Elon Musk, Trump y la Guerra por la Corte Suprema de Wisconsin: Una Nueva Era de Política Judicial

Con casi $100 millones invertidos y una participación récord anticipada, el enfrentamiento entre conservadores y liberales en Wisconsin redefine el futuro de la justicia y la política en Estados Unidos.

Una elección que va más allá de Wisconsin

La carrera por la Corte Suprema de Wisconsin se ha transformado, en cuestión de semanas, en una batalla épica entre dos visiones diametralmente opuestas de Estados Unidos. De un lado, Brad Schimel, juez del condado de Waukesha y exfiscal general republicano, respaldado abiertamente por Donald Trump y el multimillonario Elon Musk. Del otro, Susan Crawford, jueza del condado de Dane y defensora de los derechos al aborto y del poder sindical, con el respaldo de pesos pesados del progresismo como George Soros y el gobernador de Illinois, JB Pritzker.

Lo que a simple vista parece una elección estatal es en realidad un campo de batalla ideológico. Y los números lo confirman: con cerca de $100 millones en gastos de campaña, según el Centro Brennan de Justicia, esta elección judicial no solo rompe récords estatales, sino que incluso eclipsa los gastos combinados de comicios judiciales en toda la nación durante 2021 y 2022.

¿Por qué importa tanto esta elección?

La Corte Suprema de Wisconsin es crucial porque determinará el rumbo de decisiones clave en un estado considerado un "swing state" —uno de esos territorios cuyo voto puede definir una elección presidencial. De momento, los jueces liberales tienen mayoría 4-3. Sin embargo, con la jubilación de una jueza liberal, el equilibrio está en juego.

Los asuntos que estarán sobre la mesa incluyen:

  • Derechos al aborto: tras el fallo de la Corte Suprema federal que revocó Roe vs. Wade, los estados tienen ahora la última palabra en este tema.
  • Redistribución de distritos electorales: un fallo que podría cambiar radicalmente la representación política del estado.
  • Regulación del voto: en plena era de desconfianza sobre los procesos electorales, cualquier modificación puede tener consecuencias nacionales.

Elon Musk: más que un donante, un protagonista político

Elon Musk no es ajeno a la controversia. Pero su involucramiento en esta carrera judicial lo lleva más allá del ámbito empresarial y tecnológico. Musk no solo ha financiado la campaña de Schimel con $21 millones a través de grupos que respalda, sino que incluso realizó un mitin en Green Bay, Wisconsin, donde entregó cheques de un millón de dólares a votantes prominentes.

Durante el acto, Musk declaró: “Creo que esta elección será importante para el futuro de la civilización. Es así de significativa.”

Para los demócratas, su presencia es un símbolo de todo lo que está mal en la política moderna: magnates interviniendo en decisiones judiciales locales con agendas nacionales. Para los republicanos, es un aliado estratégico que aporta recursos, influencia y visibilidad.

Participación anticipada: el nuevo campo de batalla electoral

Uno de los datos más sorprendentes de esta elección es el aumento del 57% en la votación anticipada en comparación con la elección judicial de 2023. Más de 644,800 personas habían votado anticipadamente hasta el lunes previo al día de la elección.

El desglose geográfico muestra comportamientos interesantes:

  • Milwaukee County, bastión demócrata: aumento del 40%.
  • Dane County, otro bastión progresista: incremento del 43%.
  • Condados WOW (Waukesha, Ozaukee y Washington), conservadores: subidas de hasta el 62%.

Este cambio responde, en parte, a una nueva estrategia de los republicanos y del propio Trump para competir en los votos anticipados, una táctica que históricamente favorecía a los demócratas. El exgobernador Scott Walker lo explicaba así: “No estoy del todo confiado solamente por los números de votación anticipada, ya que ahora los republicanos también están participando activamente.”

Abogados del Futuro: más dinero que nunca para menos justicia

Tradicionalmente, las elecciones judiciales eran discretas, con bajo presupuesto y atención limitada. En 2004, el promedio nacional de gasto por elección judicial de alto nivel era inferior a $1.5 millones. Hoy, estamos viendo cómo un solo estado puede superar los $90 millones en una sola contienda.

Douglas Keith, asesor del Programa Judicial del Centro Brennan, señala: "Esta carrera no se parece a nada que se haya visto antes, ni siquiera en esta nueva era politizada de la justicia."

Para ponerlo en perspectiva: en las elecciones de 2021 y 2022, se gastaron cerca de $100 millones en 68 elecciones judiciales en 26 estados. La elección de Wisconsin casi igualó eso en una sola contienda y en un solo estado.

Una política al estilo Washington en la puerta de entrada al Midwest

La polarización política ha alcanzado un nuevo nivel, y Wisconsin es el epicentro. Esta elección para el máximo tribunal estatal se ha convertido en un referéndum sobre la presidencia de Trump, y potencialmente, sobre su retorno en 2024.

Schimel no esconde su alineación. Ha hecho campaña con una gorra “Make America Great Again”, aparece en anuncios televisivos que dicen explícitamente que votar por él es proteger la agenda de Trump y se fotografía con inflables gigantes del expresidente.

Crawford, por su parte, ha enfocado su estrategia en convertir esta elección en un referendo sobre Musk y su intromisión, más que sobre la carrera judicial en sí. Como juez, ha defendido el acceso al aborto y el fortalecimiento de los sindicatos —dos temas completamente contrarios a los apoyados por su contendiente y sus patrocinadores políticos.

Una tendencia que llegó para quedarse

Todo parece indicar que lo ocurrido en Wisconsin es solo el principio de una transformación duradera. Los jueces, otrora figuras neutrales que operaban tras bambalinas, son ahora protagonistas en luchas políticas culturales y partidistas. Tanto conservadores como progresistas han entendido que los tribunales son el nuevo frente de batalla.

Y si el dinero habla, ya ha gritado: los intereses del país —ya sean empresariales, ideológicos o partidistas— estarán cada vez más presentes en quienes deciden sobre el aborto, la redistribución electoral, el derecho al voto y muchos otros temas clave.

Como señaló Keith, del Centro Brennan: “Podemos decir con confianza que esta nueva era de la política judicial llegó para quedarse.”

Una elección, muchas implicaciones

Si gana Schimel, la Corte se inclinará hacia una ola conservadora que podría reafirmar la agenda de Trump en un momento en que enfrenta desafíos legales e intenta volver al poder. Si gana Crawford, los demócratas no solo mantendrán la mayoría, sino que también enviarán un fuerte mensaje: ni Musk ni Trump pueden comprar la justicia.

Sea cual sea el resultado, una cosa queda clara: la justicia dejó de ser neutral —y el futuro de Estados Unidos pende, literalmente, de un voto.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press