Israel lanza ataque aéreo sobre Beirut en medio del colapso del cese al fuego: ¿al borde de una guerra total con Hezbollah?

Una nueva ola de violencia entre Israel y Hezbollah amenaza con desbordarse, rompiendo años de tensa calma en la frontera con Líbano

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Una escalada sin precedentes desde el fin de la guerra en Gaza

Por primera vez desde noviembre de 2023, aviones israelíes atacaron barrios de Beirut, capital del Líbano, marcando un drástico aumento en la escalada entre Israel y el grupo militante Hezbollah. El ataque se produce en momentos de alta tensión luego de que Israel acusara al grupo libanés de lanzar cohetes contra sus comunidades del norte, lo que fue negado por Hezbollah.

El bombardeo aéreo sobre la capital libanesa no solo rompe el frágil cese al fuego acordado oficialmente el 27 de noviembre de 2024, sino que coloca a toda la región en una situación extremadamente volátil. La última vez que una acción de ese tipo ocurrió fue durante la guerra entre Israel y Hezbollah en 2006.

Una ciudad paralizada: El mensaje de evacuación israelí

Las autoridades israelíes emitieron un mensaje de advertencia en la red social X (anteriormente Twitter) en árabe, ordenando evacuar los suburbios sureños de Beirut, zonas donde Hezbollah tiene una fuerte presencia. El mensaje incluía un mapa marcado con zonas en rojo, indicando presuntas instalaciones del grupo militante chií.

El temor se apoderó de los habitantes de barrios como Hadath, donde el gobierno libanés ordenó cerrar escuelas y universidades. Testigos reportan disparos al aire y a residentes huyendo en masa en vehículos y a pie. “Están intentando generar terror entre nosotros”, dijo un residente anónimo.

Contexto militar: ¿Por qué Beirut ahora?

Desde que estalló la guerra entre Israel y Hamas tras el ataque del 7 de octubre de 2023, en el que murieron unas 1,200 personas —la mayoría civiles— y otros 251 fueron secuestrados, Israel mantiene un frente militar activo también en el norte, en la frontera con Líbano.

Hezbollah ha lanzado ataques coordinados, incluyendo cohetes y drones, casi a diario, como apoyo a Hamas. Como respuesta, Israel ha lanzado decenas de ataques aéreos contra objetivos en el sur del Líbano.

Sin embargo, el ataque a la capital cambia el panorama estratégico. Según el ministro de Defensa israelí, “si no hay paz en el norte de Israel, entonces no habrá paz en Beirut”. Sus comentarios reflejan un cambio de estrategia: llevar la batalla al corazón político y urbano de Líbano.

Un historial ensangrentado: Israel vs. Hezbollah

La enemistad entre Israel y Hezbollah no es nueva. En 2006, ambos actores se enfrentaron en una guerra devastadora que duró 34 días y cobró la vida de más de 1,000 personas, principalmente libaneses, y desplazó a cerca de un millón.

Desde entonces, aunque ha habido intercambios esporádicos de fuego, un delicado equilibrio de disuasión se había mantenido. Este nuevo ataque aéreo podría romper ese equilibrio por completo.

Hezbollah niega responsabilidades mientras Israel se mantiene firme

En un comunicado oficial, Hezbollah negó haber lanzado los cohetes que provocaron la represalia israelí. “Israel está buscando cualquier pretexto para justificar sus agresiones e imponer su agenda militar en la región”, sostuvo el grupo chií.

A pesar de la negación, las Fuerzas de Defensa de Israel publicaron imágenes de las zonas afectadas demostrando, según ellos, que los ataques provenían de esas localidades. Así, la narrativa de “guerra preventiva” vuelve a escena, una postura que Israel ha utilizado históricamente para justificar acciones agresivas.

Impacto humano: miles huyen mientras la incertidumbre crece

Las autoridades libanesas indican que decenas de miles de ciudadanos están desplazándose nuevamente desde los suburbios hacia zonas más seguras del norte. Algunos hospitales han sido evacuados ante el temor de ataques adicionales.

La ONG Médicos Sin Fronteras reportó que “el sistema de salud en Beirut ya está sometido a presión debido a la crisis económica y sanitaria. Un conflicto a mayor escala podría colapsarlo por completo”.

La ONU y la comunidad internacional reaccionan con preocupación

Jeanine Hennis-Plasschaert, coordinadora especial de la ONU para el Líbano, calificó la situación de “extremadamente preocupante” y llamó con urgencia a las partes a “tener contención” en medio de una “etapa crítica para la región”.

Los intentos diplomáticos por parte de Francia, Egipto y Qatar se han intensificado, con reportes de reuniones de emergencia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para analizar “la posibilidad real de una guerra regional abierta” si los ataques continúan.

¿Qué busca Israel en realidad?

Analistas expertos en seguridad, como Amos Harel del diario Haaretz, sostienen que la presión sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu es también un factor detonante: “Con crecientes críticas internas por la gestión de la guerra en Gaza y por la continua captura de rehenes, Netanyahu podría ver beneficios estratégicos en abrir un nuevo frente que desvíe la atención y galvanice el apoyo militar y nacionalista”.

Por otro lado, también se baraja que el objetivo sea eliminar la jerarquía de mando de Hezbollah, después de que Israel ya lograra asesinar a varios altos líderes del grupo en los últimos meses. Pero la pregunta clave sigue siendo: ¿hasta qué punto está dispuesta Israel a pagar el precio de otra guerra a gran escala?

Consecuencias regionales: ¿una guerra más allá de las fronteras?

La posibilidad de que el conflicto escale e involucre a Irán, Siria o incluso actores no estatales como las milicias proiraníes en Iraq, ha generado un estado de alerta en varias cancillerías occidentales.

La experiencia de la guerra en Gaza ha demostrado cómo un conflicto inicialmente focalizado puede transformar el panorama geopolítico del Medio Oriente en cuestión de semanas. Con más de 50,000 muertos en Gaza, según autoridades sanitarias locales, y un drama humanitario sin resolver, un nuevo frente de guerra tendría implicaciones catastróficas para toda la región.

Voces desde Líbano: entre la resignación y la resistencia

Rana, estudiante universitaria de 21 años en Beirut, declaró: “Pensábamos que lo peor había pasado. Ahora vivimos otra vez con el sonido de las sirenas y el miedo constante al próximo bombardeo”.

Mohamed, comerciante de 52 años en los suburbios sureños, explicó cómo la mayoría de los negocios han cerrado: “Es otra vez 2006. Pero esta vez no hay refugios, no hay preparación, estamos solos”.

¿Qué sigue?

Hasta el momento de esta publicación, el primer ministro Netanyahu se encuentra reunido con su gabinete de seguridad en sesiones de alto secreto para determinar si continuar con los ataques sobre la capital libanesa o detener la operación. La decisión podría marcar el comienzo inevitable de una guerra completa.

Mientras tanto, Beirut espera en vilo y el mundo observa una región al borde del abismo otra vez.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press