Ucrania, Rusia y EE.UU.: ¿Es viable el nuevo alto el fuego?

Las recientes negociaciones lideradas por Estados Unidos buscan detener ataques en infraestructura energética y facilitar el comercio marítimo en el Mar Negro, pero las desconfianzas persisten.

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Un alto el fuego parcial con muchas dudas

Después de tres días de intensas negociaciones, Ucrania, Rusia y la administración de Trump alcanzaron un acuerdo para un alto el fuego parcial. Sin embargo, lejos de ser un pacto consolidado, las diferencias sobre su implementación ya han surgido, dificultando su viabilidad.

Las conversaciones se centraron en la protección del comercio marítimo en el Mar Negro y la suspensión de ataques a la infraestructura energética. Estos temas, considerados cruciales para ambas partes, han sido objeto de negociación en múltiples ocasiones, aunque con resultados inconsistentes.

Disputas desde el primer día

Uno de los principales problemas del acuerdo ha sido la falta de concordancia en los detalles clave, como la fecha de inicio del cese de hostilidades. Mientras Rusia sostiene que la tregua comenzó el 18 de marzo, Ucrania acusó a Moscú de seguir atacando sus instalaciones y calificó la medida como una estrategia dudosa.

“Algo me dice que esto beneficia más al enemigo”, mencionó Yaroslav Zheleznyak, legislador ucraniano, en declaraciones a Interfax Ucrania. La desconfianza es mutua, con Rusia asegurando que Ucrania ha continuado con sus ataques pese al acuerdo.

El Mar Negro: punto de fricción

Uno de los temas más delicados en estas negociaciones ha sido el control y la seguridad de las rutas marítimas en el Mar Negro. Desde 2022, un pacto negociado por la ONU y Turquía permitió la exportación de grano ucraniano a través de este corredor, hasta que Rusia se retiró en 2023.

El nuevo acuerdo busca restablecer esta seguridad, pero con condiciones impuestas por el Kremlin. Moscú exige la eliminación de sanciones a su sistema financiero, incluyendo restaurar el acceso a la red SWIFT para el Banco Agrícola de Rusia.

¿Beneficiará realmente a Ucrania?

Si bien Rusia podría beneficiarse de la normalización del comercio, los funcionarios ucranianos dudan de que el acuerdo sea realmente positivo para su país. “No creo que esto aumente significativamente nuestra capacidad de exportación”, comentó Zheleznyak.

Ucrania ya había logrado establecer una ruta comercial propia para sus exportaciones de grano, navegando cerca de las costas de Bulgaria y Rumania, resguardada por la Marina ucraniana. Además, con el uso de drones marítimos, habían conseguido reducir la presencia naval rusa en la región.

El tema energético: un escollo más

Otro punto de fricción ha sido la suspensión de ataques a infraestructuras energéticas. Rusia ha publicado una lista de instalaciones que quedarían protegidas por el acuerdo, incluyendo plantas de energía, centrales nucleares y refinerías. Sin embargo, la fecha de inicio de esta tregua no es clara.

Moscú acusa a Kiev de seguir atacando centros energéticos en territorio ruso, una acusación que Ucrania ha rechazado. El conflicto no parece hallar un punto de conciliación en este aspecto, lo que podría derivar en la ruptura del acuerdo en cualquier momento.

Un camino incierto

Si bien el hecho de haber alcanzado un acuerdo es un avance en sí mismo, la falta de mecanismos claros para su cumplimiento y la desconfianza entre las partes lo convierten en una tregua sumamente frágil. Las próximas semanas serán determinantes para comprobar si esta medida es realmente efectiva o si se trata de otra tregua fallida en la historia del conflicto.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press