Sur de Texas bajo el agua: torbellino de lluvias, inundaciones y caos

Más de 18 pulgadas de lluvia en dos días paralizan comunidades enteras; decenas de rescates y escuelas cerradas

Una tromba de agua sin precedente en el Valle del Río Grande

El sur de Texas amaneció el viernes intentando recuperarse del estrago causado por intensas tormentas que azotaron la región durante las 48 horas anteriores. Varias ciudades, entre ellas Alamo y Palmview, se vieron sumergidas bajo un volumen de agua históricamente elevado, con acumulaciones que superaron las 18 pulgadas (45 centímetros) en algunos puntos. El resultado: calles transformadas en ríos, autos abandonados y más de medio centenar de rescates acuáticos en un solo día.

El corazón del caos: Alamo y Palmview

"Nos están echando un balde de agua sobre la cabeza, y el sistema de drenaje simplemente no da abasto," describía R.C. Flores, jefe del Departamento de Bomberos de Alamo, en una entrevista con KRGV. Según el funcionario de emergencia, el jueves sus equipos respondieron a más de 50 rescates que, aunque en su mayoría no ponían en riesgo inmediato la vida, requerían intervención ante la total imposibilidad de movilidad.

Los vídeos de las estaciones locales de televisión muestran escenas dramáticas: autos flotando en estacionamientos, personas atrapadas idénticas a islas improvisadas y zonas residenciales completamente sumidas bajo el lodo y el agua.

El impacto en cifras

  • Más de 18 pulgadas de lluvia acumuladas en Palmview en 48 horas.
  • 50 rescates acuáticos en Alamo reportados en un solo día.
  • Más de 20 distritos escolares cancelaron clases el viernes.
  • 2 refugios escolares abiertos de emergencia por el distrito Pharr-San Juan-Alamo.
  • Un promedio de 6 a 12 pulgadas de lluvia en toda la región, con algunas áreas aún bajo alerta de inundación.

¿Por qué fue tan intensa esta tormenta?

Según el Servicio Nacional de Meteorología, el fenómeno fue el resultado de un sistema frontal que quedó semiestacionario sobre la región, generando lluvias continuas. "Tuvimos un 'entrenamiento de tormentas'," explicó el meteorólogo Matt Brady del NWS, refiriéndose a un patrón donde varias celdas de tormenta pasan repetidamente por la misma área. Esto provoca un efecto acumulativo de lluvias torrenciales en un mismo lugar.

El sistema de drenaje urbano: una catástrofe anunciada

No es la primera vez que esta región texana sufre eventos similares. Pero a medida que aumentan las lluvias extremas producto del cambio climático, queda clara una verdad inquietante: el sistema de drenaje del sur de Texas no está preparado. La rápida urbanización sumada a superficies pavimentadas impide la correcta absorción del agua, multiplicando el riesgo de inundaciones relámpago.

"Seguimos creciendo sin adaptar la infraestructura a la nueva normalidad climática," advierte Teresa López, ingeniera ambiental de la Universidad de Texas en Río Grande Valley. "Cada tormenta es una prueba, y la estamos fallando."

Escuelas cerradas y vidas en pausa

Ante el caos, más de 20 distritos escolares cancelaron clases el viernes, incluida la Universidad South Texas College. Los planteles PSJA North High School y Alamo Middle School funcionaron como refugios improvisados desde la noche del jueves, albergando a familias desplazadas de zonas muy afectadas por la crecida del agua.

"Fue lo más seguro que pudimos hacer. Mi casa estaba bajo agua hasta la cocina, y mis hijos empezaron a entrar en pánico. Empacamos lo esencial y vinimos al refugio", dijo María Hernández, madre de tres, mientras sostenía mantas donadas por voluntarios.

El papel de los servicios de emergencia

Equipos de bomberos y policía trabajaron en coordinación durante la noche para rescatar a automovilistas atrapados y auxiliar a familias vulnerables. La mayoría de las llamadas provinieron de personas atrapadas en sus vehículos, incapaces de avanzar por calles convertidas en cauces torrentosos.

Un dato impactante proporcionado por el jefe de bomberos: sólo 4 de los 50 rescates involucraron riesgo vital inmediato, pero todos exigieron logística operativa extrema.

¿Cómo enfrentar lo que viene?

El cambio climático no es una amenaza del mañana; es la catástrofe del hoy. Las lluvias que paralizaron el sur de Texas son cada vez más frecuentes, intensas y rápidas. Especialistas coinciden en que adoptar medidas de resiliencia hídrica es urgente.

Propuestas ya existentes incluyen:

  • Actualizar y expandir sistemas de drenaje urbano.
  • Crear áreas públicas con suelos permeables.
  • Motivar a residentes a instalar barreras de agua y bombas domésticas.
  • Implementar centros de monitoreo meteorológico comunitario.

"Lamentablemente, muchas de estas soluciones requieren voluntad política y presupuesto, algo que las autoridades locales muchas veces no priorizan hasta que la crisis ya explotó", apunta la activista climática Lizeth Castellanos del colectivo "Río Verde".

¿Qué esperar en las próximas horas?

Aunque el viernes por la mañana el clima ofreció una pausa, el Servicio Nacional de Meteorología advierte que lluvias aisladas y tormentas podrían volver en la tarde, lo que haría colapsar aún más el ya frágil sistema de escurrimiento.

La alerta de inundación se mantiene activa para los condados de Cameron, Hidalgo y Willacy.

"Cualquier lluvia adicional generará problemas inmediatamente por la saturación del suelo y los canales a tope", advirtió la agencia meteorológica a través de redes sociales.

Una alarma que no podemos ignorar

Más allá del drama humano, las tormentas que paralizaron el sur de Texas son una advertencia de que los eventos climatológicos extremos ya no son esporádicos, sino parte de una dolorosa rutina que golpea con más fuerza a las comunidades sin preparación.

Invertir en prevención y adaptación no es un lujo. Es una cuestión de vida o muerte.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press