NGAD F-47: El nuevo caza furtivo de EE.UU. que busca dominar los cielos
El Pentágono apuesta por una nueva generación de aviones de combate en medio de crecientes tensiones con China
El presidente Donald Trump anunció que Boeing será la empresa responsable de construir el nuevo caza furtivo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, conocido como Next Generation Air Dominance (NGAD). Con un contrato inicial de $20 mil millones, este avión, que llevará el nombre de F-47, pretende superar a los actuales F-35 y F-22 en capacidades de sigilo y penetración defensiva.
¿Qué hace especial al NGAD F-47?
El programa NGAD busca crear un caza que sirva como el "mariscal de campo" de una flota de drones de combate, capaz de liderar misiones y coordinar ataques sin arriesgar a los pilotos en zonas de alto peligro. Este avión promete una autonomía significativamente mayor que los F-35, lo que le permitirá operar en conflictos de largo alcance sin necesidad de reabastecimiento frecuente.
Implicaciones estratégicas en la competencia con China
La decisión de seguir adelante con la producción del NGAD refuerza la estrategia del Pentágono de disuadir y contrarrestar el creciente poderío militar de China. La mejora en la capacidad furtiva y de combate en espacio aéreo restringido es clave para operar en el Indo-Pacífico, donde Pekín ha reforzado su presencia militar en el Mar de China Meridional.
Dudas y críticas en torno al alto costo
Los críticos han señalado que el presupuesto estimado de este programa, que podría alcanzar cientos de miles de millones de dólares a lo largo de su vida útil, resulta exorbitante, especialmente cuando el F-35 aún enfrenta problemas de producción y costos crecientes. “¿Es realmente necesario otro caza tripulado cuando la guerra moderna apunta más a drones y misiles hipersónicos?”, cuestionó Dan Grazier, experto en adquisiciones militares del Stimson Center.
¿Cómo será el F-47?
Aunque aún hay pocos detalles públicos sobre el diseño final del F-47, los primeros modelos de prueba ya han estado volando durante los últimos cinco años. Representaciones de Lockheed Martin y Boeing sugieren una aeronave con diseño discreto, sin cola y con una nariz perfilada para maximizar la evasión de radares.
¿Qué sigue para el futuro de la aviación militar?
El F-47 es solo una parte de un enfoque más amplio para modernizar la flota aérea de EE.UU., que también incluye el bombardero furtivo B-21 Raider y el desarrollo de drones autónomos que acompañarán a los cazas en misiones de combate. La próxima década será crucial para ver si esta estrategia logra mantener la superioridad aérea estadounidense en un mundo donde la guerra electrónica y la inteligencia artificial juegan un papel cada vez más grande.
Mientras tanto, el debate persiste: ¿es prudente seguir gastando miles de millones en aviones tripulados cuando el campo de batalla evolucionará hacia una mayor presencia de drones? Solo el tiempo lo dirá.