¿Un nuevo rumbo para Alemania? Las claves del ascenso de Friedrich Merz al poder

Mientras el Bundestag se prepara para votar a su próximo canciller, el frágil equilibrio de poder y las tensiones internas en los partidos podrían determinar el futuro del país

El próximo 6 de mayo podría marcar un nuevo capítulo en la historia política de Alemania. La sesión del Bundestag ha sido marcada para ese día con el fin de elegir a Friedrich Merz como el nuevo canciller de Alemania. Sin embargo, esta elección no solo representa un cambio de líder, sino un giro político que sugiere un reacomodo en el panorama gubernamental alemán tras años de coaliciones inestables.

¿Quién es Friedrich Merz?

Friedrich Merz es una figura conocida dentro de la política alemana, particularmente por su liderazgo dentro de la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Abogado de origen, Merz ya fue miembro del Bundestag desde los años 90 y presidió el grupo parlamentario de la CDU/CSU hasta 2002. En años recientes, su nombre ha cobrado mayor fuerza como una alternativa conservadora al liderazgo centrista de Angela Merkel y su sucesor Olaf Scholz.

Con una visión que busca fortalecer el perfil económico de Alemania, impulsar la seguridad interna y establecer un discurso más firme respecto a la inmigración, Merz representa una opción de ruptura frente a los últimos periodos de liderazgo del país.

Un rompecabezas de coaliciones

El modelo parlamentario alemán obliga a la conformación de coaliciones para gobernar. Tras las elecciones de febrero de 2025, la nueva aritmética parlamentaria ha planteado un complejo escenario político: ningún partido obtuvo una mayoría suficiente para gobernar en solitario, y el ascenso de la extrema derecha complica aún más la posibilidad de alianzas.

Actualmente, la coalición propuesta está conformada por la CDU, su partido hermano en Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU), y los Socialdemócratas (SPD), el mismo partido del actual canciller Olaf Scholz. Esta "gran coalición revisitada" cuenta con una mayoría modesta de 328 de los 630 escaños del Bundestag, lo justo para alcanzar el poder.

Obstáculos políticos en casa

Pero aún no hay garantías de éxito. Antes de la votación del 6 de mayo, esta alianza debe superar dos obstáculos clave:

  • El referéndum interno del SPD: La membresía del SPD votará sobre el acuerdo de coalición del 23 al 29 de abril.
  • La aprobación en la convención de la CDU: Programada para el 28 de abril.

El ala juvenil del SPD ya ha expresado su oposición al acuerdo, considerando que representa una claudicación ideológica a favor de la derecha. El SPD, que en los comicios obtuvo su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial, se enfrenta a una crisis de identidad que se refleja en estos conflictos internos.

¿Qué propone el nuevo gobierno?

El acuerdo de coalición va más allá de lo simbólico. Entre sus principales promesas se destacan:

  • Reactivación económica: Estrategias para estimular el crecimiento en medio de proyecciones estancadas (el FMI prevé un crecimiento del 0,2% en 2025).
  • Aumento del gasto en defensa: En respuesta tanto a compromisos con la OTAN como al contexto geopolítico debido a la invasión rusa en Ucrania.
  • Política migratoria más estricta: En un intento de frenar el avance de partidos de extrema derecha como la AfD.
  • Modernización de la infraestructura: Ante la urgente necesidad de reparar puentes, carreteras y servicios —según datos oficiales, casi 4.000 puentes están en riesgo estructural.

El fantasma de la extrema derecha

Una de las razones que empujan a los partidos tradicionales a formar este tripartito poco habitual es evitar que la Alternativa por Alemania (AfD) tenga influencia en las decisiones de poder. A pesar de que el partido obtuvo el segundo lugar en las elecciones pasadas, ningún partido está dispuesto a asociarse con ellos debido a su discurso antiinmigración y su retórica nacionalista.

En una entrevista con ARD, el colíder del SPD, Lars Klingbeil, comentó al respecto: “Alemania debe ser un lugar de estabilidad. Para eso se necesita un gobierno democrático estable. Y hemos presentado un acuerdo de coalición sensato.” Sus palabras reflejan las tensiones actuales, pero también el consenso general en la clase política de que es necesario aislar a los extremos.

Merz y la línea dura en política migratoria

Uno de los puntos más sensibles del acuerdo es el enfoque hacia la migración. Merz ha sido firme defensor de leyes más rigurosas y eficientes para regular las entradas, identificando la inmigración irregular como un riesgo para la cohesión social.

Estas posturas han sido controversiales, pero han ganado terreno debido a la percepción pública de que el país ha perdido el control sobre sus fronteras, especialmente tras la crisis migratoria de 2015. Según una encuesta de Der Spiegel de marzo de 2025, el 53% de los alemanes apoya medidas más estrictas sobre inmigración.

¿Riesgos de una nueva elección?

Si el SPD rechaza el pacto o si la CDU llega a retractarse, una de las alternativas es convocar a nuevas elecciones. Una posibilidad nada deseable para casi ningún partido en un contexto de desgaste político e incertidumbre económica.

Otra opción sería un gobierno minoritario, pero esto implicaría inestabilidad parlamentaria constante, bloqueos legislativos y menor capacidad para enfrentar los desafíos nacionales e internacionales que vive Alemania.

¿Cómo impactará esto en Europa?

El rol de Alemania como locomotora de Europa está en juego. La crisis energética, la guerra en Ucrania, el futuro de la integración europea y el posible regreso de Donald Trump a la presidencia de EE. UU. son factores que exigen un gobierno sólido en Berlín.

Europa observa con atención. La cancillería alemana no solo lidera dentro de sus fronteras. El papel de Olaf Scholz en la coordinación de ayuda hacia Ucrania y en la diplomacia frente a Rusia ha sido central. Merz deberá demostrar que puede mantener dicho liderazgo y, a la vez, trazar un nuevo rumbo más conservador.

El dilema del SPD: ¿renovarse o desaparecer?

Las tensiones internas del SPD también revelan una crisis más amplia de los partidos socialdemócratas en Europa. El ejemplo alemán puede servir como espejo para examinar lo que está ocurriendo con el Partido Laborista en el Reino Unido o con el Partido Socialista Francés.

Para muchos analistas, el SPD enfrenta un momento bisagra: o acepta su papel en un gobierno conservador como mal menor, o cae en la irrelevancia electoral, dividida entre pragmatismo y principios.

Un editorial de Süddeutsche Zeitung lo resumió claramente: “El SPD necesita más que renovar sus votos internos. Necesita renovar su alma.”

Merz, entre la oportunidad histórica y el peso del pasado

Friedrich Merz tiene ante sí una de las oportunidades políticas más grandes de su carrera, pero también el peso de liderar una Alemania dividida, cansada de crisis sucesivas, con una economía que apenas respira y una población cada vez más escéptica hacia sus políticos.

La escena está lista. Las cartas han sido lanzadas. Resta ver si los partidos en juego decidirán apostar por la estabilidad o si Alemania, una vez más, se sumergirá en la incertidumbre.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press