Kryvyi Rih: El Dolor de una Masacre Infantil y la Irresponsabilidad Internacional

Conmoción en Ucrania ante un ataque ruso que mató a 20 civiles, incluidos 9 niños, mientras las negociaciones de alto el fuego se estancan entre Washington y Moscú

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Kryvyi Rih, Ucrania. Una ciudad que hasta hace unos días vivía la rutinaria dureza de la guerra ahora se ahoga en la desesperación más desgarradora: veinte vidas arrebatadas, entre ellas nueve niños, por un misil ruso que arrasó un parque infantil y varios bloques de apartamentos. Mientras se realizaban los funerales en medio del dolor colectivo, no solo se lloraban las vidas perdidas, sino que también se cuestionaba la inacción global frente a una guerra que ha dejado miles de víctimas civiles y sigue escalando.

Una masacre infantil que marca un antes y un después

El ataque ocurrió el viernes por la noche en Kryvyi Rih, ciudad natal del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. En un instante, un cohete arrasó con un parque infantil donde los niños jugaban después de la escuela. Las escenas posteriores revelaron cuerpos esparcidos en el césped, juguetes rotos y columpios destrozados, dejando una imagen imborrable de lo que ahora se considera el ataque más letal contra la infancia desde que Rusia invadió Ucrania a gran escala en febrero de 2022, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.

La docente Iryna Kholod describió así a dos de sus estudiantes fallecidos, Arina y Radyslav, ambos de 7 años: “Eran como pequeños soles en el aula”. Radyslav solía ayudar en campañas escolares para recolectar comida para animales sin hogar. “Sujeta el saco como si fuera un tesoro”, relató. Sus pupitres, ahora vacíos, simbolizan una tragedia que supera cualquier justificación bélica.

¿Dónde está la línea roja para el mundo?

Mientras la ciudad celebraba funerales, el responsable de la administración municipal, Oleksandr Vilkul, fue claro: “No pedimos compasión, exigimos la indignación del mundo”. Pero esa indignación parece ser más una llamada al vacío que un motor de cambio real. Zelenskyy urgió de nuevo a sus aliados occidentales a fortalecer los sistemas de defensa antiaérea, especialmente mediante la adquisición de sistemas Patriot estadounidenses, señalando que es la única vía tecnológicamente viable para prevenir otro ataque similar.

En palabras de Nataliia Freylikh, maestra de Herman Tripolets, un niño de 9 años que también perdió la vida: “Ni siquiera es posible hacer el duelo como corresponde”.

La pausa que nunca llega: negociaciones estancadas

Tras el ataque, el foco internacional giró una vez más hacia los esfuerzos diplomáticos. Ucrania ha acordado un cese al fuego propuesto por Washington, pero Moscú aún no muestra señales de cooperación decisiva. Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, afirmó que Putin respalda “en principio” un alto al fuego, siempre y cuando se atiendan ciertas “condiciones”. Sin embargo, esas condiciones no han sido detalladas, y la ambigüedad está alimentando una prolongación del conflicto que ya dejó más de 10.000 civiles muertos, según datos de Naciones Unidas.

En una declaración que mezcla frustración y evasividad, el expresidente estadounidense Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, afirmó: “Estamos hablando con Rusia. Nos gustaría que paren. No me gusta el bombardeo.” Trump prometió durante su campaña electoral que traería un fin rápido a la guerra, pero hasta ahora su influencia ha sido más titular que efectiva.

La evolución mortal de las armas rusas

A este complejo escenario se suma la creciente sofisticación del arsenal ruso. Yurii Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, explicó en televisión nacional que los drones Shahed de fabricación iraní han sido modificados sustancialmente por Moscú, al igual que los misiles balísticos. Esto complica aún más la defensa aérea de ciudades como Kryvyi Rih.

La evolución de estos sistemas no solo representa una amenaza militar sino que también convierten a cada niño en un blanco potencial, cada parque en una zona de guerra y cada aula en un sitio vulnerable. Zelenskyy lo resumió lapidariamente: “Solo el sistema Patriot puede protegernos eficazmente”.

Ataques y estrategia: Rusia prepara una ofensiva de verano

Aunque el avance ruso en los casi 1.000 km de línea de frente se ha ralentizado —según informes del Ministerio de Defensa británico y del Institute for the Study of War de Washington—, Moscú lanzó el sábado por la noche su mayor ataque aéreo en casi un mes. El objetivo es claro: fragmentar la moral ucraniana antes de una posible ofensiva conjunto primavera-verano.

Ambos bandos parecen prepararse para una nueva escalada, pero los ucranianos luchan contrarreloj: sin una defensa aérea sólida, cada interrupción escolar puede volverse un anuncio de muerte y cada alertar aérea una danza con la tragedia.

Minerales por defensa: el precio de la protección

Ucrania enviará esta semana una delegación a Washington para negociar un nuevo borrador de acuerdo de acceso a sus recursos minerales. La ministra de Economía, Yuliia Svyrydenko, declaró que “la falta de un acuerdo ha entorpecido la posibilidad de garantizar apoyo militar continuo por parte de EE.UU.”.

Este acuerdo simboliza una nueva realidad en la política internacional: la defensa no se negocia solo con votos en Naciones Unidas o declaraciones solemnes, sino también con intercambio de recursos estratégicos. Ucrania tiene trazas significativas de litio, grafito y tierras raras, elementos esenciales para la transición energética y tecnológica del siglo XXI —y cada gramo parece pesar más que una vida infantil para muchos socios globales.

Un llamado desde las ruinas

Desde las ruinas del parque infantil hasta las aulas vacías, el mensaje que lanza Kryvyi Rih al mundo es crudo y directo: “¿Hasta cuándo?” La magnitud del dolor es indescriptible, pero aún más doloroso es saber que podría haber sido evitado si las promesas se hubiesen convertido en acciones, si los discursos hubiesen protegido realmente, y si las líneas rojas morales no fuesen tan borrosas como las políticas.

El grito desgarrador de una maestra que no puede devolver los libros de texto, de una ciudad donde ni siquiera se puede llorar en paz, y de una nación cuya soberanía se comercia por minerales, debería resonar con fuerza en cada despacho presidencial, en cada sala parlamentaria, y en cada medio internacional. ¿Seguirá el mundo siendo testigo impasible?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press