La batalla por la justicia en Israel: Netanyahu y la controversia de la reforma judicial

La reciente reforma judicial promovida por Netanyahu desata un nuevo enfrentamiento político en Israel en medio de la crisis en Gaza.

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Un cambio radical en el sistema judicial israelí

La Knéset, el parlamento de Israel, aprobó recientemente una reforma clave impulsada por el primer ministro Benjamín Netanyahu, la cual otorga al gobierno un mayor control en la selección de jueces. Esta reforma, que ha sido calificada como un intento de consolidar el poder por el gobierno de derecha, ha provocado fuertes reacciones dentro y fuera del país. Las protestas masivas que comenzaron en 2023 contra esta misma medida resurgieron, exacerbadas por la crisis en Gaza y las crecientes tensiones políticas internas.

¿En qué consiste la reforma judicial?

El proyecto de ley aprobado otorga al gobierno dos de los nueve escaños en el Comité de Selección Judicial, previamente ocupados por la Asociación de Abogados de Israel. Además, los nuevos miembros elegidos políticamente tendrán la capacidad de vetar nominaciones, lo que los opositores consideran un peligroso debilitamiento de la independencia judicial.

Netanyahu, quien enfrenta juicios por corrupción, ha descrito este cambio como una “necesaria democratización del sistema judicial”, sugiriendo que une la voluntad popular con la estructura de la corte. No obstante, para los críticos, este cambio es un intento claro de eliminar los frenos y contrapesos en el gobierno israelí.

Una oposición determinada a revertir la medida

La aprobación de la ley, con una votación de 67 a 1, marca un hito en la disputa política israelí. Sin embargo, la oposición ha prometido su inmediata derogación en caso de llegar de nuevo al poder. Argumentan que la ley busca subyugar a los jueces al poder ejecutivo, eliminando su independencia y volviéndolos vulnerables a la presión política.

Eliad Shraga, líder del Movimiento por la Calidad del Gobierno, expresó con dureza: “El gobierno está utilizando la guerra como cortina de humo para imponer su agenda política”. De hecho, el Tribunal Supremo ya ha recibido múltiples peticiones en contra de la ley, advirtiendo que esta reforma altera la “estructura básica” de la democracia parlamentaria en Israel.

Impacto en la democracia israelí

Para los expertos constitucionalistas, el nuevo sistema de selección de jueces puede poner en peligro la imparcialidad y profesionalismo del poder judicial. Amichai Cohen, profesor de derecho constitucional en el Instituto de Democracia de Israel, explicó que la reforma podría utilizarse para nombrar jueces alineados ideológicamente con el partido gobernante, afectando seriamente la autonomía judicial.

“Esto tiene el potencial de socavar completamente la independencia judicial en Israel”, advirtió Cohen. Además, recordó que, en contraposición con sistemas democráticos como el de EE.UU., donde el Congreso sirve de contrapeso al presidente, en Israel la Knéset y el ejecutivo trabajan en estrecha cooperación, lo que convierte al sistema judicial en el último bastión de control gubernamental.

El contexto de la reforma: crisis de gobierno y guerra en Gaza

La reforma judicial había sido suspendida tras el inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023, cuando Israel enfrentó una serie de ataques de Hamás que desataron una respuesta militar prolongada. Sin embargo, la ofensiva contra Gaza, lejos de debilitar al gobierno de Netanyahu, parece haber consolidado su coalición de extrema derecha, la cual ahora le permite avanzar en sus propuestas más polémicas.

El reciente éxito en la aprobación del presupuesto gubernamental también ha fortalecido su posición, haciéndolo menos vulnerable a la disolución del gobierno. Con elecciones previstas para octubre de 2026, Netanyahu parece decidido a aprovechar la coyuntura de guerra para asegurar su legado y posiblemente su supervivencia política.

¿Qué sigue para Israel?

Las manifestaciones en contra de la reforma no muestran signos de disminuir. Organizaciones civiles, jueces y exfuncionarios han instado repetidamente al Tribunal Supremo a tomar medidas para invalidar la ley. No obstante, con una nueva estructura en la selección judicial, existe el riesgo de que futuras decisiones del Tribunal pierdan legitimidad a ojos de la sociedad.

Israel está en una encrucijada política histórica: ¿se consolidará la visión de Netanyahu de un gobierno con un poder judicial más controlado o la oposición logrará frenar el avance de lo que consideran una deriva autoritaria? Lo que es seguro es que el sistema democrático de Israel enfrenta una de sus pruebas más difíciles en la historia reciente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press