Flau’jae Johnson: Más que una estrella del baloncesto universitario
La jugadora de LSU brilla dentro y fuera de la cancha como rapera, podcaster y emblema de una nueva generación de deportistas multidimensionales
Flau’jae Johnson no es solo una de las principales figuras del baloncesto universitario estadounidense; es un verdadero huracán de talento que va más allá de las canchas. Con apenas 20 años, esta estrella emergente de la Louisiana State University (LSU) se ha consolidado no solo como líder deportivo, sino también como rapera, empresaria de medios y defensora del empoderamiento femenino. Su historia representa un símbolo de inspiración para una generación que ya no se conforma con ser "solo" atletas.
Un talento que nació entre líneas y rimas
Flau’jae Johnson creció en Savannah, Georgia, en el seno de una familia marcada por la tragedia y la herencia artística. Su padre, el rapero Camoflauge, fue asesinado en 2003 antes de que ella naciera. Esa ausencia dio forma a mucho de lo que define hoy a Flau’jae: su música, su ética de trabajo y su misión. “Lancé mi carrera en honor a mi padre”, ha dicho en múltiples entrevistas.
Y la música fue, de hecho, su primera gran vitrina: apareció por primera vez en televisión nacional como rapera a los 14 años, en el programa America’s Got Talent en 2018, donde deslumbró al público y llegó hasta los cuartos de final. Desde entonces, ha acumulado millones de vistas en YouTube, ha lanzado su álbum debut "Best of Both Worlds" y ha colaborado con artistas de talla global como Lil Wayne.
Diamantes en medio de la presión
“Siento que bajo presión o se rompen las tuberías o se hacen diamantes... y yo prefiero los diamantes”, dijo Johnson en su regreso a America’s Got Talent en 2023. Esta frase no solo define su enfoque hacia el espectáculo, sino también hacia el baloncesto competitivo.
Johnson es pieza clave del equipo femenino de baloncesto de LSU, que recientemente avanzó al Elite Eight del torneo March Madness —algo que el programa ha logrado por tercera vez consecutiva. En la victoria contra NC State (80-73), Johnson puso de manifiesto su talento con una actuación sólida. Y aunque su jornada ha sido cargada con minutos intensos y concentración extrema, ella no pierde de vista su misión mayor. “No estoy enfocada en mi música, no en mi podcast, no en nada de eso ahora mismo. Estoy enfocada en ganar el campeonato nacional”, dijo.
La otra cancha: música, marcas y medios
Su apariencia en la cancha es inconfundible, pero su influencia fuera de ella es igual de potente. Johnson es actualmente vocera de Powerade, apareciendo en una campaña publicitaria durante March Madness donde, claro, también rapea. En su podcast “Best of Both Worlds”, ha entrevistado a nombres importantes del baloncesto femenino tal como JuJu Watkins (USC) y Paige Bueckers (UConn), demostrando que tiene habilidades periodísticas y una visión clara para generar conversación e inspiración.
Esto le ha valido comentarios positivos incluso de entrenadoras rivales. La entrenadora de UCLA, Cori Close, lo expresó de forma contundente: “Hablo de alguien que ha hecho mucho por el juego. Admiro cómo maneja todo lo que tiene en su vida y en la cancha. Nuestro deporte mejora gracias a personas como ella”.
Mucho más que NIL: la nueva atleta-empresaria
La NCAA autorizó en 2021 que los deportistas universitarios pudieran beneficiarse económicamente de su Name, Image and Likeness (NIL), y Flau’jae se ha convertido en una de las figuras más exitosas en este modelo. Según datos del sitio ON3 NIL Valuation, Johnson cuenta con acuerdos de patrocinio con múltiples marcas —incluyendo Puma, Forever 21 y otros— valorados en cifras de seis dígitos.
Pero más allá del dinero, Johnson representa lo nuevo: una generación de atletas que son marcas en sí mismas, que dominan el marketing digital, que crean contenido y que entienden la importancia de conectar con su audiencia más allá del marcador final de un partido.
El paralelismo histórico: de Chamberlain a Flau’jae
La historia reciente recuerda el caso de Richard Chamberlain, famoso por su rol en “Dr. Kildare” y posteriormente en miniseries como “Shogun” o “The Thorn Birds”. Chamberlain debió esconder aspectos importantes de su identidad, como su homosexualidad, debido a las exigencias y represiones de la industria del espectáculo en su época. Flau’jae, en contraste, vive en una era donde la autenticidad se premia y donde sus múltiples talentos pueden convivir en público.
La diferencia generacional es clave: mientras Chamberlain actuaba bajo presión por mantener un rol funcional dentro del espectro mediático de los ‘60 y ‘70, Flau’jae florece, se expande y no se limita a una dimensión. Lo que hace en las redes, en el estudio de grabación o detrás de un micrófono es tan significativo como sus puntos por partido.
¿El futuro? Ilimitado
La evolución de Flau’jae Johnson apenas comienza. Su carrera en la NCAA promete más éxitos; sus habilidades musicales y de creación de contenido solo siguen afilándose. En un futuro cercano, no sería descabellado verla en la WNBA, en un festival de música o incluso como productora ejecutiva de un espacio multimedia independiente. En cada faceta, Johnson lleva consigo la historia, el legado de su padre y la voz de una nueva era: una donde la excelencia se construye dentro y fuera de la cancha, una rima y una cesta a la vez.
Como ella misma dijo una vez: “Cuando estás lista para el tiro... ya ganaste medio juego”.