New Salem: El pueblo olvidado que moldeó al presidente Abraham Lincoln
Una visita profunda al lugar donde Lincoln forjó su carácter entre guerras, leyes y fracasos, y que hoy enfrenta su mayor desafío: el olvido
Por décadas, el histórico poblado de New Salem en Illinois ha vivido en el margen de la memoria colectiva de Estados Unidos, eclipsado por los episodios más icónicos de la vida de Abraham Lincoln: la Guerra Civil, la Proclamación de Emancipación, el asesinato en el Teatro Ford. Sin embargo, quienes conocen la historia completa de Lincoln señalan que este pueblo fue, sin lugar a dudas, el punto de partida de su grandeza.
El Lincoln desconocido: joven, fracasado, autodidacta
Año 1831. Abraham Lincoln, un joven de 22 años, sin barba ni títulos universitarios, llega por accidente a New Salem, un poblado diminuto a orillas del río Sangamon. El destino —o un incidente fluvial con su bote encallado en la presa del río— lo llevó al que sería su hogar por los siguientes seis años.
“Si Lincoln no se hubiese quedado atrapado en esa presa, probablemente hoy Estados Unidos sería dos países”, afirma Guy Fraker, abogado y biógrafo de Lincoln en Bloomington, Illinois.
New Salem fue su escuela. No en el sentido tradicional, pero sí como una universidad de vida. Allí, Lincoln fracasó como comerciante, sirvió como maestro de correos, participó en conflictos militares menores, aprendió geometría de manera autodidacta como parte de su trabajo de agrimensor, y se introdujo al mundo de la política.
La mayoría de estos acontecimientos sucedieron entre 1831 y 1837, un período inmediatamente anterior a su traslado a Springfield, donde empezaría su carrera profesional como abogado. Podría decirse que New Salem es el alma mater de Lincoln, como comentó Gina Gillmore-Wolter, presidenta de la New Salem Lincoln League: “Este lugar es la base espiritual y práctica de todo lo que él llegó a ser”.
Una reconstrucción de la historia hecha con esfuerzo popular
New Salem desapareció poco después de que Lincoln se marchara: los residentes, buscando prosperidad, trasladaron estructuras enteras hasta Petersburg, nuevo centro del condado. Para inicios del siglo XX, el pueblo era apenas un campo de pastoreo con sombras de cimientos pasados.
El primer rescate llegó de parte del magnate William Randolph Hearst, quien visitó el lugar en 1906 y quedó conmovido. Compró los terrenos y los donó a la organización educativa Chautauqua. Más tarde, en 1918, se transformó en parque estatal.
Durante la Gran Depresión, la Civilian Conservation Corps (CCC), parte del programa New Deal de Franklin D. Roosevelt, lideró un esfuerzo monumental para reconstruir las 23 cabañas y talleres históricos con base en documentos y mapas antiguos. El pueblo recuperado empezó a recibir visitantes, convirtiéndose en un símbolo de educación cívica y legado nacional.
El abandono moderno de un tesoro histórico
Actualmente, el sitio es hogar de demostraciones históricas en vivo llevadas a cabo por voluntarios en atuendos del siglo XIX. Pero ni siquiera este esfuerzo escapa al desgaste del tiempo y la falta de financiación. Una visita reciente liderada por Gillmore-Wolter reveló graves deficiencias en infraestructura:
- El eje de transmisión del molino se desprendió tras una inundación en 2016.
- El paso peatonal sobre la Ruta 97 de Illinois permanece cerrado, dificultando el acceso.
- Un agujero del tamaño de un refrigerador se abrió este invierno en el techo del molino de cardado de lana.
- La mitad del techo del granero de los hermanos Trent colapsó.
¿Las razones? Una mezcla de negligencia estructural, presupuestos estatales limitados y falta de una planificación clara. Como afirma Steve McClure, senador estatal por Illinois: “No hay un inventario formal de daños ni se conocen los costos reales de restauración”.
Movilización ciudadana para salvar New Salem
Frente al avance de la decadencia del pueblo, Gillmore-Wolter logró movilizar a legisladores como McClure y Wayne Rosenthal para introducir una ley estatal destinada a rehabilitar el parque. Aunque el proyecto de ley fue detenido momentáneamente, el brote de atención mediática generó resultados casi inmediatos: el Departamento de Recursos Naturales de Illinois anunció una inversión de 8 millones de dólares para su restauración.
Este financiamiento, aunque positivo, aún no tiene cronograma definido ni proyecto público. A falta de una auditoría formal de daños, queda la duda sobre si el monto será suficiente o adecuado. Esto ha despertado una renovada presión de conservación por parte de organizaciones ciudadanas, quienes temen que otro retraso podría generar pérdidas irrecuperables.
Un ejemplo nacional de conservación demorada
No es la primera vez que el parque sufre por falta de atención estatal. A finales de la década del 2000, todos los parques estatales de Illinois cerraron por cinco meses debido a problemas presupuestarios. Y muchos de los edificios de New Salem no han recibido mantenimiento serio desde los años setenta.
Irónicamente, una de las construcciones mejor preservadas es también la única original: la Onstott Cooper Shop. Este taller de fabricación de barriles fue trasladado a Petersburg en 1840, pero luego regresó a su ubicación original. Es el único testigo físico de aquel New Salem que conoció Lincoln.
New Salem como espejo de identidad
La historia que ocurre en New Salem no es solo la de un futuro presidente. Es la historia americana sobre cómo los fracasos forjan carácter. Aquí, un joven con nivel de sexto grado en educación formal aprendió geometría por su cuenta, enfrentó la bancarrota, reflexionó sobre la religión al convivir con escépticos y devotos, y perdió su primer intento electoral.
Bajo estas condiciones nace la resiliencia. En palabras de McClure: “New Salem es probablemente el sitio histórico más importante del estado de Illinois, y sin duda uno de los más relevantes del país”.
Si esta declaración no es suficiente para garantizar su conservación, cabe preguntarnos: ¿qué valor le damos como nación a los espacios que nos formaron en la adversidad? ¿Hasta qué punto entendemos que preservar historia también es preservar identidad?
No se puede comprender completamente a Abraham Lincoln sin pasar por New Salem, ni se puede honrar su legado sin proteger este pedazo olvidado de tierra donde germinó su liderazgo. La restauración prometida será apenas el comienzo. New Salem merece más: atención sostenida, visitas escolares, programas educativos, reconocimiento nacional.
Como bien dijo Gina Gillmore-Wolter: “Este es el alma mater de Lincoln. Debería ser una prioridad nacional”.