE ha reaccionado bajando las tasas siete veces consecutivas desde que comenzó el ciclo de relajamiento tras la crisis inflacionaria postpandemia.

Los economistas del Banco Berenberg estiman que, aunque parte de las tarifas podrían ser negociadas hacia mediados de año, probablemente se mantendrán en niveles 10 puntos porcentuales más altos que en 2021. Además, el sector automotriz europeo, esencial para las economías de Alemania, Francia e Italia, enfrenta un arancel del 25% por parte de EE.UU., lo que podría ser devastador si se mantiene.

Como señala la Comisión Europea: “La relación comercial transatlántica es la más importante del mundo”. Cada día, bienes y servicios por más de 5,000 millones de dólares cruzan el Atlántico. La imposición de aranceles generalizados a este volumen económico no solo amenaza a Europa, sino que también podría dañar seriamente a la economía estadounidense debido al incremento de costes para sus propios consumidores.

¿Qué podemos esperar?

Las próximas semanas serán cruciales. Trump ha dado una pausa de 90 días a sus nuevas tarifas para renegociar, pero pocos confían en que sea un repliegue real. Mientras tanto, los mercados reaccionan con volatilidad, el BCE actúa para sostener el crecimiento, y la Fed se mantiene firme por ahora, aunque bajo una presión política inusitada.

No se trata solamente de política económica. Se trata de las bases institucionales que permiten el funcionamiento estable de las democracias avanzadas. ¿Podrá Jerome Powell resistir la presión? ¿Se mantendrá la independencia de la Fed? La historia está en proceso de escritura, y el mundo entero observa atentamente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press