Harvey Weinstein ante un nuevo juicio: ¿qué significa realmente el uso de la palabra 'fuerza'?
El juez autoriza el uso del término 'fuerza' en el testimonio de una presunta víctima, marcando un giro relevante para el nuevo juicio del productor
Harvey Weinstein, el otrora todopoderoso magnate de Hollywood, se enfrenta a un nuevo capítulo judicial en Nueva York. Aunque su condena previa fue anulada por errores procesales, la nueva estrategia judicial de la fiscalía busca reconstruir su caso centrándose en tres acusaciones principales, mientras los tribunales debaten detalles cruciales, como el uso del término “fuerza” en los testimonios.
Un revisionismo judicial que reabre heridas
El 24 de abril de 2024, el juez Curtis Farber del estado de Nueva York, rectificó una decisión anterior y permitió que una de las presuntas víctimas usara el término “fuerza” para describir su presunto encuentro con Weinstein. Esta decisión no es menor: se trata de una narrativa central para establecer el contexto de consentimiento —o la ausencia de este—, incluso si Weinstein fue absuelto del cargo más grave relacionado con esa alegación en el juicio de 2020.
La mujer involucrada, una aspirante a actriz, había testificado que Weinstein la violó en marzo de 2013 en un hotel de Manhattan, y nuevamente ocho meses después, esta vez en Beverly Hills. Durante el primer juicio, esta mujer rompió en llanto mientras relataba cómo el productor le ordenó desnudarse mientras se cernía imponente sobre ella. “Quiero que el jurado sepa que ese hombre es mi violador”, dijo en 2020.
El significado legal de “fuerza”
En términos judiciales, el uso de la palabra “fuerza” puede ser determinante. Define la línea entre una relación sexual sin consentimiento y una agresión sexual con violencia, específicamente bajo los parámetros del cargo jurídico de “violación en primer grado”, del cual Weinstein fue absuelto en 2020. Sin embargo, todavía enfrenta cargos por violación en tercer grado, que no requiere demostrar una coerción física violenta, sino simplemente la falta de consentimiento.
Para los abogados defensores de Weinstein, permitir este término podría tergiversar los hechos frente al jurado. Argumentan que podría implicar indirectamente que el acusado ya fue condenado por ese comportamiento en específico, cuando en realidad fue absuelto. Sin embargo, el juez Farber señaló que la fiscalía no podrá referirse en ningún momento a los veredictos anteriores, y que el testimonio podrá ser rebatido durante los contra-interrogatorios.
¿Quién es Harvey Weinstein y por qué es tan relevante este juicio?
Harvey Weinstein llegó a ser, junto con su hermano Bob, una de las figuras más poderosas del cine estadounidense a través de la compañía Miramax y posteriormente The Weinstein Company. Fue productor de películas que acumularon más de 80 premios de la Academia, incluyendo Shakespeare in Love, El paciente inglés y Chicago.
Pero su reputación se derrumbó con las revelaciones de agresión sexual publicadas por The New York Times y The New Yorker en octubre de 2017, dando origen al movimiento global #MeToo. Desde entonces, más de 100 mujeres han acusado a Weinstein de múltiples actos de violencia sexual.
En 2020, fue condenado en Nueva York por violación en tercer grado y un acto criminal sexual en primer grado, recibiendo una sentencia de 23 años en prisión. Sin embargo, el Tribunal de Apelaciones de Nueva York anuló esa condena en 2023 debido al uso injusto de testimonios no relacionados directamente con el caso.
¿Qué cambia con este nuevo juicio?
Esta repetición se centra en las declaraciones de tres mujeres: dos acusaciones previas (la producción asistente de cine que alega haber sido forzada en 2006 y la aspirante a actriz de 2013), y un nuevo cargo incluido en septiembre de 2023, también por presunta felación forzada en Manhattan en 2006.
El reto para la fiscalía es presentar un caso sólido sin depender de testigos con acusaciones no vinculadas directamente al proceso actual —uno de los principales motivos por los cuales se anuló la sentencia previa. Mientras tanto, la defensa de Weinstein ha intentado atrasar el juicio cuestionando la validez de unas notas tomadas por un asistente del fiscal durante una entrevista de 2020.
El estigma de los poderosos y el silencio como cómplice
El caso de Weinstein no solo es relevante por el proceso judicial en sí, sino por lo que representa: el colapso de una figura que simbolizaba el poder inabordable dentro de Hollywood. Durante décadas, supuestamente utilizó su posición para manipular, intimidar y cometer crímenes bajo el amparo del silencio institucionalizado.
La apertura al uso del término “fuerza” puede tener relevancias profundas en la forma en que se escuchan y validan los testimonios de víctimas, muchas de las cuales deben luchar no solo contra sus agresores, sino contra sistemas judiciales e institucionales que tienden a minimizar los hechos cuando no hay marcas visibles.
Expertos legales señalan que el testimonio de la víctima sobre la utilización de fuerza, aunque el cargo de fuerza haya sido descartado previamente, entra dentro de lo que se conoce como “evidencia contextual”, válida si ayuda al jurado a comprender el entorno del incidente alegado.
Una condena aún vigente en California
Mientras se prepara el juicio en Nueva York, Weinstein permanece encarcelado debido a una sentencia de 16 años impuesta por un tribunal de Los Ángeles en 2022. Allí fue declarado culpable de violación y otros actos sexuales en relación con un incidente ocurrido en 2013 en una habitación de hotel durante el Festival de Cine de Los Ángeles.
No obstante, sus abogados también están apelando esa condena, alegando una mala administración del proceso.
El impacto cultural y legal del caso
Como ha señalado Tarana Burke, la activista fundadora del movimiento #MeToo, el caso Weinstein “no es solo un juicio a un hombre, sino un proceso que pone en entredicho a toda una industria cómplice”.
Y el cambio se ha notado: múltiples estudios en Hollywood han implementado oficinas de ética, reglamentos internos de conducta y programas de prevención del acoso sexual. Incluso festivales de cine han creado protocolos frente a denuncias de violencia de género.
Legalmente, también se han generado debates sobre el uso de testimonios de víctimas “no esenciales” en juicios por agresión sexual. En 2023, la Corte Suprema de California estableció en un caso paralelo que “la evidencia de patrón puede ser presentada si ayuda a establecer tendencia o modus operandi”, pero con límites estrictos.
¿Qué podemos esperar del veredicto?
Más allá del resultado, este juicio probará si una narrativa construída por aquellos que dicen estar del lado de las víctimas puede sostenerse bajo el rigor procesal. La decisión de permitir el uso del término “fuerza” no garantiza una condena, pero sí asegura que las víctimas puedan relatar su historia en sus propios términos.
Puede que el jurado no sea el único en emitir su juicio. El público, Hollywood, e incluso la historia cultural contemporánea, utilizarán este proceso como termómetro de cuánto ha aprendido la sociedad desde el estallido del #MeToo hace seis años.
Reflexión final
Como señaló el abogado y académico Jeffrey Toobin en una entrevista para CNN en 2020: “La revolución social que representa el juicio de Weinstein sigue dependiendo, como la Justicia, de detalles procesales. Pero mientras alguien escuche, algo cambia”.
Hoy, esa escucha permite que la palabra “fuerza” no sea silenciada cuando una víctima la considera necesaria para explicar su dolor. Y eso, por sí solo, es ya una forma de resistencia.