Terremoto de 7.7 sacude el sudeste asiático: Myanmar, Tailandia y China enfrentan catástrofe humanitaria

La región se paraliza tras un devastador sismo que ha cobrado vidas, derrumbado edificios históricos e intensificado la crisis en zonas de conflicto

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El sureste asiático vive horas angustiosas tras el terremoto de magnitud 7.7 que sacudió la región el viernes, afectando especialmente a Myanmar, Tailandia y algunas zonas de China. Inmediatamente después del evento principal, un segundo sismo de 6.4 grados sacudió las mismas áreas, exacerbando daños y pánico.

Un epicentro en tierra frágil: Myanmar bajo emergencia

El epicentro del violento terremoto se ubicó en el norte de Myanmar, una de las regiones más inestables del mundo, tanto geológica como políticamente. Aunque el área cercana al epicentro está escasamente poblada, los efectos del movimiento telúrico se sintieron con intensidad en ciudades densamente habitadas como Mandalay y Naypyitaw.

El régimen militar de Myanmar declaró estado de emergencia en al menos seis regiones del país, incluyendo la capital Naypyitaw. Según informó la televisión estatal MRTV, esta medida sirve para facilitar la asistencia en áreas devastadas donde las infraestructuras básicas han colapsado.

Las primeras imágenes provenientes de Mandalay muestran derrumbes importantes, incluyendo el monasterio Ma Soe Yane, que colapsó ante los ojos de varios monjes que filmaban la escena. Puentes viejos de más de 90 años sucumbieron a la fuerza del sismo, y varias carreteras presentaron grietas y hundimientos.

Una tragedia sobre otra: el colapso de una presa

Christian Aid, una organización que trabaja con socios locales, informó que una presa se rompió cerca de Mandalay, lo que provocó inundaciones en áreas bajas, dificultando los rescates y aumentando el riesgo de víctimas entre la población desplazada. Esta situación se agrava debido al conflicto civil que asola Myanmar, dificultando el acceso de la ayuda humanitaria.

La Cruz Roja describió la situación como “daños significativos” y añadió que el colapso de líneas eléctricas complica aún más sus operaciones. Maj. Gen. Zaw Min Tun, portavoz del régimen militar, pidió donaciones urgentemente, especialmente sangre, para los hospitales en Mandalay, Sagaing y Naypyitaw.

Bangkok: muerte y caos entre rascacielos

En Bangkok, aunque ubicada a más de 700 kilómetros del epicentro, se sintieron las sacudidas con suficiente intensidad como para generar pánico. Una torre en construcción colapsó completamente, provocando la muerte de al menos tres personas y dejando a más de 90 desaparecidas bajo los escombros, según el ministro de Defensa tailandés.

La estructura, todavía en proceso de construcción, tenía una grúa en su cima, que se precipitó al suelo mientras una nube densa de polvo cubría el área. Equipos de rescate trabajan contrarreloj para encontrar sobrevivientes. Las autoridades declararon a Bangkok como "zona de desastre".

Testigos en el distrito de Silom relataron cómo el suelo vibraba y los rascacielos se sacudían, lo cual llevó a decenas de miles de personas a vaciar torres de oficinas y residencias y dirigirse a parques y espacios abiertos en busca de seguridad.

“Cuando vi el edificio moverse y el agua caer desde la piscina en el techo supe que era algo serio. Había personas llorando en la calle, fue horrendo,”
- Paul Vincent, turista británico en Bangkok.

Impacto en China: Yunnan y Sichuan también sufren

El sismo también se sintió en ciudades chinas del suroeste. En Ruili, en la provincia de Yunnan, casas fueron dañadas y se reportaron heridos. Las redes sociales mostraron videos de escombros y ciudadanos siendo evacuados en camillas. En Mangshi, a unos 100 km de Ruili, la sacudida fue tan intensa que muchas personas no podían mantenerse en pie.

Si bien China está mejor preparada en términos de infraestructura antisísmica, la cercanía con la frontera de Myanmar pone a prueba la respuesta de emergencia local en áreas rurales.

Contexto sísmico de la región

Myanmar y sus vecinos forman parte del cinturón de fuego del Pacífico, una zona de alta actividad sísmica debido a la interacción de placas tectónicas, en este caso, la placa indoaustraliana y la placa euroasiática. Grandes terremotos han ocurrido antes en esta área:

  • En 2011, un sismo de 6.8 en Shan State, Myanmar, mató a más de 70 personas.
  • En 2004, el terremoto del Índico de magnitud 9.1 causó uno de los tsunamis más mortales, aunque ocurrió más al oeste.

El sismo actual representa uno de los más poderosos en golpear Myanmar en décadas, y sus consecuencias—tanto humanas como económicas—aún están siendo contabilizadas.

¿Cuáles son los desafíos ahora?

Los gobiernos de los países afectados se enfrentan a retos monumentales. En Myanmar, el conflicto armado frena la llegada de ayuda internacional. Las zonas rurales no están comunicadas y hay informes de aldeas totalmente destruidas. En Tailandia, el desafío es el colapso de infraestructuras nuevas, lo que genera dudas sobre la regulación de la construcción de edificios en zonas sísmicas.

La respuesta china ha sido rápida, pero limitada a sus zonas fronterizas. Además, hay crecientes preocupaciones por posibles réplicas mayores. La propia primer ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatra, advirtió sobre nuevos temblores e instó a la población a mantener la calma.

Un recordatorio doloroso en tiempos inestables

Este desastre natural recuerda cuán vulnerables siguen siendo muchas partes de Asia, no solo frente a fenómenos geológicos sino también por la fragilidad de sus sistemas institucionales para responder a emergencias. En tiempos donde las tensiones geopolíticas y los conflictos internos ya han desestabilizado regiones como Myanmar, la naturaleza muestra nuevamente su potencial destructor.

Según la USGS, se espera que las réplicas continúen durante días, sino semanas. Mientras tanto, miles de personas necesitan refugio, alimentos, atención médica y, sobre todo, una mano solidaria en medio del caos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press