Sudán del Sur al borde de otra guerra civil: ¿fracaso del liderazgo o falta de voluntad política?
Tras años de frágil paz, el país más joven del mundo se enfrenta nuevamente a una crisis política que amenaza con sumirlo en otro conflicto armado.
Un país joven con una historia turbulenta
Cuando Sudán del Sur logró su independencia en 2011, tras décadas de conflicto con Sudán, el mundo celebró el nacimiento de la nación más joven del planeta con grandes esperanzas. Con vastos recursos petroleros, se pensaba que el país tenía el potencial de forjar una economía estable. Sin embargo, apenas dos años después, en diciembre de 2013, la nación se hundió en una brutal guerra civil, impulsada por divisiones étnicas y luchas de poder entre el presidente Salva Kiir y su entonces vicepresidente, Riek Machar.
El conflicto dejó más de 40,000 muertos y desplazó a millones de personas antes de que un acuerdo de paz fuera firmado en 2018, instaurando un gobierno de unidad nacional. Pero la historia se repite y, una vez más, Sudán del Sur enfrenta el riesgo real de un colapso en la frágil tregua.
Un proceso de paz en peligro
Las elecciones originalmente programadas para febrero de 2023 fueron pospuestas primero hasta diciembre de 2024 y ahora nuevamente hasta 2026. La reciente escalada de enfrentamientos en la región norte del país, entre tropas del gobierno y la milicia rebelde conocida como White Army, ha exacerbado aún más las tensiones.
Para complicar la situación, a principios de marzo un helicóptero de la ONU, encargado de evacuar tropas gubernamentales de la ciudad de Nasir, fue atacado y derribado, resultando en la muerte de un general sursudanés y varios tripulantes. En respuesta, las fuerzas gubernamentales cercaron la residencia de Machar en Juba y arrestaron a varios de sus aliados clave.
¿Falta de confianza entre Kiir y Machar?
El principal problema, según el enviado especial de la ONU para Sudán del Sur, Nicholas Haysom, está en la desconfianza entre Kiir y Machar. Ambos líderes históricamente han priorizado su rivalidad personal por encima del bienestar de la nación. Sin confianza mutua, cualquier intento de pacificación se ve truncado.
Las señales de una posible nueva guerra civil son alarmantes:
- El resurgimiento de enfrentamientos étnicos.
- El uso de fake news y discursos de odio como herramientas para avivar el conflicto.
- La reciente aparición de milicias reclutadas entre comunidades marginadas.
El papel de la comunidad internacional
La ONU, junto con la Unión Africana y otras organizaciones internacionales, ha intensificado su labor diplomática en la región para evitar un resurgimiento del conflicto. La recomendación principal es que los líderes regresen al marco del acuerdo de paz de 2018 y celebren elecciones de manera transparente.
Sin embargo, un gran desafío radica en que ni Kiir ni Machar muestran un compromiso genuino con el proceso de democratización. Mientras ambos continúen ejerciendo tácticas de presión militar y represión política, Sudán del Sur seguirá siendo una bomba de tiempo.
¿Qué sigue para Sudán del Sur?
Si no se toman medidas urgentes, Sudán del Sur corre el riesgo de sumirse en un conflicto peor que el de 2013. La sociedad civil, cansada de la violencia y la pobreza, pide a gritos estabilidad y un gobierno que priorice el bienestar de su población.
Para ello, es vital que:
- Se respete el cese al fuego pactado en 2018.
- Se liberen los funcionarios arrestados de la oposición.
- Se establezca un roadmap creíble para elecciones justas en 2026.
Si la comunidad internacional y los actores nacionales no logran encaminar nuevamente el proceso de paz, el futuro de Sudán del Sur podría ser el regreso a una guerra sin fin.