Trump vs ‘60 Minutes’: ¿censura o prensa crítica? Una mirada profunda al nuevo choque mediático-político
El expresidente intensifica su batalla legal y mediática contra CBS mientras las tensiones globales y económicas entre EE. UU. y China escalan a nuevos niveles
Donald Trump ha desatado una nueva tormenta política y mediática al arremeter contra el programa '60 Minutes' de CBS, acusándolo de difamación constante. Esta acusación se produce justo después de la emisión de dos reportajes explosivos sobre Ucrania y Groenlandia, los cuales según el exmandatario, buscan socavar su imagen pública y política. Sin embargo, este conflicto forma parte de un enfrentamiento más amplio del expresidente con los medios tradicionales de EE. UU., uno que plantea serias preguntas sobre la libertad de prensa, censura y cómo se informa al público sobre temas sensibles.
Un enfrentamiento que ya suma demandas millonarias
Trump, utilizando su plataforma Truth Social, calificó a '60 Minutes' como un "operador político disfrazado de informativo" e instó a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) a imponer "multas y castigos máximos" por lo que considera comportamiento ilegal.
Actualmente, el expresidente mantiene una demanda por $20 mil millones contra CBS, acusando al programa de editar una entrevista con Kamala Harris —su oponente demócrata— de manera favorable y manipuladora. CBS ha negado rotundamente estas acusaciones, pero informes recientes sugieren que hay conversaciones en curso entre los abogados de Trump y el conglomerado de medios para llegar a un arreglo.
'60 Minutes': Reportaje incómodo sobre Ucrania y Groenlandia
La edición reciente que tanto ha indignado a Trump incluyó una entrevista desde Ucrania realizada por el corresponsal Scott Pelley al presidente Volodymyr Zelenskyy. El mandatario ucraniano, visiblemente afectado, habló desde el sitio de un ataque ruso donde murieron nueve niños: “Siento un 100% de odio por Putin”, afirmó. Además, invitó directamente a Trump a visitar Ucrania y presenciar las consecuencias de la invasión rusa.
El otro reportaje, dirigido por Jon Wertheim, abordó la situación política y cultural en Groenlandia, país que ha estado en el radar estadounidense desde que Trump expresó su deseo de adquirirlo durante su primer mandato. De acuerdo con el segmento, muchos groenlandeses están preocupados por las posibles implicaciones geopolíticas y económicas de una intervención de EE. UU.
No es la primera vez que Trump carga contra los medios
Esta no es una reacción aislada. Desde que ingresó al escenario político en 2015, Trump ha sostenido una relación conflictiva con los medios de comunicación, etiquetándolos como "enemigos del pueblo estadounidense". Durante su primer mandato, atacó regularmente a CNN, The New York Times y Washington Post, además de prohibir la entrada de ciertos periodistas a eventos oficiales.
Pero su vendetta post presidencial ha alcanzado nuevas alturas. Además de CBS, otras cadenas como ABC, PBS, NPR, NBC y hasta The Walt Disney Co. han estado bajo investigación por parte de entidades gubernamentales, algunas de ellas iniciadas paralelamente por la FCC bajo presión política.
¿Dónde está la línea entre información crítica y difamación?
Este enfrentamiento ha generado una ola de opiniones entre legalistas, analistas políticos y defensores de la libertad de prensa.
- Jameel Jaffer, director ejecutivo del Knight First Amendment Institute en la Universidad de Columbia, declaró en 2023 que:
“Cuando los funcionarios del gobierno enjuician a los medios por su cobertura, eso tiene un efecto paralizante en el periodismo libre y crítico.” - Margaret Sullivan, exeditora de medios en The Washington Post, opinó que:
“El objetivo de Trump no es solo limpiar su propia imagen, sino también intimidar a cualquier medio que se atreva a cubrirlo de forma negativa.”
Mientras tanto, defensores del expresidente argumentan que los medios han cruzado la línea hacia una agenda partidista, abusando de su influencia para moldear la opinión pública en su contra. Pero el impacto va más allá: la forma en que se trate esta batalla podría sentar precedentes significativos para la libertad de expresión y el rol del periodismo en la democracia estadounidense.
Paralelamente, tensión comercial con China sigue creciendo
En otro frente de conflicto internacional, los recientes incrementos arancelarios implementados por Trump contra China han generado nuevas tensiones. Beijing reportó que sus exportaciones crecieron un 12.4% en marzo, una señal de que muchas empresas aceleraron sus envíos antes de la entrada en vigor de los nuevos aranceles, ahora fijados en un descomunal 145% para la mayoría de los productos exportados.
La respuesta del presidente chino, Xi Jinping, ha sido diplomática y estratégica: inició una gira por el sudeste asiático para reforzar relaciones y estabilidad regional. Su visita a Vietnam —un país que equilibra hábilmente sus relaciones con EE. UU. y China— busca proyectar a Pekín como una “superpotencia responsable” y confiable en contraste con un Washington bajo el mando de Trump más volátil.
Vietnam en el centro de la tormenta
Vietnam, receptor tanto de Biden como de Xi Jinping en 2023, se ha convertido en un punto de equilibro geopolítico. Ha aprovechado la guerra comercial para atraer inversiones que buscan alejarse de China, pero esta posición también le ha valido sanciones: bajo órdenes de Trump, Vietnam ha enfrentado aranceles de hasta el 46% antes de una reciente pausa de 90 días.
“El viaje a Vietnam, Malasia y Camboya busca mostrar que China se opondrá al proteccionismo de EE. UU.,” aseguró el investigador Nguyen Khac Giang del Instituto ISEAS–Yusof Ishak en Singapur. Por su parte, la analista Huong Le-Thu explicó que la visita también busca demostrar liderazgo alternativo ante una comunidad internacional tambaleante.
¿Un nuevo orden global?
Una guerra mediática interna y un conflicto comercial externo sitúan a Trump en el centro de un huracán político, que no solo afecta al país sino también a la arquitectura del comercio mundial.
Mientras Trump denuncia a CBS por presuntas difamaciones, y Xi Jinping redobla sus esfuerzos por consolidar hegemonía en Asia Sudoriental, el mundo asiste a una colisión sin precedentes entre política doméstica hiperpartidista y relaciones internacionales post-globalización.
La pregunta que queda en el aire es: ¿estamos presenciando una era en la que la información crítica será silenciada por demandas multimillonarias y guerras ideológicas, o donde se reafirmará la integridad del periodismo frente a los embates del poder?
Lo que es seguro es que tanto las emisiones de '60 Minutes' como los nuevos movimientos diplomáticos de China seguirán siendo un termómetro de cómo se reconfiguran el poder, la verdad y las narrativas en este 2025.