Nowruz: La vibrante celebración del Año Nuevo persa y kurdo
Una festividad milenaria que simboliza el renacimiento, la resistencia cultural y la esperanza para el futuro
Un festejo milenario con raíces profundas
Cada año, alrededor del 20 o 21 de marzo, millones de personas en Irán, Kurdistán, Azerbaiyán, Afganistán y otras regiones de Asia Central celebran Nowruz, el Año Nuevo persa y kurdo. Esta festividad, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010, marca el Equinoccio de Primavera y simboliza un nuevo comienzo, tanto espiritual como natural.
Los orígenes ancestrales de Nowruz
Nowruz tiene sus raíces en la religión zoroástrica, una de las creencias más antiguas del mundo que floreció en Persia antes de la llegada del Islam. Según la mitología persa, el rey Jamshid estableció esta festividad tras vencer la oscuridad y el frío del invierno, llenando la Tierra de luz y prosperidad.
Desde entonces, Nowruz se convirtió en una tradición que ha sobrevivido a imperios, conquistas y opresiones, manteniendo su esencia como una celebración de la unidad y la resiliencia cultural de los pueblos que la celebran.
El ritual del fuego y la purificación
Uno de los rituales previos a Nowruz es Chaharshanbe Suri, el “miércoles rojo”, una fiesta del fuego que tiene lugar el último martes antes del Año Nuevo. Durante esta celebración, la gente salta sobre hogueras mientras recita una antigua oración: Zardi-ye man az to, sorkhi-ye to az man (Mi palidez para ti, tu color rojo para mí). Esta práctica simboliza la purificación y la renovación de la energía para el nuevo ciclo.
El Haft-Seen: Siete símbolos de prosperidad
Una de las tradiciones más significativas es la preparación de la mesa de Haft-Seen, que consiste en siete objetos que comienzan con la letra “S” en persa y que representan diferentes aspectos de la vida, como la salud, la prosperidad y el amor:
- Sabzeh (brotes verdes): Símbolo de renacimiento y crecimiento.
- Samanu (pasta dulce de trigo): Representa el poder y la fortaleza.
- Senjed (fruto seco del olivo ruso): Asociado al amor y la pasión.
- Seer (ajo): Símbolo de salud y protección.
- Seeb (manzana): Representa la belleza y el buen estado de salud.
- Serkeh (vinagre): Simboliza la paciencia y la sabiduría.
- Sumac (especia roja): Representa el sol naciente y la victoria del bien sobre el mal.
Además, es habitual añadir un espejo, huevos pintados, monedas y un pez dorado, todos con significados relacionados con la prosperidad y la fortuna.
Nowruz en el Kurdistán: Un acto de identidad y resistencia
Para el pueblo kurdo, Nowruz tiene un significado especial. La celebración está ligada a la historia del legendario herrero Kawa, quien lideró una revuelta contra el tiránico rey Zuhak, liberando al pueblo kurdo. En la actualidad, los kurdos en Turquía, Irak, Irán y Siria celebran encendiendo antorchas en lo alto de las montañas, un acto que no solo es festivo sino también una expresión de resistencia e identidad cultural.
Las dificultades para celebrar Nowruz en algunas regiones
A pesar de ser una festividad ampliamente reconocida, en ciertos países las celebraciones de Nowruz han estado sujetas a restricciones políticas y religiosas. En Turquía, por ejemplo, el gobierno ha prohibido en distintas ocasiones las grandes reuniones de kurdos para celebrar Nowruz, argumentando preocupaciones sobre la seguridad. Sin embargo, los kurdos continúan marcando la fecha con manifestaciones de alegría y unidad.
Nowruz en la diáspora y el reconocimiento global
Debido a la migración, Nowruz se celebra ahora en numerosas ciudades del mundo, incluyendo Nueva York, Londres y Berlín. En 2010, la ONU proclamó el 21 de marzo como el “Día Internacional de Nowruz”, reconociéndolo como una festividad que promueve la paz y la solidaridad entre diferentes culturas.
Personas de todas las edades y orígenes participan en esta festividad, viendo en ella una oportunidad para reflexionar sobre el pasado y enfrentar el futuro con esperanza.
Un mensaje de renovación para el mundo
Nowruz no solo es una celebración del calendario, sino una metáfora de la renovación y la resistencia. Para quienes lo celebran, ya sea en Medio Oriente, Asia Central o la diáspora, es un momento de unión, memoria histórica y fe en un nuevo comienzo.
En un mundo donde las tensiones y los desafíos parecen aumentar, Nowruz recuerda la importancia de la luz y la renovación. Como dice un antiguo proverbio persa: “Después de cada invierno, llega la primavera”.