‘Ne Zha 2’ conquista corazones en EE. UU.: Orgullo, cultura y resistencia desde la diáspora china
Un esfuerzo comunitario entre estudiantes y profesionales chinos lleva una cinta animada de leyenda tradicional al IMAX en EE. UU., entre cosplay, identidad cultural y un contexto político hostil
Por décadas, el cine estadounidense ha sido el dominador global indiscutible. No obstante, algo fascinante está ocurriendo en paralelo: una producción china, ‘Ne Zha 2’, ha activado una auténtica ola cultural entre la comunidad china en Estados Unidos. Jóvenes profesionales, estudiantes, padres e hijos se están uniendo—con energía, nostalgia y orgullo—para asegurarse de que esta película tenga la atención que merece en pantallas IMAX estadounidenses.
Ne Zha: Una leyenda ancestral con nueva vida cinematográfica
Para comprender el impacto de ‘Ne Zha 2’, es necesario conocer brevemente sus raíces. Ne Zha es un personaje mítico de la literatura clásica china, conocido como una figura semidivina y guerrera que aparece en aventuras fantásticas del “Fengshen Yanyi” (también llamado “Creación de los Dioses”), obra escrita hace más de 400 años.
Representa el conflicto entre el deber y la rebelión, entre la autoridad celestial y la individualidad. En la cinta animada, Ne Zha no solo es poderoso y rebelde: también es emocionalmente complejo, y crece por medio del dolor y la redención—una narrativa que conecta profundamente con generaciones más jóvenes.
La comunidad se moviliza: de espectadores aislados a colectivo cultural
En Columbia, Maryland, más de 100 personas se reunieron para una función especial en una gran sala IMAX. Lo extraordinario: fue organizada completamente desde la comunidad. La película ni siquiera estaba programada en cines comerciales. ¿Qué ocurrió?
Sun Bohan, un estudiante de 27 años en Baltimore, descubrió que todas las salas IMAX estaban ocupadas por películas hollywoodenses como ‘Captain America: Brave New World’. Entonces, comenzó a movilizarse en redes sociales chinas como Xiaohongshu y grupos de WeChat. Su llamado resonó: pronto, más de cien personas se unieron para alquilar una sala y coordinarlo todo, desde boletos personalizados hasta cosplay y decoración temática.
Una de ellas, Raye Xia, una apasionada del manga y el arte, diseñó boletos de entrada como tradicionales pinturas chinas. Representaban a Ne Zha sobre un dragón bajo los cerezos en flor de Washington D.C. “Sentí que podía aportar en mi propio estilo”, dijo emocionada.
Cosplay, lanzas y dragones: una afirmación feroz de identidad
Los asistentes no fueron simples espectadores. Muchos se vistieron con atuendos tradicionales chinos. Algunos niños imitaron a los personajes principales. Hoff Xu, también estudiante, se quedó despierta hasta las 3 de la mañana confeccionando su propio traje con alambre, clips y ropa vieja. “Quería darle vida completa a la experiencia”, contó.
La energía del evento tenía algo ceremonial. Como describió Zhao Yuanyuan, madre que llevó a su hijo de 7 años: “Quiero que conozca y mantenga sus raíces culturales. No se trata solo de una película; es su herencia”.
Un éxito monstruoso que EE. UU. ignora: ¿por qué?
Con más de $2 mil millones en recaudación en China, ‘Ne Zha 2’ desbancó a ‘Inside Out 2’ como la película animada más taquillera del año. Sin embargo, en Estados Unidos sigue prácticamente invisible en cines comerciales, lo que plantea una pregunta incómoda: ¿por qué las películas exitosas extranjeras, especialmente de Asia, enfrentan esta exclusión?
El acceso a salas IMAX, por ejemplo, está reservado meses o años antes por producciones de Hollywood. Si no hay reserva anticipada, ni siquiera el éxito mundial garantiza proyección. IMAX Corporation reconoció que solo pudo programar 'Ne Zha 2' en 80 pantallas durante un único día (12 de febrero), ampliando luego a 110 tras concluir ‘Captain America’.
“El sistema favorece a los grandes estudios estadounidenses”, dice Ma Ruoyuan, un profesional financiero en Nueva York que organizó dos funciones de la película allí, atrayendo a 600 personas. “Es por eso que estas iniciativas comunitarias se vuelven tan valiosas y necesarias”.
Un espacio seguro en tiempos de hostilidad institucional
Esta movilización tiene un trasfondo más profundo. Desde la pandemia, y especialmente tras el retorno de Donald Trump al poder, la comunidad china en EE. UU. ha sentido un aumento en la hostilidad estructural e institucional hacia los inmigrantes.
“Estos espacios permiten restaurar un sentido de pertenencia en un país que contribuye cada vez más a invisibilizarlos”, explica Belinda He, experta en cine sinófobo de la Universidad de Maryland. “A veces, el vínculo emocional que ofrecen es más importante que el contenido estético del filme”.
Ne Zha como símbolo: rebelión y redención en medio de la adversidad
Muchos en la diáspora ven a Ne Zha como un reflejo de sí mismos. Es un personaje marginado que lucha por hallar su propósito en un mundo que lo rechaza. Esta narrativa resuena entre estudiantes e inmigrantes chinos que enfrentan barreras y discriminación en los Estados Unidos, donde, según el Pew Research Center, los ataques y prejuicios contra asiáticos aumentaron en más del 150% durante 2021 y 2022.
En medio de políticas regulatorias como los vetos migratorios o las revocaciones súbitas de visados (que afectan especialmente a estudiantes asiáticos o árabes), ver a Ne Zha resistir, convertirse en héroe y proteger los valores que ama representa una especie de catarsis colectiva.
Cine, política y cultura: ¿puede China romper el techo de cristal hollywoodense?
A pesar de los logros impresionantes de cineastas asiáticos como Bong Joon-Ho (‘Parasite’) o Chloé Zhao (‘Nomadland’), el cine chino sigue enfrentando dificultades para penetrar mercados fuera de Asia. Películas como ‘The Wandering Earth’ (2019) o ‘Hi, Mom’ (2021), que arrasaron en taquilla en China, apenas si llegaron al radar occidental.
Pero movimientos como el de ‘Ne Zha 2’ en EE. UU. están forjando nuevas rutas, no solo de distribución, sino de conexión emocional. Este espíritu DIY (hazlo tú mismo) recuerda al auge de los festivales de cine independiente o de formatos de cine comunitario autogestionado.
No es coincidencia que muchos municipios y productoras en China vean en esta película un vehículo para el patriotismo y el desarrollo cultural. En Sichuan, el gobierno provincial destinó 15 millones de yuanes (unos $2.1 millones USD) al proyecto como parte de un programa estatal de estímulo artístico y alivio de la pobreza.
Un precedente y una promesa: lo que sigue
El caso ejemplar de la función en Maryland es más que una anécdota. Es el inicio de algo más grande: una construcción colectiva de identidad cultural en un ecosistema muchas veces hostil.
“Empecé esto solo, pero otras personas fueron sumando sus talentos”, dijo Sun Bohan tras el evento. “Horneé galletas la noche anterior. No dormí. Pero valió completamente la pena”.
El cine, a fin de cuentas, no solo es arte o entretenimiento. También puede ser resistencia, refugio emocional y reafirmación de raíces. Y si algo nos enseña esta historia, es que quienes migran también importan—y merecen ver reflejadas sus historias, héroes e idiomas incluso en las pantallas más grandes del mundo.