Madison Chock y Evan Bates: El Renacer del Baile sobre Hielo Estadounidense
El dúo histórico conquista su tercer mundial consecutivo y lidera un resurgimiento imponente del patinaje artístico en EE.UU.
Madison Chock y Evan Bates escribieron un capítulo dorado en la historia del patinaje sobre hielo al coronarse campeones del mundo por tercera vez consecutiva durante el Campeonato Mundial de Patinaje Artístico 2025 celebrado en Boston. No solo alcanzaron un hito que no se veía hace casi treinta años, sino que lo hicieron con una actuación que electrizó al público local y consolidó a Estados Unidos como una potencia emergente en danza sobre hielo.
Una gesta inolvidable
Con una puntuación final de 222.06, el dúo superó a sus eternos rivales, los canadienses Piper Gilles y Paul Poirier, quienes se quedaron con la plata por segundo año consecutivo (216.54). El dúo británico Lilah Fear y Lewis Gibson logró un histórico tercer puesto, devolviendo al Reino Unido a un podio del mundial por primera vez desde la era de Torvill y Dean en 1984.
“Cuando pisamos el hielo, sabíamos que no solo patinábamos por una medalla, sino por un legado”, expresó Chock en conferencia de prensa. “Ha sido un año lleno de trabajo, resiliencia y pasión. Compartirlo con Evan y con nuestro país, en casa, es inolvidable”.
Una serie legendaria
La última pareja en coronarse tres veces de forma consecutiva fue la dupla rusa Oksana Grishuk y Evgeni Platov entre 1994 y 1997. Desde entonces, ningún otro dúo había demostrado tal nivel de consistencia y dominio en esta disciplina tan artística como atlética.
Una de las claves de Chock y Bates ha sido su versatilidad. En esta ocasión, deslumbraron al público con un programa libre cargado de energía, con tintes de jazz y una narrativa perfectamente sincronizada con la música. El carisma, la química y la precisión técnica los catapultaron a una puntuación imbatible.
Los nuevos rostros del renacer estadounidense
El Mundial de Boston ha servido como escaparate para una generación emergente de patinadores estadounidenses que están reclamando nuevamente un sitio de privilegio en el panorama internacional.
- Alysa Liu sorprendió al mundo al ganar el oro en competición individual femenina, convirtiéndose en la primera estadounidense en hacerlo desde Kimmie Meissner en 2006.
- Isabeau Levito y Amber Glenn completaron las cinco primeras posiciones, consolidando el dominio femenino estadounidense.
- Christina Carreira y Anthony Ponomarenko lograron un meritorio quinto lugar en danza, consolidando la profundidad del equipo nacional.
Todo esto se dio en el marco de los primeros campeonatos mundiales celebrados en suelo estadounidense desde 2016, lo que aumentó la atención mediática y atrajo a miles de fanáticos al TD Garden de Boston.
Ilia Malinin, la gran promesa del patinaje masculino
Como preludio a la jornada final, Ilia Malinin, el prodigio de 20 años originario de Fairfax (Virginia), ofreció una exhibición que lo coloca como favorito indiscutible para el título mundial masculino. Con dos saltos cuádruples y un triple axel perfecto, obtuvo 110.41 puntos en el programa corto, apenas 3 puntos por debajo del récord mundial establecido por Nathan Chen en Beijing 2022.
Todo indica que será una batalla cerrada entre Malinin y Yuma Kagiyama de Japón, otro talento precoz que busca coronarse en Boston. La importancia de estas actuaciones va más allá del podio, puesto que EE.UU. busca asegurar los valiosos tres cupos masculinos para los próximos Juegos Olímpicos de Milano-Cortina en 2026.
¿Un nuevo «dream team» olímpico?
Con la participación destacada de patinadores como Jason Brown y Andrew Torgashev, el equipo masculino busca sumar la puntuación necesaria (se calcula con los puntajes combinados de sus dos mejores representantes) para lograr este objetivo. Tras quedar 12.º y 8.º respectivamente en el programa corto, dependerán de sus actuaciones en el programa largo para definir el futuro olímpico del equipo.
En danza sobre hielo, con Chock y Bates liderando la delegación, no es descabellado pensar en una medalla de oro olímpica. La experiencia juega a su favor: Bates ha participado en cuatro Juegos Olímpicos, y su liderazgo es clave para el equipo.
La importancia espiritual del arte del patinaje
Más allá de las estadísticas, el patinaje artístico se ha convertido nuevamente en una manifestación cultural relevante en Estados Unidos. En cada ejecución, entre piruetas, vestuarios elaborados y música evocadora, el público se conmueve y conecta emocionalmente, algo que se vio reflejado en los llenos absolutos del TD Garden durante toda la semana.
“Creemos que el patinaje es una forma de arte. Nuestra misión es contar historias”, explicó Bates durante una entrevista para NBC Sports. “Y si logramos tocar los corazones del público, entonces hemos cumplido”.
Los paralelismos históricos
La actual hegemonía estadounidense recuerda los tiempos dorados de los 80 y 90, cuando Jayne Torvill y Christopher Dean, Kristi Yamaguchi, Michelle Kwan y más recientemente Nathan Chen, dominaban los campeonatos mundiales y olímpicos.
Estados Unidos pasó por una sequía considerable en las últimas dos décadas, especialmente en la rama femenina, hasta que patinadoras jóvenes como Liu y Levito comenzaron a tomar protagonismo desde temprana edad, impulsadas por programas de desarrollo deportivo más inclusivos y eficientes.
Instituciones renovadas, resultados evidentes
La U.S. Figure Skating, en colaboración con centros regionales de alto rendimiento como el Broadmoor World Arena en Colorado o el Skating Club of Boston, ha invertido significativamente en la formación holística de jóvenes talentos, incluyendo psicológos deportivos, entrenadores de biomecánica y coreógrafos profesionales.
El resultado: más atletas con capacidad artística y técnica para competir al más alto nivel. “Ya no solo ganamos por los saltos”, comentó un analista de NBC. “Estamos viendo narrativas, interpretación, dramatismo, todo combinado en un paquete coherente y evolucionado”.
Un momento crucial para el patinaje artístico mundial
Las potencias tradicionales como Rusia (afectada por exclusiones internacionales) y China han perdido presencia, mientras que Japón continúa siendo una gran amenaza con talentos como Kagiyama, Shun Sato y Rika Kihira en el circuito.
Esto ha permitido un mayor equilibrio entre naciones y un resurgir del interés por el deporte en países como Gran Bretaña, Italia y por supuesto, Estados Unidos.
El futuro del deporte sobre el hielo
Boston 2025 no solo será recordado por los triunfos individuales, sino por haber marcado un punto de inflexión en la narrativa del patinaje artístico. Un regreso triunfal a casa para una disciplina que, entre arte y competencia, sigue ganándose un lugar en los corazones del público estadounidense e internacional.
Chock y Bates no solo bailaron sobre hielo. Lo transformaron en poesía en movimiento. Y esa poesía, con cada giro y cada nota, quedó escrita en las páginas eternas del deporte.