El legado de las eras: ¿Puede Giannis Antetokounmpo dominar cualquier época de la NBA?
La comparación entre generaciones de leyendas del baloncesto volvió a surgir tras un comentario de LeBron James que puso a Giannis en el centro del debate
Por años hemos escuchado comparaciones imposibles. ¿Qué pasaría si Michael Jordan jugara hoy? ¿Podría Bill Russell hacer frente a los pivotes actuales? ¿Y LeBron James en los años 80? Pero esta vez, la bomba vino del mismísimo LeBron, quien afirmó que Giannis Antetokounmpo podría anotar 250 puntos en un solo partido si hubiera jugado en los años 70. El testimonio, tan provocador como elogioso, reabrió una historia sin fin: ¿es justo comparar diferentes eras del baloncesto?
El comentario que encendió el debate
Durante una entrevista en "The Pat McAfee Show", LeBron James soltó una opinión tan hiperbólica como provocadora: “¿Estás tratando de decirme que Giannis no podría jugar un partido de la NBA en los 70? Giannis Antetokounmpo anotaría 250 puntos en un partido en los 70. Eso no es una falta de respeto, pero en serio.”
LeBron, que rara vez lanza opiniones fuera de foco, claramente lo hizo para resaltar cuánto ha cambiado el baloncesto moderno y cómo un jugador supersónico como Giannis habría significado otro tipo de revolución física y táctica en décadas pasadas.
La respuesta de Giannis: humor y humildad
Tras la derrota de los Milwaukee Bucks contra los New York Knicks (116-107), Giannis fue consultado sobre las declaraciones del “King”. Entre risas, respondió: “¡Probablemente hubieran sido 275, no 250!”, para luego aclarar seriamente que las comparaciones entre diferentes eras no eran justas. “Si hubiera jugado en los 70, hubiera jugado como todos en esa época… no sabías más. El juego ha evolucionado. Hemos llegado al 2025 y conocemos más”, aseguró.
¿Qué tan diferente era el baloncesto en los años 70?
Para poner estas afirmaciones en contexto, recordemos cómo era la NBA en los años 70. Era una liga mucho más pequeña, con 17 equipos en 1975 (hoy son 30), sin la línea de tres puntos —¡que no fue introducida en la NBA hasta 1979!—, y donde el ritmo de juego era completamente distinto.
- Ritmo de juego: El pace (posesiones por equipo por partido) en la temporada 1970-71 era de 112.5, mucho más alto que el actual promedio de cerca de 99. Sin embargo, la eficiencia ofensiva era mucho menor.
- Física y entrenamiento: La preparación atlética era prácticamente inexistente desde la óptica de hoy. Jugadores como Wilt Chamberlain o Kareem Abdul-Jabbar dominaban gracias a su talento natural, no a programas científicos de acondicionamiento.
- Táctica: Las defensas eran menos sofisticadas. El concepto de "defensa en ayuda" o rotaciones complejas simplemente no existía a gran escala.
En ese ambiente, un jugador como Giannis —208 cm, 110 kg, velocidad de alero y fuerza de pívot— probablemente habría parecido un dios del Olimpo bajado a una cancha. ¿Podría haber metido 250 puntos? Quizás no literalmente, pero sin duda podría haber revolucionado el juego.
Giannis: el arquetipo del jugador posmoderno
Giannis Antetokounmpo no sólo destaca por su físico privilegiado. Su ética de trabajo, su visión de juego y su versatilidad lo convierten en un fenómeno híbrido difícil de encapsular bajo una sola etiqueta. En la temporada 2024-25, promedia 31.2 puntos, 11.9 rebotes y 6.3 asistencias por partido, con 61% en tiros de campo. Cifras que lo colocan al nivel de los más grandes.
Además, fue elegido dos veces como MVP de la temporada (2019, 2020), fue campeón de la NBA con los Bucks en 2021 y ha sido miembro del All-NBA First Team en múltiples ocasiones. Su crecimiento desde que fue elegido como el pick 15 del Draft de 2013 hasta convertirse en uno de los rostros de la NBA moderna es digno de admiración.
Comparaciones míticas: la eterna lucha intergeneracional
La comparación entre generaciones es un deporte en sí mismo. Desde debates que enfrentan a Jordan con LeBron hasta imaginar cómo jugarían Larry Bird y Magic Johnson en 2025, la discusión nunca se detiene. Pero como dijeron tanto LeBron como Giannis, la comparación debe hacerse con un enfoque más matizado.
“La evolución del juego no significa superioridad absoluta”, afirma Zach Lowe, analista de ESPN. “Significa que entrenadores, científicos deportivos y jugadores de hoy cuentan con recursos que sus antecesores no tenían.”
Otros ejemplos de “viajes intertemporales” imposibles
Estos ejercicios de imaginación no son nuevos:
- Shaquille O’Neal en los 60 habría sido aún más dominante que Wilt Chamberlain, afirman algunos.
- Stephen Curry en los 80 habría roto esquemas defensivos con su tiro de larga distancia.
- Y en el otro sentido, Bill Russell, con acceso a la tecnología y ciencia actual, ¿podría haber sido un nuevo Giannis?
Nikola Jokic y el presente: otra superestrella en perspectiva
Mientras el debate con Giannis y LeBron se robaba los titulares, otra figura actual sigue construyendo su legado: Nikola Jokic. El serbio anotó 27 puntos y capturó 14 rebotes en sólo tres cuartos de juego en la victoria de Denver sobre Utah (129-93).
Jokic ha redefinido el concepto de un pívot: es pasador, estratega ofensivo y líder emocional. Con un promedio de 26.8 puntos, 12.8 rebotes y 8.9 asistencias en la temporada actual, si alguien como él jugara en los 70, esos fundamentos aún más relevantes en una era de juego más lento podrían haberlo convertido en una mezcla mágica de Bill Walton y Larry Bird.
Cade Cunningham: el nuevo líder en ascenso
Otra historia que alimenta el presente es Cade Cunningham, la estrella de los Detroit Pistons que ha transformado a un equipo perdedor en contendiente. Después de años de oscuridad —la temporada pasada cosecharon 28 derrotas consecutivas— Detroit ahora pelea por ventaja en casa de cara a los playoffs.
Aunque actualmente está fuera por una lesión en la pantorrilla, Cunningham promedia 25.7 puntos, 9.2 asistencias y 6.1 rebotes, cifras dignas de un estandarte moderno… o de una leyenda clásica.
“Cade no sólo anota, organiza. Hace mejores a sus compañeros. Tiene una inteligencia de juego que habría sido valiosa en cualquier era”, comentó el exentrenador Hubie Brown.
¿Cuánto vale realmente una comparación?
Cuando figuras como LeBron James hacen este tipo de comentarios, no lo hacen como provocación vacía. Lo hacen para recordar el impacto visible que tienen jugadores como Giannis, Jokic o Cunningham en el baloncesto moderno, y para afirmar que su excelencia no está limitada a una ventana temporal.
Al fin y al cabo, como dijo Kareem Abdul-Jabbar: “Un grande del juego es aquel que puede trascender el tiempo, no sólo dominarlo.”
En el universo NBA, donde el tiempo parece tan fluido como el juego mismo, quizá lo único que podamos decir con certeza es que los más grandes de cada era se merecen ser admirados por lo que fueron y lo que inspiraron, sin necesidad de traslados imposibles en la historia.