Marjorie Taylor Greene, la controversia constante: una figura clave del trumpismo en Estados Unidos

La congresista de Georgia desafía protestas, divisiones internas del Partido Republicano y promueve un discurso afín a Trump mientras considera una posible candidatura a gobernador o senadora en 2026

Por Redacción

Una noche agitada en Acworth: discursos, videos y manifestaciones

En un estilo desafiante y con una retórica cargada de fervor trumpista, la representante republicana Marjorie Taylor Greene celebró un concurrido cabildo abierto en Acworth, Georgia, en el que reafirmó su lealtad al expresidente Donald Trump frente a una audiencia mayoritariamente favorable a sus posturas, pero también en medio de protestas, arrestos y polémica.

Más de 150 personas acudieron al evento, y aunque abundó el respaldo a la congresista, varios manifestantes fueron escoltados fuera del lugar —algunos arrestados—, en una noche tensa que puso en evidencia la profunda polarización política que atraviesa Estados Unidos. Greene, sin embargo, respondió con indiferencia: “¿Qué voy a hacer? Voy a estar con mi presidente”, dijo mientras los asistentes estallaban en aplausos.

El trumpismo sin filtros: Greene como vocera mediática

Marjorie Taylor Greene no es una figura cualquiera. Desde que llegó al Congreso en 2021, se ha convertido en una de las defensoras más ruidosas del expresidente Trump, promoviendo teorías conspirativas, enfrentándose a colegas moderados y cuestionando abiertamente las estrategias del liderazgo republicano tradicional.

Durante el evento en Acworth, no solo defendió las políticas arancelarias de Trump, sino que también proyectó videos en una pantalla gigante mostrando su apoyo al exmandatario, tocando temas que van desde la “supuesta” manipulación mediática hasta la “inflación fabricada por los demócratas”. Greene incluso acuñó un neologismo: “no seas un ‘panican’”, en referencia a quienes critican los efectos económicos de los aranceles trumpistas.

Paulatinamente, la congresista ha ganado influencia

Si al principio fue vista como una figura marginal con contenido incendiario, hoy Marjorie Taylor Greene se ha integrado de forma significativa al ala dura del Partido Republicano. Su nombre ha sido considerado para ocupar cargos a escalas más altas. Ella misma ha insinuado públicamente su disposición a postularse como gobernadora de Georgia o como senadora en 2026. De concretarse, sería una prueba de fuego para un partido dividido entre trumpistas radicales y figuras más institucionales.

Polémicas actuales: protestas, detenciones y conflictos éticos

Aunque Greene mantiene un núcleo duro de apoyo, sus actos públicos no están exentos de controversia. En Acworth, tres personas fueron arrestadas durante la sesión, una de ellas reducida con un taser. La congresista desestimó el impacto de estas acciones, e incluso se despidió sarcásticamente de los expulsados.

La tensión se intensificó aún más cuando un manifestante mostró un cartel que hacía alusión a operaciones sospechosas sobre acciones que habría comprado Greene antes de que Trump pausara parcialmente los aranceles. Aunque no negó tener conocimiento anticipado, se excusó diciendo que su asesor financiero toma decisiones sin consultarle y que “compró en la caída”.

¿Economía saludable bajo Trump?

Uno de los argumentos más insistentes de Greene fue la supuesta robustez de la economía bajo Trump, pese a que el consenso económico indica que los aranceles producen una carga fiscal indirecta sobre el consumidor, al encarecer los productos importados. Greene contradijo esta percepción: “Los aranceles no son un impuesto masivo a los estadounidenses. El verdadero impuesto ha sido la inflación provocada por los demócratas en los últimos cuatro años”, aseguró.

Estos comentarios reflejan un enfoque populista que busca culpar enteramente al Partido Demócrata de los problemas económicos actuales, sin considerar los factores estructurales o globales que también inciden.

La respuesta mediática y la opinión pública

Mientras tanto, la forma en la que Greene ha manejado estas controversias ha generado distintas reacciones. Para algunos, se trata de una figura valiente que se atreve a decir lo que otros callan; para otros, es una fuente continua de desinformación y de confrontación social.

Medios como Politico, Axios y The Washington Post han señalado que Greene representa la evolución del trumpismo desde un movimiento electoral hasta una visión ideológica a largo plazo dentro del Partido Republicano.

Canadá toma distancia: advertencias ante el nuevo clima político

Al igual que los ciudadanos estadounidenses, otros países también están observando con cautela el ascenso y la consolidación del trumpismo. La Asociación Canadiense de Profesores Universitarios (CAUT), que representa a más de 70 mil académicos, ha emitido una recomendación contra los viajes no esenciales a EE.UU., especialmente para académicos críticos del gobierno, personas LGBTQ+ y aquellos de países con relaciones tensas con la administración Trump.

David Robinson, director ejecutivo de CAUT, argumentó que ha habido un incremento del escrutinio político en las fronteras y un riesgo real para la confidencialidad de las investigaciones académicas: “Las revisiones de dispositivos electrónicos en la frontera pueden comprometer información sensible”. Esto muestra cómo el clima político en EE.UU. tiene repercusiones más allá de sus fronteras.

La dimensión judicial: una mujer lidera la Corte Suprema de Kentucky

En contraste con la retórica áspera de Greene, en Kentucky se celebró una ceremonia significativa: la magistrada Debra Hembree Lambert se convirtió en la primera mujer en liderar la Corte Suprema del estado. Durante su discurso, Lambert señaló que nunca ha dejado que su género influencie sus decisiones legales: “Mis fallos no estarán nublados ni mejorados por mis cromosomas XX. Serán simplemente decisiones buenas o malas”.

La Corte Kentucky también celebra su primera mayoría femenina, formada por cuatro mujeres de las siete integrantes. Esto no solo marca un avance representativo, sino también una reafirmación de que la diversidad puede coexistir con la imparcialidad legal.

Dos países, dos caminos

Resulta imposible no ver el contraste: mientras figuras como Greene ganan protagonismo promoviendo un discurso polarizante y centrado en teorías populistas, otras instituciones luchan por mantener la serenidad, la objetividad y el respeto en momentos fundamentales del ejercicio democrático.

Lo que está en juego es más grande que un liderato individual o una elección: es la pregunta persistente sobre el alma de la política estadounidense y sus consecuencias para el resto del mundo.

A medida que las elecciones de 2026 se acercan y el nombre de Greene resuena con fuerza, conviene preguntarse: ¿es esta la clase de liderazgo que Estados Unidos necesita para sanar sus heridas internas? ¿O será recordado como el período en que la confrontación venció a la cooperación?

Una cosa es cierta: Marjorie Taylor Greene no pasará desapercibida.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press