¿Justicia para Davies? Bayern vs. la Federación Canadiense y el deber médico en el fútbol moderno

La controversia entre Bayern Múnich y Canadá por Alphonso Davies reabre el debate sobre la protección de los jugadores ante intereses deportivos y nacionales

Alphonso Davies, uno de los laterales más talentosos y veloces del fútbol mundial, se enfrenta hoy a un periodo de inactividad tras una lesión grave en la rodilla. Lo alarmante no es solo su ausencia, sino el contexto en el que ocurrió su lesión: un partido por el tercer lugar en la Liga de Naciones de la CONCACAF, un torneo sin gran peso competitivo.

Esto ha encendido una grave polémica entre el Bayern Múnich, club propietario de su ficha deportiva, y la Federación Canadiense de Fútbol. El club alemán alega negligencia médica y plantea tomar acciones legales. ¿Hasta dónde llegan las responsabilidades de selecciones nacionales con los jugadores y sus clubes? Vamos a analizarlo.

El caso Alphonso Davies: del orgullo nacional a la sala de cirugía

El pasado domingo, la selección de Canadá venció 2-1 a Estados Unidos en el partido por el tercer lugar del torneo de la CONCACAF. Durante el encuentro, Alphonso Davies sufrió la rotura de un ligamento en su rodilla derecha y otras lesiones adicionales. Lo más crítico, según la versión del Bayern, es que el jugador ya presentaba molestias musculares antes del partido.

Jan-Christian Dreesen, director general del Bayern, expresó en el tabloide alemán Bild: “El envío de un jugador visiblemente lesionado en un vuelo intercontinental sin una evaluación médica adecuada es, desde nuestro punto de vista, una negligencia grave”. Y remató criticando la decisión de permitirle jugar un partido “sin relevancia deportiva”.

Christoph Freund, director deportivo del Bayern, agregó que la asistencia brindada a Davies fue insuficiente. Según él, Davies había reportado fatiga muscular y molestias, pero aún así fue alineado como capitán del equipo.

Contexto: la eterna tensión entre clubes y selecciones nacionales

Este no es un conflicto nuevo en el fútbol. La relación entre clubes y selecciones nacionales siempre ha sido compleja y delicada. Los clubes son quienes invierten millones en sueldos, formación y cuidado de los jugadores. Los seleccionados, sin embargo, aspiran a representar a su país, muchas veces en eventos de menor relevancia competitiva.

La FIFA establece ventanas internacionales obligatorias, durante las cuales los clubes deben ceder a sus futbolistas. No obstante, si un jugador está lesionado o presenta riesgos, el club puede negarse a cederlo con pruebas suficientes. Ahí entra el conflicto: ¿quién tiene la última palabra sobre el estado físico de un jugador?

¿Debe un futbolista con molestias evidentes jugar un partido de tercera importancia? Para el Bayern, claramente no. Para Canadá y el propio Davies —que expresó su deseo de estar presente—, el sentido del deber patriótico y liderazgo pareció pesar más.

Las lesiones en partidos “intrascendentes”: ¿vale la pena el riesgo?

El propio Davies no fue el único jugador que regresó lesionado a su equipo tras esta jornada internacional. Dayot Upamecano, defensor francés también del Bayern, sufrió una lesión en la rodilla al volver de su servicio con Francia en la misma competencia.

La situación resulta particularmente dolorosa para el Bayern, que se encuentra en la recta final de la Bundesliga y enfrentará a Inter de Milán en los cuartos de final de la Champions League. Sin Davies y Upamecano, además de la baja de Kim Min-jae, la zaga defensiva del club está en crisis.

Esto reaviva una pregunta que persigue al fútbol de élite: ¿cómo proteger a los jugadores ante sobrecarga física por calendarios saturados?

El doping del calendario: ¿por qué juegan tanto?

Según la FIFPRO (sindicato global de futbolistas), los jugadores de élite juegan entre 50 y 70 partidos por temporada, sumando compromisos con clubes y selecciones. Un reporte de la FIFA publicado en 2022 indica que el “calendario internacional está al límite”.

Davies, con apenas 23 años, ya ha disputado más de 270 partidos profesionales entre Bayern, Vancouver Whitecaps y la selección canadiense. Su físico explosivo lo ha hecho sufrir repetidas lesiones musculares desde 2021.

Entonces, ¿por qué se permite que un jugador como Davies, en evidente desgaste, juegue un partido sin consecuencia deportiva? ¿Debería FIFA intervenir para regular cuándo y cómo deben jugar los futbolistas?

¿Negligencia médica o imposición deportiva?

Desde el punto de vista judicial y médico, se pueden evaluar dos aspectos clave:

  • Diagnóstico previo: ¿la Federación Canadiense realizó evaluaciones médicas suficientes para determinar que Davies estaba en condiciones óptimas de jugar?
  • Protocolo post-lesión: Una vez lesionado, ¿por qué se optó por enviarlo en un vuelo de 12 horas sin atención médica especializada?

Para el Bayern, ambas preguntas tienen respuestas negativas. De hecho, están considerando acciones legales por violación del “deber de cuidado médico”. La carga de la prueba deberá mostrar si hubo omisión, negligencia o simplemente una discrepancia en criterios médicos.

Algunas federaciones tienen staff médico completamente independiente; otras dependen de servicios contratados. Es clave entender cómo opera Canadá Soccer en estos casos.

El precedente Neymar y otros casos similares

En 2014, durante el Mundial de Brasil, Neymar Jr. sufrió una fractura vertebral tras una falta en el partido contra Colombia. Pese a no ser una lesión provocada por negligencia médica, se abrió el debate sobre si debería haber jugado por acumulación de molestias musculares en juegos previos.

Otro caso conocido es el de Fernando Redondo, quien rechazó jugar con Argentina en 1998 por “no estar al 100%”. Terminó marginado por el entrenador Pasarella, pero protegió su carrera. ¿Deberían más futbolistas adoptar esta postura? Es difícil, cuando hay pasión y presión patriótica detrás.

Hoy, Davies enfrenta meses de baja, quedando fuera del tramo final con su club y de posibles hitos en Champions. ¿Valió la pena jugar ese partido de tercer lugar? La pregunta cae como espada de Damocles sobre la cabeza de Canadá Soccer.

¿Qué dicen las reglas FIFA?

Según el anexo 1 del Reglamento de liberación de jugadores para selecciones nacionales de FIFA, los clubes deben permitir la incorporación de jugadores en fechas FIFA. Sin embargo, puede denegarse si hay evidencia médica de riesgo. El artículo 5 afirma que:

"Si un jugador sufre una lesión o enfermedad que, en opinión del club, lo inhabilita para jugar, el club debe notificarlo por escrito a la asociación nacional correspondiente."

El problema es que esta “opinión del club” muchas veces es debatida por los médicos de la federación. Ambas instancias están sesgadas: una protege una inversión, la otra defiende intereses competitivos nacionales.

Un conflicto que trasciende lo médico: identidad, valores y negocios

Albert Camus, escritor y portero amateur, decía: “Todo lo que sé de la moral y de las obligaciones de los hombres, lo aprendí en el fútbol”. Hoy, el caso Davies no solo arrastra aspectos ético-médicos, sino filosóficos. ¿Qué valores pesan más?

  • El deber del club que paga su salario y garantiza su carrera
  • El derecho del jugador a representar a su país
  • La obligación de las federaciones de cuidar la salud de sus atletas

Davies es ahora símbolo de este tironeo global. Y al estar en la cima del deporte, con 23 años, cada decisión pesa como un punto de inflexión.

¿Debe FIFA reformular el sistema?

Expertos como Dr. Vincent Gouttebarge, jefe médico de FIFPRO, han propuesto crear una regulación que limite la “sobrecarga estructural” sobre los jugadores. También se recomienda una evaluación médica conjunta entre club y selección antes de cada partido internacional.

La OMS incluso ha advertido que “los atletas de élite están siendo sometidos a niveles de estrés físico, mental y emocional alarmantes”.

Quizá el caso Davies sea el catalizador que FIFA necesita para reformular su modelo. Tal vez, como dice Dreesen, permita discutir si ciertos partidos necesitan jugarse.

Mientras tanto, ¿quién protege al jugador?

Los fanáticos quieren ver a sus ídolos jugando todo el tiempo. Los clubes desean evitar lesiones. Las selecciones buscan competir con lo mejor disponible. En medio de esa batalla—en gran parte comercial—quedan los propios futbolistas.

Alphonso Davies soñó desde niño con representar a Canadá. Lo hizo siendo capitán, quizá con orgullo y algo de dolor. Pero hoy está lesionado. Y eso nos obliga a preguntarnos: ¿Quién cuida del que da espectáculo al mundo?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press