Trump e Irán: ¿Paz nuclear o fuego cruzado?

Las tensiones vuelven a escalar mientras el expresidente Trump impulsa negociaciones bajo amenazas. ¿Estamos ante un nuevo acuerdo o al borde de un conflicto bélico?

Por décadas, el programa nuclear iraní ha sido un rompecabezas geopolítico. Pero ahora, el expresidente Donald Trump vuelve con fuerza al escenario con una propuesta diplomática cargada de un lenguaje amenazante. ¿Se repetirá el ciclo de tensiones o esta vez hay margen para pactar?

El contexto: un Irán debilitado y cercado

La coyuntura parece favorable para el exmandatario. Irán ha sido golpeado por una serie de eventos que lo han dejado en una posición negociadora mucho más débil respecto a años anteriores. A continuación, algunas de las claves:

  • El debilitamiento de sus aliados: Hamas y Hezbollah han sido duramente golpeados por ataques israelíes.
  • Bombardeos estadounidenses: Han alcanzado objetivos estratégicos de los rebeldes hutíes en Yemen, quienes reciben apoyo iraní.
  • Caída de Bashar Assad: Aliado clave de Irán, fue depuesto en Siria luego de dos décadas en el poder.
  • Sanciones económicas: La economía iraní languidece por las múltiples sanciones impuestas por EE. UU. y sus aliados desde la salida del acuerdo nuclear por parte de Trump en 2018.

Todo esto ha creado una oportunidad inusual: el Gobierno iraní parece más dispuesto a entablar conversaciones, aunque con múltiples condiciones aún sobre la mesa.

El arma de la diplomacia: Steve Witkoff vs. Abbas Araghchi

El primer paso de esta nueva ofensiva diplomática se dará en Mascate, capital de Omán: una ciudad históricamente neutral, ideal para este tipo de encuentros. Los representantes serán:

  • Steve Witkoff: Enviado de Trump para Medio Oriente. Abogado y empresario sin experiencia diplomática formal, pero estrechamente ligado al expresidente.
  • Abbas Araghchi: Diplomático de carrera y figura clave durante las negociaciones del acuerdo nuclear de 2015.

Sin embargo, hay incertidumbre sobre si estos encuentros serán cara a cara o mediante intermediarios omaníes, lo que podría alargar y entorpecer las conversaciones.

Más allá del JCPOA: ¿qué quiere Trump ahora?

Cuando Trump se retiró del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) en 2018, argumentó que era "el peor acuerdo de la historia". Su nueva postura parece intentar superar lo logrado por Obama:

Exigencias de Trump:

  • Fin de todo enriquecimiento que pueda conducir a material potencialmente militar.
  • Cierre de programas de misiles balísticos estratégicos.
  • Acceso irrestricto a inspectores internacionales.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue clara: “Todos los caminos están sobre la mesa. Irán debe elegir: acceder a las demandas o enfrentar ‘el infierno’”.

¿Cuán lejos está Irán de tener una bomba?

Desde la salida de EE. UU. del JCPOA, Irán ha acumulado suficiente uranio enriquecido como para fabricar varias armas nucleares, según informes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Algunos datos clave:

  • Bajo el JCPOA (2015): Irán podía enriquecer uranio al 3.67%.
  • Hoy: Dispone de material enriquecido hasta en un 60%, a solo un paso técnico de niveles bélicos (90%).

A pesar de esto, el presidente actual de Irán, Masoud Pezeshkian, insiste en que su país “no busca una bomba nuclear”. Incluso sugirió que Irán podría abrir sus puertas a inversión norteamericana si hay un acuerdo.

¿Negociación real o maniobra política?

Trump ha manifestado querer una solución diplomática, pero su historial y retórica belicista generan dudas. Según Trita Parsi del Quincy Institute for Responsible Statecraft, “Si el objetivo es únicamente evitar el arma nuclear, se puede lograr. Pero si se expande a otras áreas, será un fracaso.”

Por su parte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu apoya un acuerdo diplomático similar al modelo libio de 2003, que implicó el desmantelamiento total del programa nuclear clandestino de Muamar Gadafi.

Sin embargo, Irán ha reiterado que su programa nuclear ya está bajo supervisión de la OIEA, lo cual hace inaceptable repetir un modelo como el de Libia. Incluso Trump parece no alinearse completamente con Netanyahu en esta visión.

El factor interno en EE. UU.: elecciones y liderazgo

Esta jugada también tiene implicaciones domésticas: Trump quiere mostrar liderazgo mundial si busca regresar a la Casa Blanca en 2025. Un éxito diplomático elevaría su perfil, especialmente luego de los errores que muchos critican en su primer mandato en política internacional.

En juego están más que armas nucleares: la narrativa electoral. Trump quiere ser visto como el único líder capaz de “controlar a Irán” y evitar otra ‘Guerra Tenaz’ como la de Irak.

¿Qué sigue? Comenzar a hablar, aunque sea sin hablar

La cita en Omán, ya sea con diálogos directos o indirectos, será el termómetro inicial. Si ambas partes perciben avances, podríamos estar ante una nueva ronda de cumbres internacionales. Si fallan, militarización y conflicto regional podrían intensificarse.

Witkoff ya ha insinuado flexibilidad: “La línea roja es que no se puede tener capacidad armamentística nuclear”. Un cambio notable respecto a posiciones anteriores que exigían desmantelamiento total del programa.

La geopolítica vuelve a centrarse en Teherán

El mundo observa expectante. ¿Estamos ante el inicio de una dinámica diplomática que pueda evitar un conflicto? ¿O asistimos a la antesala de otra confrontación con consecuencias globales?

Como siempre en la política nuclear del Medio Oriente, todo pende de un hilo. Y esta vez, ese hilo es más delgado y tensionado que nunca.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press