El auge y los desafíos de Stop AAPI Hate: la lucha contra la xenofobia en EE.UU.
Cómo el movimiento surgió tras la pandemia y por qué sigue siendo crucial en un clima político cada vez más hostil
Un despertar forzado por la pandemia
Para Anna Wong, la pandemia de COVID-19 no solo trajo el miedo al contagio, sino también la realidad de la discriminación racial. Antes de 2020, nunca había experimentado ataques racistas directos en Los Ángeles. Sin embargo, en un período de seis meses, sufrió dos incidentes de odio, un reflejo de una ola creciente de xenofobia contra los asiáticos en Estados Unidos.
Como ella, miles de asiáticos estadounidenses y nativos de las islas del Pacífico comenzaron a experimentar un dramático aumento de agresiones verbales y físicas. Según Stop AAPI Hate, una organización surgida en ese contexto, los reportes de incidentes de odio aumentaron un 35% entre marzo de 2020 y diciembre de 2021. Este incremento revelaba no solo el impacto del racismo pandémico, sino también una problemática latente que había estado creciendo durante años.
El impacto de Stop AAPI Hate
Stop AAPI Hate fue fundada en 2020 por Manjusha Kulkarni, Cynthia Choi y Russell Jeung con el propósito de documentar y denunciar ataques sufridos por la comunidad asiática. No solo recopilaron datos sobre crímenes motivados por el odio, sino también sobre incidentes que no calificaban como delitos, permitiendo visualizar la magnitud real del problema.
Gracias a sus esfuerzos, en 2021 el Congreso de EE.UU. aprobó la Ley de Crímenes de Odio por el COVID-19. Además, el trabajo de la organización llevó a la adopción de tres nuevas leyes en California dirigidas a mejorar la seguridad en espacios públicos y el transporte.
Aunque el número de incidentes denunciados ha disminuido desde el pico de 2020 y 2021, sigue siendo alarmantemente alto. En 2023, Stop AAPI Hate documentó más de 700 casos, y la cifra total de reportes desde su fundación supera los 12,000.
Un nuevo desafío: la discriminación institucionalizada
Cinco años después del punto álgido de la crisis, el movimiento enfrenta nuevas amenazas. Aunque la pandemia ha quedado atrás, las actitudes antiinmigrantes y las restricciones a políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) han generado un ambiente peligroso para las comunidades minoritarias.
Bajo la administración del expresidente Donald Trump, la retórica racialmente cargada alimentó ataques y discriminación. Con el regreso del discurso antiinmigrante a la política estadounidense, se perciben nuevas amenazas a los derechos de los asiáticos estadounidenses y otras minorías. Un ejemplo de la omisión sistemática fue la eliminación accidental de páginas web del Pentágono que rendían homenaje a soldados japoneses-estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial.
El activismo joven y la resistencia de la comunidad
A raíz del aumento del odio, las comunidades asiático-estadounidenses han tomado medidas. Según un informe de Stop AAPI Hate, casi el 75% de los adultos de estas comunidades han participado en actividades contra el racismo en los últimos años.
Un ejemplo es William Diep, quien a los 16 años lanzó la campaña “Virus: Racismo” después de escuchar sobre las agresiones en Nueva York. Ahora, como estudiante en la Universidad de Columbia, Diep sigue cuestionando el nivel de protección gubernamental para la comunidad asiático-estadounidense.
“Me preocupa que no haya infraestructura para proteger nuestros derechos y nuestro patrimonio”, expresó en una entrevista recogida por Stop AAPI Hate.
El futuro de la lucha contra la xenofobia
A pesar de los avances logrados, los activistas temen que nuevos cambios legislativos, como restricciones a la educación multicultural y recortes en políticas de diversidad, puedan incrementar el sesgo contra la comunidad asiática en Estados Unidos.
Para Kulkarni, la clave radica en la educación y la visibilización de los problemas. Stop AAPI Hate ahora amplía su enfoque hacia la ciudadanía por nacimiento, los derechos de los inmigrantes y la representación de las minorías en los programas educativos.
“Hemos crecido como comunidad y estamos mejor equipados para afrontar los desafíos del presente”, afirmó Kulkarni. “No vamos a retroceder”.