La polémica por el legado de Roberto Clemente: ¿Descuido o falta de respeto?
La decisión de los Pirates de reemplazar un homenaje icónico a Clemente por un anuncio publicitario desata una ola de indignación y reflexiones sobre la memoria histórica en el deporte
Un símbolo retirado sin aviso previo
El pasado fin de semana, una acción aparentemente menor sucedida en el PNC Park de Pittsburgh se transformó en una controversia nacional cargada de simbolismo: el retiro de un cartel que homenajeaba al legendario Roberto Clemente en el jardín derecho del estadio, reemplazado por una publicidad para una bebida alcohólica, Surfside.
El cartel mostraba el nombre y el icónico número 21 del pelotero puertorriqueño y había sido colocado en 2022 como un tributo visible desde cualquier parte del estadio. Este gesto había sido parte de un esfuerzo por perpetuar la memoria del jugador más importante en la historia de los Pittsburgh Pirates y uno de los deportistas más influyentes tanto dentro como fuera del campo.
La noticia no tardó en generar una reacción emocional. Roberto Clemente Jr., hijo del fallecido beisbolista, emitió un fuerte comunicado expresando su desacuerdo con la decisión y, especialmente, con la falta de consulta previa a la familia:
“Este cambio fue realizado sin ninguna comunicación o consulta con nuestra familia. Agradecemos que hayan reconocido su error, pero esto revela un problema mayor: la falta de colaboración significativa en asuntos profundamente personales e históricamente importantes”.
Más allá de un número: lo que representa Roberto Clemente
Para contextualizar la indignación que generó este movimiento, es vital comprender quién fue Roberto Clemente. Nacido en Carolina, Puerto Rico, Clemente jugó sus 18 temporadas de Grandes Ligas con los Pirates (1955-1972). Durante ese tiempo fue seleccionado 15 veces al Juego de Estrellas, ganó 12 Guantes de Oro, cuatro títulos de bateo, y fue MVP de la Liga Nacional en 1966.
Sin embargo, su legado trasciende lo estadístico. Su vida como humanitario y activista culminó trágicamente cuando murió en un accidente aéreo el 31 de diciembre de 1972 mientras llevaba ayuda humanitaria a Nicaragua tras un devastador terremoto. Este acto heroico lo convirtió en símbolo de humildad, moralidad y compasión. Fue exaltado al Salón de la Fama en 1973 sin esperar los cinco años tradicionales, un honor único en la historia del béisbol.
En los Pirates, el número 21 de Clemente no está oficialmente retirado (una decisión aún discutida en MLB a pesar de múltiples campañas para hacerlo a nivel de todas las franquicias al estilo del #42 de Jackie Robinson), pero el muro del jardín derecho se construyó deliberadamente con una altura de 21 pies como guiño a su dorsal —un detalle arquitectónico impregnado de respeto simbólico.
¿Publicidad sobre memoria?
La gran pregunta es: ¿puede una organización deportiva poner la publicidad por encima del legado? En este caso particular, parece que el paso en falso de los Pirates ha ido mucho más allá de un simple reemplazo de señalética. Como explicó Clemente Jr., el tema de fondo no es solo la ausencia del cartel, sino lo que representa su eliminación sin dar aviso:
“Nuestro deseo siempre ha sido construir una relación sincera y duradera con los Pirates, basada en el respeto y los valores compartidos”.
Las redes sociales, los foros de fanáticos e incluso comentaristas deportivos se hicieron eco de la situación. Miles de aficionados mostraron su desacuerdo mediante publicaciones con el hashtag #Respect21.
El béisbol como vehículo de memoria cultural
Este caso refleja una tensión muy actual en el mundo del deporte: el delicado equilibrio entre la comercialización y el respeto por la historia. Las franquicias viven —y sobreviven— gracias a contratos publicitarios millonarios. Según un estudio de Statista, en 2023 las ganancias comerciales por anuncios en estadios de MLB superaron los $1.300 millones de dólares.
No obstante, ciertas figuras, como Clemente, requieren un tratamiento especial. Por su historia, por su legado y por la fuerza cultural que tienen, su memoria debe estar resguardada de toda instrumentalización comercial. No por nostalgia, sino por deber ético.
El periodista deportivo Joe Posnanski lo dice con claridad: "Clemente es probablemente el único jugador en la historia de MLB que representa tanto su desempeño como su virtud moral. Retirar algo que lo honra por una bebida alcohólica es simplemente grotesco".
¿Qué dice el club?
Los Pirates, por su parte, admitieron que no comunicaron el cambio de manera apropiada. Brian Warecki, vicepresidente senior de comunicaciones del equipo, comentó en un comunicado:
“Cada día honramos y celebramos la figura de Clemente dentro y fuera de nuestro estadio. Aun así, lamentamos no haber comunicado directamente este cambio a la familia Clemente o a los fanáticos”.
También enfatizó que ningún equipo en Grandes Ligas tributa tanto a uno de sus íconos como lo hacen ellos con Clemente, abriendo una nueva discusión: ¿Es suficiente lo simbólico sin acción concreta?
No es la primera fricción
La relación entre los Pirates y la familia Clemente ha tenido otras tensiones. Aunque la organización realiza el Día de Roberto Clemente cada septiembre, y múltiples programas comunitarios en su honor, la decisión de no retirar formalmente el número 21 a nivel de franquicia y ahora este cambio en el estadio vuelve a poner en tela de juicio el verdadero compromiso del equipo con la figura que, en muchas maneras, les da identidad como franquicia.
La memoria como responsabilidad pública
La historia reciente nos ha enseñado que la memoria no es estática y requiere preservación activa. Como bien señaló Clemente Jr., este momento debe servir no solo como una crítica, sino como una oportunidad para establecer mejores prácticas:
“Nuestra esperanza es que este desacierto abra la puerta a una relación más reflexiva, transparente e inclusiva de ahora en adelante”.
Es un llamado no solo a los Pirates, sino a todas las organizaciones deportivas que, al beneficiarse de figuras históricas para llenar estadios, vender mercancía y construir identidad, tienen la responsabilidad de conservar ese legado con integridad —no solo cuando es conveniente.
El poder de un número: la lucha por el #21
Existen campañas activas para que el número 21 sea retirado en todas las Grandes Ligas en honor a Clemente, de la misma forma en que el #42 de Jackie Robinson fue retirado de manera universal en 1997. La propuesta cuenta con el respaldo de varios exjugadores, miembros del Salón de la Fama y dirigentes políticos.
Muchos señalan que sería la siguiente evolución natural en el reconocimiento institucional del legado de Clemente como ícono latino, defensor de los derechos civiles y agente de cambio humanitario.
Una oportunidad para rectificar
La reacción del público y la presión mediática podrían ser un punto de inflexión. Al momento de escribir este artículo, los Pirates han anunciado conversaciones para restablecer o reubicar el homenaje a Clemente en algún lugar destacado del estadio. Algunos incluso especulan que el club podría finalmente considerar retirar el número permanentemente dentro de su plantilla.
Mientras tanto, queda claro que la figura de Clemente sigue viva, no solo en placas y pancartas, sino en la conciencia colectiva de los aficionados que aún creen que el deporte puede ser más que entretenimiento: puede ser una plataforma de valores, memoria y comunidad.
Como dijo alguna vez el propio Roberto Clemente:
“Quiero ser recordado como un jugador que dio lo mejor de sí para ayudar a su equipo, y como una persona que trabajó para hacer de este mundo un lugar mejor para vivir.”
Este ideal, por simple que parezca, es hoy más urgente que nunca.