Norm Clarke: El reportero que convirtió Las Vegas en su escenario
Desde cubrir a los Rojos de Cincinnati en los 70 hasta ser la voz de la farándula en 'Sin City', la vida de un periodista irrepetible.
Norm Clarke, una de las figuras más icónicas del periodismo en Las Vegas y el deporte estadounidense, falleció a los 82 años tras una larga batalla contra el cáncer de próstata. Su legado es tan diverso como las historias que escribió, dejando una huella imborrable tanto en el periodismo deportivo como en el mundo del entretenimiento.
Del béisbol a la farándula: La evolución de un maestro del periodismo
Nacido en Terry, Montana, Clarke inició su carrera en el periodismo deportivo cubriendo a los Rojos de Cincinnati durante la década de 1970 para la agencia de noticias AP. Fue testigo del auge de la legendaria Big Red Machine, liderada por Pete Rose, Johnny Bench, Joe Morgan y Tony Pérez, equipo que se coronó campeón de la Serie Mundial en 1975 y 1976.
Sin embargo, su carrera dio un giro cuando en 1999 comenzó a escribir la columna Vegas Confidential para el Las Vegas Review-Journal. Su estilo directo y sus primicias sobre celebridades lo convirtieron en una voz esencial en la capital mundial del entretenimiento.
El sheriff del chisme: la realeza de Las Vegas
Con su característico parche en el ojo —una cicatriz de la infancia— y su estilo audaz, Clarke se ganó el respeto y la atención de sus lectores. Su columna se convirtió en una referencia, revelando momentos emblemáticos de la farándula como el fugaz matrimonio de Britney Spears en 2004 o la sorprendente vuelta de Michael Jackson a Las Vegas en 2006.
En 2010, la revista Forbes lo describió como “el sheriff de la prensa del espectáculo en el Salvaje Oeste”. Figuras como Donald Trump y Hugh Hefner respaldaron su libro “Sinsational Celebrity Tales”, lo que subraya la magnitud de su impacto.
El choque con Pete Rose y los riesgos del periodismo
Pese a su amplio reconocimiento, Clarke también protagonizó polémicas. Una de las más recordadas fue con Pete Rose: después de que el reportero lo incluyera en una lista de los peores tippers de Las Vegas, el exbeisbolista le dio una bofetada. Años después, sin embargo, ambos hicieron las paces.
Además de las luces y los escándalos de Las Vegas, Clarke no dejó de ser un reportero de raza. Su aguda cobertura de sucesos como el incendio del Beverly Hills Supper Club en 1977 y el desastre del MGM Grand en 1980 demostraron su valentía y capacidad de reacción en eventos críticos.
Un adiós con legado
En su última entrevista con el Review-Journal antes de su muerte, Clarke dejó claro su deseo: “Ser recordado como un reportero, no como un columnista de chismes”. Su trayectoria, desde las canchas de béisbol hasta los escándalos de Las Vegas, es prueba de su versatilidad y talento.
Su libro póstumo, “Power of the Patch”, ha sido distribuido gratuitamente en escuelas y bibliotecas de los lugares donde trabajó, en un esfuerzo por inspirar a futuras generaciones.
Así se despide Las Vegas de su gran cronista, un hombre que hizo de la ciudad de los excesos su escenario definitivo.