Gaza bajo fuego: ¿hasta cuándo seguirá el sufrimiento civil en la guerra Israel-Hamás?

Análisis del impacto humano de una guerra prolongada que mantiene a más de dos millones de personas atrapadas en una pesadilla diaria

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

Las últimas horas en la Franja de Gaza han sido testigo de una nueva tragedia: al menos 15 personas, incluyendo 10 mujeres y niños, han muerto a causa de los bombardeos israelíes en Khan Younis, según informaron funcionarios de salud locales. Esta noticia no sólo ilustra la brutalidad de la ofensiva militar que Israel ha renovado desde el fin del alto al fuego con Hamás, sino que también arroja luz sobre el desgarrador costo humano de un conflicto que parece no tener fin.

La reanudación de las hostilidades

Desde octubre de 2023, fecha en la que militantes liderados por Hamás atacaron el sur de Israel matando a unas 1,200 personas y tomando a 251 como rehenes, la situación ha escalado a una guerra total. El 1 de diciembre del mismo año, Israel retomó su ofensiva aérea y terrestre con el objetivo declarado de presionar a Hamás para liberar a los rehenes restantes —59 según los últimos datos, de los cuales se cree que sólo 24 aún están vivos.

La operación israelí, sin embargo, ha desencadenado críticas internacionales debido al alto número de víctimas civiles. De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, al menos 50,695 palestinos han muerto y otros 115,338 han resultado heridos desde que comenzó la guerra. Aunque Israel afirma que ha matado a aproximadamente 20,000 militantes, no ha presentado evidencia que permita verificar esa cifra.

¿Quién paga el precio más alto?

Los bombardeos recientes no han distinguido entre combatientes y civiles. La última tragedia en Khan Younis involucró el bombardeo de una casa y una tienda de campaña. En total, murieron cinco hombres, cinco mujeres y cinco niños, todos miembros de una misma comunidad desplazada por los combates. Este tipo de incidentes se ha vuelto rutina en Gaza, donde más del 70% de la población está desplazada internamente, viviendo en campamentos improvisados expuestos a bombardeos constantes.

"No hay lugar seguro en Gaza", ha declarado repetidamente la ONU. Y es que incluso hospitales, escuelas y refugios designados por la ONU han sido alcanzados por ataques aéreos en los últimos meses.

El cerco humanitario: sin comida, sin agua, sin futuro

Además de la ofensiva militar, Israel ha bloqueado sistemáticamente el ingreso de alimentos, combustible y suministros médicos a Gaza. Esta estrategia busca asfixiar a Hamás, pero está teniendo un efecto devastador sobre los civiles. Médicos Sin Fronteras y la ONU han denunciado que la hambruna amenaza con expandirse en todo el enclave, mientras los hospitales se encuentran al borde del colapso operativo.

  • La electricidad ha sido cortada casi por completo.
  • El sistema de agua potable no funciona debido a la falta de combustible.
  • Las zonas más afectadas sólo reciben ayuda humanitaria en pequeñas cantidades a través de pasos fronterizos esporádicos.

En declaraciones realizadas por el portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), se alertó que "la mayoría de la población de Gaza enfrenta niveles de hambre catastróficos".

La respuesta internacional: promesas y poco más

La comunidad internacional ha condenado en múltiples ocasiones tanto el ataque inicial de Hamás como la respuesta desproporcionada de Israel. No obstante, la voluntad política para detener el conflicto se muestra limitada. Algunos países occidentales continúan armando a Israel, argumentando su derecho a la defensa, mientras piden, al mismo tiempo, evitar víctimas civiles. Una dualidad que ha sido criticada por Human Rights Watch y Amnistía Internacional.

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó recientemente una resolución no vinculante pidiendo un alto el fuego inmediato, apoyo humanitario ampliado y la liberación de todos los rehenes. Sin embargo, tanto Israel como Hamás ignoran tales resoluciones, y sobre el terreno, la violencia continúa.

Las víctimas invisibles: mujeres y niños

Una de las consecuencias más dramáticas del conflicto ha sido su efecto desigual sobre mujeres y niños. UNICEF estima que al menos 17,000 niños se han quedado huérfanos o han sido separados de sus padres durante esta última fase del conflicto. Además, muchas madres embarazadas han tenido que dar a luz sin asistencia médica adecuada, en refugios o durante desplazamientos desesperados.

Las secuelas psicológicas también son profundas. Estudios realizados por Save the Children han mostrado que casi el 80% de los niños y niñas en Gaza presentan síntomas de trauma. “Tememos dormir. Los aviones nos despiertan, creemos que vamos a morir”, dice Marwa, una niña de 11 años en Rafah.

¿Existen alternativas reales a la violencia?

Expertos en conflictos señalan que tanto Israel como Hamás han adoptado estrategias de todo o nada, lo cual complica aún más los esfuerzos de mediación. Egipto y Qatar han intentado actuar como intermediarios, pero hasta ahora sus esfuerzos han surtido poco efecto. Israel condiciona el alto el fuego a la liberación total de los rehenes, mientras que Hamás exige garantías de que el asedio se levantará y los ataques a Gaza cesarán permanentemente.

Organismos de derechos humanos argumentan que cualquier solución sostenible debe considerar no solo las demandas de seguridad de Israel, sino también los derechos y las aspiraciones del pueblo palestino. En palabras de B’Tselem, una organización israelí que monitorea los derechos humanos en los territorios ocupados: “Mientras continúe el bloqueo y la ocupación, continuará el ciclo de violencia”.

¿A dónde va Gaza desde aquí?

Más allá de los titulares y las cifras, Gaza representa hoy uno de los ejemplos más extremos de crisis humanitaria causada por conflicto. Mientras las bombas siguen cayendo y los líderes políticos discuten condiciones de paz imposibles, millones de palestinos se enfrentan a un presente de amenaza constante y a un futuro incierto.

El llamado de las organizaciones humanitarias es claro: se necesita con urgencia un alto el fuego completo y permanente; acceso humanitario sin restricciones; y una visión política a largo plazo que incluya rendición de cuentas y reparación. “Esto no es simplemente una guerra entre Israel y Hamás: es una crisis de humanidad”, sentenció uno de los coordinadores de la ONU en Gaza.

Hablar de Gaza hoy es hablar de un pueblo prisionero en su propia tierra, sometido al miedo constante, olvidado en muchos casos por la comunidad internacional. Y en medio de este horror, las preguntas incómodas persisten: ¿Cuál es el costo aceptable para lograr la seguridad? ¿Y qué sucede cuando dicho costo es pagado casi exclusivamente por niños, madres, ancianos y ciudadanos comunes?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press