¿Delitos electorales y manipulación política? Elon Musk sacude las elecciones en Wisconsin

La controversia alrededor de Elon Musk, la Corte Suprema de Wisconsin y las millonarias donaciones plantea una peligrosa pregunta: ¿Dónde termina la filantropía y empieza el soborno electoral?

La encrucijada jurídica del magnate tecnológico

Elon Musk ha demostrado en el pasado que no le teme a la controversia, pero sus recientes acciones en Wisconsin podrían llevarlo más allá de los límites legales. En el contexto de una elección crucial para la Corte Suprema del estado, Musk anunció su intención de entregar cheques de un millón de dólares a dos votantes como “agradecimiento por tomarse el tiempo de votar”.

Rápidamente, el anuncio desató una tormenta legal. En Wisconsin, es delito ofrecer algo de valor a cambio de un voto, y el fiscal general del estado, Josh Kaul, no tardó en interponer una demanda para bloquear los pagos de Musk. Aunque el post original en X fue eliminado y reemplazado por otro en el que Musk modificaba los términos, el daño ya estaba hecho.

¿Un incentivo o un soborno?

La diferencia entre incentivar la participación democrática y coaccionarla es delicada. Según Richard Painter, exasesor legal de ética de la Casa Blanca durante la administración Bush, “no se puede pagar a la gente para que vote o se abstenga de votar; es ilegal. Y Musk debe poner fin a eso”.

Incluso tras modificar su mensaje para ofrecer el dinero a “portavoces” de una petición contra jueces activistas, la legalidad de su oferta sigue siendo ambigua. Para Bryna Godar, abogada del State Democracy Research Initiative en la Universidad de Wisconsin, el simple hecho de haber hecho la oferta mientras la votación anticipada estaba en marcha puede constituir una violación de la ley.

Un historial cuestionable

No es la primera vez que Musk utiliza estas estrategias. Durante las elecciones presidenciales de 2024, su Comité de Acción Política (PAC) “America First” ofreció pagar un millón diario a votantes en estados clave que firmaran peticiones en apoyo a la Primera y Segunda Enmienda. En Pensilvania, el fiscal del distrito intentó detenerlos, pero un juez falló a favor de Musk, al considerar que no se trataba de una lotería ilegal.

Estas acciones generaron un precedente que vuelve a estar en el banquillo con la elección de la Corte Suprema de Wisconsin. En este caso, el PAC ha inyectado ya más de $20 millones de dólares para apoyar al juez conservador Brad Schimel, quien cuenta con el respaldo de Donald Trump.

Una elección clave para el país

La elección tiene ramificaciones mucho más allá de Wisconsin. El asiento vacante puede inclinar el balance ideológico de la Corte Suprema estatal, que hoy tiene una mayoría liberal de 4-3.

Schimel se enfrenta a Susan Crawford, una jueza respaldada por demócratas. Además, el voto representa un mini-referéndum sobre la gestión de Trump y, ahora, también sobre la influencia de Musk. Incluso Donald Trump intervino en un evento virtual pidiendo apoyo para Schimel.

“Sé que sienten que es una elección local, pero no lo es. Todo el país está observando”, declaró Trump.

El poder detrás del PAC

Elon Musk no solo ha invertido millones en el PAC “America First”, sino que también financia otro grupo: “Building for America’s Future”. Ambos han gastado más de $20 millones en la campaña de Schimel. Además, Musk ha donado $3 millones al Partido Republicano de Wisconsin, fondos que pueden redistribuirse a la campaña judicial.

El total gastado en esta carrera ha alcanzado la cifra récord de $81 millones de dólares, superando los $51 millones de una elección similar en 2023. Se estima que el gasto pueda alcanzar los $100 millones para influir en alrededor de 4 millones de votantes elegibles, de los cuales solo entre el 25% y el 30% participará debido a la naturaleza de bajo perfil de las elecciones de primavera.

El trasfondo empresarial

La implicación de Musk no es puramente ideológica. Justo antes de su incursión política en la elección de Wisconsin, Tesla presentó una demanda contra el estado buscando abrir concesionarios. No se descarta que el caso llegue eventualmente a la Corte Suprema estatal, misma que él intenta influir a través del apoyo a Schimel.

Además, la corte tiene pendientes decisiones clave sobre derechos reproductivos, redistribución de distritos y reglamentaciones electorales, cuestiones que pueden moldear las elecciones de medio término de 2026 y las presidenciales de 2028.

¿Filantropía o manipulación electoral?

El presidente del Partido Demócrata de Wisconsin, Ben Wikler, no deja lugar a duda:

“Elon Musk cometió un delito en el momento en que ofreció cheques millonarios ‘en agradecimiento’ por votar, y borrar la evidencia de ese crimen no cambia nada”.

La ley estatal de Wisconsin es clara: es un delito grave ofrecer, dar o prometer cualquier cosa de valor a cambio de inducir a una persona a votar o no. El caso podría terminar en las mismas manos que están en juego: la Corte Suprema de Wisconsin.

¿Una justicia secuestrada por los millones?

Más allá de cuestiones legales, la llegada de Musk al ruedo judicial de Wisconsin abre interrogantes éticos sobre el papel del dinero en los procesos democráticos. En un estado donde las votaciones pueden decidir políticas nacionales, la intervención de una sola persona, por poderosa que sea, genera un desequilibrio alarmante en la balanza de la justicia.

La historia de esta elección quizás apenas comience. Decida lo que decida la ley, el debate sobre la participación de multimillonarios en elecciones locales no terminará pronto, especialmente cuando la democracia pende de los hilos del dinero y el espectáculo.

Fuentes: Brennan Center for Justice, State Democracy Research Initiative, Transactional Records Access Clearinghouse.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press