El legado de Vladimir Guerrero Jr. y el reto de Max Scherzer: Futuro brillante y heridas persistentes para los Blue Jays
Toronto asegura a su estrella por 14 años con un contrato récord, mientras espera el regreso de un Scherzer diezmado por las lesiones
Una firma histórica en Toronto: Guerrero Jr. y el contrato del siglo
El béisbol canadiense ha sido testigo de una hazaña poco común: Vladimir Guerrero Jr., una de las figuras más emblemáticas de la MLB actual, ha firmado una extensión de contrato de 14 años y 500 millones de dólares con los Toronto Blue Jays. Esta firma no solo es un triunfo para la organización, sino también un símbolo del compromiso del equipo con su futuro.
Con este acuerdo, Guerrero Jr. se ubica como el tercer contrato más alto en la historia de las Grandes Ligas, solo detrás de Juan Soto (765 millones por 15 años con los Mets) y Shohei Ohtani (700 millones por 10 años con los Dodgers). El contrato incluye además bonificaciones récord, destacando un bono por firma de 325 millones, el más alto jamás otorgado, y salarios que se escalonan estratégicamente hasta el año 2039.
"Mi segunda casa": Guerrero Jr. y su conexión con Canadá
Guerrero, nacido en Montreal cuando su padre Vladimir Guerrero Sr., miembro del Salón de la Fama, jugaba para los Expos, expresó su amor por Canadá durante la conferencia de prensa: "He pasado mucho tiempo aquí en Toronto y Canadá. Cuando un país te da amor, tienes que devolvérselo, ¿sabes? Eso es lo que estoy haciendo ahora."
Las palabras de Guerrero en inglés (idioma que rara vez utiliza en conferencias) fueron símbolo de lo que representa este compromiso: no solo el de un atleta con números impresionantes —promedio vitalicio de .288, 160 cuadrangulares y más de 500 impulsadas— sino el de un líder emocional y cultural dentro del equipo.
Por dentro del mega contrato: cifras, bonus y curiosidades
El contrato está cuidadosamente estructurado para proteger los intereses tanto del jugador como de la franquicia, considerando incluso una potencial huelga laboral en 2027. Entre los detalles más llamativos se encuentran:
- Bono por firma: $325 millones, con $20 millones pagaderos dentro de los primeros 30 días tras la aprobación del acuerdo.
- Escalonamiento del resto del bono: desde $13M en 2026 hasta $33M en 2039, con pagos anuales cada 30 de junio.
- Salario base: variable desde $17 millones en 2026 hasta $6 millones en 2039.
- Bonos de desempeño: desde $150,000 por ganar un MVP hasta $25,000 por MVP de la Serie de Campeonato. También incluye incentivos por All-Star, Derby de Jonrones, Guante de Oro y Bate de Plata.
Además, incluirá cuatro asientos reservados para todos los juegos de temporada regular en casa y una suite de lujo a precio reducido, tanto para temporada regular como postemporada. Sin duda, Guerrero no solo está asegurando un futuro económico sólido, sino también un espacio simbólico dentro del corazón de la franquicia.
Un Guerrero con alma de líder
El presidente del equipo, Mark Shapiro, destacó a Guerrero como uno de los “bateadores más impresionantes del juego”; mientras que el gerente general Ross Atkins lo elogió no solo por su talento, sino por su carisma: “Trae no solo una competitividad de élite, sino esa sonrisa característica que todos quieren a su alrededor.”
Tal ha sido su impacto, que incluso se comienza a hablar de la posibilidad de construir el equipo alrededor de él como columna vertebral, con la esperanza de retener a otras piezas clave como Bo Bichette, quien será agente libre tras la próxima Serie Mundial. Aunque Guerrero admitió no poder controlar el destino de su amigo cercano, dejó claro que desea que ambos jueguen juntos muchos años más.
Mientras tanto: Scherzer, atrapado entre el dolor y las expectativas
Mientras Guerrero Jr. vive el momento más importante de su carrera, otro jugador estelar de los Blue Jays, el legendario lanzador Max Scherzer, atraviesa un periodo de frustración Física. A sus 40 años, Scherzer continúa lidiando con una dolencia persistente en el pulgar derecho que ya lo ha obligado a visitar dos veces a un especialista en EE. UU. y lo tiene en la lista de lesionados desde el 30 de marzo.
Scherzer, ganador de tres premios Cy Young, tuvo que abandonar su primera apertura con Toronto tras solo tres entradas por molestias en el músculo dorsal, molestias que atribuyó a la misma inflamación en el pulgar. A pesar de intentar rehabilitarse durante la gira del equipo, su estado ha fluctuado y no ha logrado una recuperación completa.
Las lesiones, una sombra recurrente para Scherzer
La situación actual reproduce un patrón en los últimos años. En 2023, con los Rangers de Texas, Scherzer terminó con récord de 2-4 y ERA de 3.95 en apenas nueve aperturas, afectado por múltiples problemas físicos, incluidos cirugías de espalda, fatiga en el hombro e incluso una distensión en el muslo izquierdo.
El manager John Schneider lo resumió de manera irónica: "Lanzó durante cuatro o cinco días en la carretera, cada uno con distinto grado de ‘bien o mal’. Solo quiere intentarlo hasta que funcione.”
Toronto en la cuerda floja: entre la esperanza y la nostalgia
La apuesta de los Blue Jays en 2024 claramente divide su energía entre asegurar su futuro a largo plazo y tratar de sacar el mejor provecho del presente. Por un lado, la consolidación de Guerrero Jr. al estilo franquicia abre posibilidades competitivas sólidas para los próximos años; pero, por otro, depender de un veterano como Scherzer, aunque medallista de experiencia, resulta altamente riesgoso en el corto plazo.
El contrato de Scherzer (un año por $15.5 millones) fue concebido como un movimiento agresivo para apuntalar una rotación con aspiraciones de postemporada. Sin embargo, hasta el momento, la inversión no ha dado frutos.
Lo emocional y lo económico en juego
El béisbol es un negocio y una pasión, y los Blue Jays lo saben. Entre los aspectos financieros del contrato de Guerrero y los quebrantos físicos de Scherzer, Toronto está experimentando las dos caras del deporte profesional.
Las multitudes en el Rogers Centre ya han comenzado a corear el nombre de Vladimir, quizás como anticipo de una era dorada. El tiempo dirá si el número 27 puede emular a su padre no solo como campeón del Derby de Jonrones, sino como una figura dominante en su época.
Mientras tanto, los azulejos navegan entre la luz de Guerrero y las sombras de Scherzer, esperando que ambas historias encuentren finales felices. Una cosa es segura: el 2025 será un año de emociones intensas para la afición canadiense.