Crisis en el combate de incendios en EE.UU.: presupuesto, despidos y tensiones internacionales
Recortes históricos en el financiamiento de la lucha contra incendios forestales hacen tambalear la preparación para una temporada donde el cambio climático no da tregua
Por años, la lucha contra incendios forestales en Estados Unidos ha sido reconocida como una prioridad nacional. Sin embargo, durante 2024 y 2025, estados como Washington, Oregon y California están viendo amenazadas sus capacidades operativas por una combinación crítica de factores: recortes presupuestarios estatales, despidos a nivel federal, tensiones diplomáticas e incluso consecuencias del cambio climático. El panorama para la presente temporada de incendios no podría ser más alarmante.
Washington recorta: Una política que enciende las alarmas
El estado de Washington, tras enfrentar un déficit presupuestario de 12 mil millones de dólares, ha propuesto reducir los fondos destinados a la prevención y combate de incendios forestales en un rango del 33% al 66%, según indicó Dave Upthegrove, Comisionado del Departamento de Recursos Naturales del estado.
“Estos recortes masivos en prevención y respuesta ante incendios aumentan la amenaza a la seguridad pública —poniendo vidas y hogares en mayor riesgo”, afirmó Upthegrove en una declaración preocupante. Para dimensionar la situación, vale destacar que en 2021 Washington aprobó una legislación que destinaba 125 millones cada bienio para combatir incendios, restaurar bosques y proteger comunidades. Ese monto permitió, por ejemplo, que el 95% de los incendios fuesen contenidos a menos de 10 acres.
La propuesta presupuestaria de los Demócratas en la Cámara de Representantes contempla apenas 40 millones de ese total, mientras que la del Senado sube a 85 millones, aún lejos de los 125 millones recomendados por los expertos.
Despedidos los bomberos... ¿en plena temporada de incendios?
A nivel federal, la situación no mejora. El Departamento de Eficiencia Gubernamental, promovido por Elon Musk, ha estado impulsando recortes que resultaron en el despido masivo de trabajadores esenciales en agencias como el Servicio Forestal de EE.UU. y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Entre los despedidos figuran guardabosques entrenados especialmente para labores contra incendios forestales, aunque sus títulos no indiquen explícitamente "bombero".
Washington State Forester George Geissler, con décadas de experiencia en incendios forestales, advirtió: “Los funcionarios que realizaron estos despidos no comprenden el papel vital que estas personas desempeñan en la respuesta a incendios”. Algunos de ellos fueron recontratados por una orden judicial, solo para ser inmediatamente puestos en licencia administrativa.
Tensión con Canadá: un nuevo y preocupante factor
Como si no fuera suficiente con los conflictos internos, las crecientes tensiones con Canadá añaden una capa más de incertidumbre. Las políticas arancelarias impulsadas por Donald Trump y sus comentarios sobre convertir a Canadá en el "51º estado de EE.UU." han causado fricciones diplomáticas que afectan directamente la coordinación internacional en la lucha contra incendios.
Washington, limítrofe con la Columbia Británica, ha tenido por décadas una cooperación efectiva con sus vecinos canadienses. Pero ahora, con los cruces diplomáticos, esa colaboración futura está en duda. Como enfatiza Geissler: “En los incendios forestales, solemos decir que traemos orden al caos. Pero lo difícil ahora es que las cosas cambian tan rápidamente y con tantos giros dramáticos, que resulta difícil anticiparnos y planificar”.
Desigualdad entre estados: ¿Un futuro más seguro al sur?
Mientras Washington reduce presupuesto, Oregon y California están tomando el camino contrario. Oregon destinó 218 millones en una sesión legislativa especial para cubrir costos extremos de su temporada más costosa hasta la fecha. Por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, propuso invertir 325 millones de dólares en tareas de mitigación de incendios para el próximo año.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, solicitó al estado financiación de emergencia por casi 2 mil millones de dólares, incluyendo 56 millones para supresión de incendios y mejoras en seguridad. Este contraste inter-estatal pone de relieve una preocupante descoordinación nacional que podría ocasionar impactos y pérdidas aún mayores.
¿Y si no actuamos? El fuego no espera
La temporada de incendios en el oeste estadounidense comienza tan temprano como abril y puede durar hasta noviembre. El cambio climático ha generado condiciones más cálidas y secas, lo que ha intensificado los incendios año tras año.
Incluso estados como Carolina del Norte, Nueva Jersey, Florida y Texas están registrando incendios forestales inusuales en estas fechas. Expertos concuerdan en que la prevención e intervención rápida es la mejor manera de evitar catástrofes mayores.
En palabras del senador estatal Larry Springer, autor del proyecto de ley de 2021: “Dado que no tenemos suficiente dinero para hacer todo ahora, se trata de elegir qué es lo más importante a corto plazo”. Y Tom Dent, representante republicano del área de Moses Lake, añade: “Hay momentos en los que se debe gastar dinero para ahorrar dinero. Este es uno de esos momentos”.
Cifras que preocupan
- 125 millones USD: Presupuesto necesitados por Washington para mantener programas efectivos de mitigación y respuesta.
- 2 millones de acres: Terreno quemado en Oregon en 2023.
- 300,000 acres: Terreno quemado en Washington —una diferencia atribuida directamente a políticas efectivas, ahora en peligro.
- 218 millones USD: Inversión de emergencia aprobada por Oregon en diciembre de 2023.
- 325 millones USD: Plan de gasto propuesto por California para 2024 en prevención de incendios.
Un llamado urgente a la acción
En este contexto, el llamado a las autoridades estatales y federales es claro: la prevención salva vidas. El fuego no respeta calendarios ni debates presupuestales. Si se deja a los estados más afectados sin recursos, el Estado en su conjunto deberá responder después los costos en vidas, hogares y millones de dólares que podrían haberse evitado.
Todo parece indicar que, sin una visión nacional coherente y apoyo constante, EE.UU. se enfrenta a una tormenta perfecta que alimenta la voracidad del fuego: cambio climático, debilitamiento institucional y conflictos políticos. El humo ya se ve en el horizonte.