Protestas en Serbia contra el proyecto de Jared Kushner en un sitio bombardeado por la OTAN
Miles de manifestantes rechazan la conversión del cuartel bombardeado en un complejo de lujo financiado por la empresa del yerno de Donald Trump.
El cuartel convertido en símbolo de resistencia
En la ciudad de Belgrado, Serbia, miles de personas salieron a las calles para protestar contra un controversial proyecto de desarrollo inmobiliario financiado por la empresa de Jared Kushner, yerno del expresidente estadounidense Donald Trump. Los manifestantes exigen que el sitio, anteriormente un cuartel del ejército serbio destruido en los bombardeos de la OTAN en 1999, recupere su estatus patrimonial y no sea transformado en un complejo de lujo.
El edificio en cuestión se ha convertido en un símbolo del sufrimiento que vivió Serbia durante la campaña de bombardeos liderada por Estados Unidos y la OTAN hace 25 años, en respuesta a la represión de Belgrado contra la población albanesa en Kosovo. Para los manifestantes, su conversión en un hotel de alta gama y espacios comerciales es una afrenta a la memoria de los caídos.
La resistencia ciudadana contra el proyecto
Las protestas de esta semana forman parte de un creciente movimiento anticorrupción en Serbia, que surgió tras el colapso de un andamio en una estación de tren en noviembre de 2023, un accidente que cobró la vida de 16 personas y fue atribuido a negligencia y corrupción por parte del gobierno.
El presidente serbio, Aleksandar Vučić, y su administración han defendido el acuerdo multimillonario con Kushner como parte de los esfuerzos por modernizar la capital, pero la oposición política, asociaciones de arquitectos y grupos ingenieriles han criticado duramente el plan, argumentando que responde a intereses privados ajenos a la identidad y la historia del pueblo serbio.
Un contexto de tensiones geopolíticas y corrupción
El gobierno de Vučić, que ha estado en el poder por más de una década, ha sido acusado por sus opositores de apoyar a Trump, mientras mantiene relaciones cercanas con China y Rusia. Además, Serbia ha evitado alinearse con las sanciones occidentales contra Moscú a pesar de sus intentos de incorporarse a la Unión Europea, lo que genera aún más incertidumbre sobre el futuro político y económico de la nación.
Las protestas actuales no solo representan un rechazo al proyecto de Kushner, sino que también reflejan un sentimiento generalizado contra la corrupción gubernamental y la falta de voluntad de las autoridades para escuchar las preocupaciones de la población.
Memoria histórica vs. intereses comerciales
El sitio donde se planea construir el nuevo complejo de lujo ha sido interpretado por muchos serbios como un recuerdo de la lucha contra la OTAN. La propuesta de Kushner incluye la construcción de un hotel con la marca Trump, apartamentos de lujo, oficinas y tiendas, además de un monumento conmemorativo a las víctimas de los bombardeos de 1999. Sin embargo, para los manifestantes, este gesto parece insuficiente y es visto más como una estrategia de relaciones públicas que una verdadera iniciativa de preservación de la memoria histórica.
A medida que las protestas continúan, la administración de Vučić enfrenta crecientes presiones para revisar el acuerdo y responder a las demandas de los ciudadanos. Queda por verse si el proyecto sigue adelante o si la voz del pueblo logrará frenar una iniciativa que, para muchos, representa una grave falta de respeto hacia la memoria de su nación.