Prisiones en Texas: El infierno del calor extremo y la batalla por el aire acondicionado

Un juez federal considera inconstitucional el calor en las cárceles de Texas, pero el estado sigue sin tomar medidas inmediatas

Texas y su crisis de calor en las prisiones

Las prisiones de Texas han sido señaladas por mucho tiempo por sus condiciones inhumanas debido a las altas temperaturas. Con más de 130,000 personas encarceladas en el estado, la falta de aire acondicionado en la mayoría de las instalaciones es una preocupación constante. Solo un tercio de las aproximadamente 100 unidades carcelarias cuentan con sistemas de aire acondicionado completos, mientras que el resto solo dispone de mecanismos parciales o carece totalmente de refrigeración. Alcanzando temperaturas que superan los 100 grados Fahrenheit (38°C) durante el verano, Texas se ha convertido en un caldero para los internos. Un estudio de 2022 realizado por investigadores de las universidades de Brown, Boston y Harvard reveló que el 13% de las muertes en cárceles sin aire acondicionado entre 2001 y 2019 podrían atribuirse al calor extremo. Esto equivale a 271 fallecimientos que podrían haberse evitado con mejores condiciones de habitabilidad.

Una victoria parcial en los tribunales

En un fallo reciente, el juez federal Robert Pittman declaró que las condiciones de calor en las cárceles texanas son “claramente inconstitucionales”, alegando que podrían considerarse una forma de castigo cruel e inusual. No obstante, a pesar de la contundencia del fallo, no ordenó al estado comenzar de inmediato con la instalación de aire acondicionado en las prisiones. Pittman argumentó que implementar de inmediato una solución de esta escala costaría “cientos de millones, si no miles de millones, de dólares” y que el estado no podría cumplir con una orden judicial en el corto plazo. Aun así, el caso continuará en los tribunales y los defensores de los derechos de los reclusos seguirán presionando para mejorar las condiciones.

Testimonios impactantes desde el interior

Durante el proceso judicial, ex reclusos ofrecieron testimonios devastadores sobre la forma en que han debido lidiar con temperaturas extremas dentro de las prisiones texanas. Algunos dijeron que, en los meses más calurosos, la temperatura dentro de sus celdas superaba los 120 grados Fahrenheit (48.9°C). Entre las estrategias desesperadas que los presos han adoptado para sobrevivir se encuentran:
  • Lanzarse agua del inodoro en el cuerpo para bajar la temperatura.
  • Provocar incendios para obligar a los guardias a utilizar mangueras.
  • Fingir intentos de suicidio con la esperanza de ser trasladados a unidades médicas con aire acondicionado.
Bryan Collier, director del Departamento de Justicia Criminal de Texas, reconoció que el calor fue un factor en la muerte de al menos tres reclusos en 2023 y admitió que algunos prisioneros y empleados de las cárceles han sufrido problemas de salud relacionados con el calor. Sin embargo, el estado argumenta que ya se han implementado medidas de mitigación como ventiladores, toallas húmedas y acceso a áreas de descanso refrigeradas.

El factor del cambio climático

El problema del calor en las cárceles de Texas se agrava cada año debido a los efectos del cambio climático. Según estudios ambientales, el estado ha experimentado un aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor, lo que hace que las cárceles sin aire acondicionado se conviertan en verdaderas trampas mortales. A pesar de la creciente presión para encontrar soluciones, el estado de Texas se ha resistido a realizar modificaciones significativas en su infraestructura carcelaria, en gran parte debido al alto costo de la instalación masiva de sistemas de aire acondicionado.

Texas no es el único caso

La crisis del calor en las cárceles no es exclusiva de Texas. Otras demandas similares han sido presentadas en Luisiana, Nuevo México y Georgia. En este último estado, un caso estremecedor fue el de un preso que murió en julio de 2023 tras haber sido dejado en una celda al aire libre, sin agua, sombra ni hielo por varias horas. El problema de las altas temperaturas en las prisiones ha generado un debate a nivel nacional sobre los derechos humanos de los reclusos, con muchos argumentando que las condiciones carcelarias deberían cumplir al menos con estándares básicos de dignidad y salubridad.

¿Qué sigue ahora?

Mientras el proceso judicial avanza, los activistas y grupos de derechos humanos continúan presionando para forzar al estado a tomar medidas drásticas para reducir los efectos de las temperaturas extremas en los reclusos. Esto podría incluir desde la mejora de los sistemas de ventilación y refrigeración hasta la aprobación de presupuestos estatales para instalar aire acondicionado en todas las prisiones. Por ahora, la crisis del calor sigue afectando a miles de personas que cumplen pena en Texas, mientras el sistema judicial y las autoridades continúan debatiendo si garantizar su seguridad es o no una prioridad presupuestaria.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press