Los Tampa Bay Rays Renacen Bajo el Sol de Tampa: Una Nueva Era en Steinbrenner Field
Tras el devastador huracán Milton, los Rays encuentran un nuevo hogar temporal en el campo de entrenamiento de los Yankees, desatando una curiosa convivencia entre historia y modernidad
Los Tampa Bay Rays enfrentan uno de los mayores giros logísticos de su historia, convirtiéndose temporalmente en los nuevos inquilinos de George M. Steinbrenner Field —tradicionalmente el bastión primaveral de los New York Yankees— después de que el Huracán Milton destruyera el techo de su casa habitual, el Tropicana Field, en octubre de 2024.
Del desastre al renacer
El paso del Huracán Milton, que arrasó con el icónico Tropicana Field el 9 de octubre, dejó a los Rays sin un estadio, sin sede, sin identidad física. Pero en un giro audaz y lleno de simbolismo, la organización optó por utilizar el complejo de entrenamiento primaveral de su acérrimo rival, los Yankees, como su base temporal para la temporada regular 2025.
Apenas cinco días después de que los Yankees finalizaran sus partidos de primavera el domingo, el equipo de Tampa Bay realizó una transformación vertiginosa de 120 horas para 'des-Yankeizar' el estadio y teñirlo de colores azul Columbia y amarillo. Más de 3,000 logos, carteles, imágenes y señalización fueron reemplazados con identidad visual de los Rays.
Una transformación sin precedentes
Los trabajos de adecuación superaron lo que cualquier equipo había hecho en la historia reciente del béisbol profesional estadounidense. Desde alfombras con el emblema "TB", hasta gigantescas pancartas que cubrían los signos prominentes de "YANKEES" sobre las gradas. Incluso la famosa réplica del friso del Yankee Stadium fue cubierta. En su lugar, se colocaron estrellas del diseño clásico de los Rays y carteles que proclamaban: "Home of the Rays".
La araña de luces con el interlocking "NY" se ocultó bajo una lona rectangular, mientras que las luces LED del techo —originalmente blancas para emular los pinstripes del uniforme yankee— fueron teñidas de azul mate mediante un panel táctil oculto en las instalaciones.
Vestigios del imperio Yank
A pesar del trabajo hercúleo por borrar la estética Yankee, no todo pudo eliminarse. Aún se leen las palabras “New York Yankees executive offices” talladas en las puertas de una oficina y una estatua del difunto George Steinbrenner permanece presidiendo la entrada. También permanecen grabadas las placas con los números retirados de las leyendas Yankees y el letrero con el nombre completo del estadio continúa firme debajo del marcador principal.
Pequeños recordatorios nostálgicos que hacen imperceptible la línea entre tradición e innovación.
Una comodidad inesperada para los jugadores
Para los jugadores de los Rays, la mudanza ha tenido tintes de lujo inesperado. Zack Littell se mostró entre asombrado y agradecido: “Es casi demasiado. Hay tanto espacio. Si hay algo de lo que me puedo quejar, es que uno debe caminar distancias muy largas para ir de un lugar a otro”.
Las nuevas instalaciones ofrecen un gimnasio de dos niveles, tres piscinas de terapia con pantallas integradas, cuatro jaulas de bateo, áreas interiores y exteriores de comedor, sauna, y hasta terapia de luz roja.
“Parece un estadio de Grandes Ligas”, afirmó Kris Bryant, jugador de los Colorado Rockies, quien fue uno de los primeros visitantes en experimentar el nuevo hogar de los Rays.
Un nuevo inicio para el béisbol en Tampa
El conflicto geográfico sobre la ubicación del hogar del equipo no es nuevo. Aunque el nombre Tampa Bay abarca toda el área de la bahía, el Tropicana Field se encuentra en St. Petersburg, una ciudad cuya conexión con el resto de la región ha sido históricamente complicada debido a problemas de tránsito y distancia.
En 2024, los Rays anunciaron un proyecto de nuevo estadio para reemplazar el Trop junto a su actual sede, pero se retiraron este mes de ese acuerdo. Ahora, con el cambio físico hacia Tampa, resurge el antiguo sueño de trasladar definitivamente al equipo al lado opuesto de la bahía.
"Siempre he sentido que los fanáticos querían que el béisbol estuviera del lado de Tampa", dijo Littell. El cambio también ha motivado algunos jugadores a modificar sus residencias —varios han abandonado St. Pete para alquilar en Tampa, acortando así sus desplazamientos diarios.
Una historia de estadios temporales
No es la primera vez que los Rays juegan en escenarios poco convencionales. De acuerdo con Elias Sports Bureau, Tampa Bay ha jugado 2,148 partidos en el Tropicana Field, incluyendo postemporada. Se suman a eso inusuales partidos como:
- Los "home games" jugados en Kissimmee en 2007 y 2008.
- Una serie contra los Yankees trasladada a Citi Field, Nueva York, en 2017 por huracán Irma.
- La postemporada de 2020, celebrada en San Diego con campo neutral debido a la pandemia COVID-19.
Ninguna de estas condiciones imitaba el hecho actual: vivir casi la temporada entera como visitantes en un estadio ajeno reacondicionado para sentirse “hogar”.
¿Y cómo afectará esto a la asistencia?
En 2024, los Rays quedaron en el lugar 28 de 30 equipos en promedio de asistencia, con apenas 16,515 espectadores por partido. Solo el día inaugural fue un lleno total. Las autoridades de MLB y los propios Rays observarán atentamente si esta nueva ubicación en Tampa —y su relativa cercanía con ciudades como Orlando— puede modificar esa tendencia.
“Sé que la capacidad aquí es menor, pero se sentirá como una casa llena”, apuntó Taylor Walls. Además, los partidos nocturnos en Steinbrenner tendrán algo extra: fuegos artificiales al estilo clásico promovido en ligas menores, detrás de cada cuadrangular.
El toque humano
El manager Kevin Cash encontró, al abrir su nuevo escritorio en la sede improvisada, una carta manuscrita de su contraparte en los Yankees, Aaron Boone: “Disfrútalo. Que todos se mantengan saludables”. Cash se mostró agradecido: “Este gesto fue elegante. Algunos de los que deja Tito (Francona) no son tan finos”, bromeó.
El ambiente parece optimista. No hay críticas, sino adaptaciones. No hay pérdidas, sino oportunidades. Esta es, sin duda, una curva inesperada en el camino de los Rays, que podría cambiar su destino para siempre.
¿Es este el primer paso para un nuevo hogar permanente?
Con la experiencia ganada al llenar un estadio de primavera con energía de temporada regular, y la posibilidad de que nuevos aficionados se integren desde geografías tradicionalmente alejadas del Trop, no es descabellado pensar que Steinbrenner Field o un nuevo proyecto cercano, como el de Ybor City, puedan convertirse en el punto de partida hacia una nueva era en la historia de los Rays.
En una ciudad donde la rivalidad con los Yankees ha sido históricamente intensa, es irónico que los Rays estén ahora construyendo su posible futuro sobre la sombra de las glorias pinstripe. Pero así como lo demuestra este cambio radical, a veces los desastres pueden ser el impulso necesario para lo extraordinario.