El oscuro legado de los abusos en los centros de detención juvenil en Maryland
Miles de víctimas buscan justicia tras años de abuso sistemático en el sistema penitenciario para menores
En Maryland, una ola de demandas ha sacado a la luz décadas de abusos dentro del sistema de detención juvenil del estado. Miles de personas, que fueron víctimas de agresiones sexuales mientras estaban bajo custodia, están exigiendo justicia y reformas estructurales.
Un sistema que fracasó a los más vulnerables
Arlando “Tray” Jones es uno de los miles de supervivientes que han decidido alzar la voz. Nacido en circunstancias difíciles y con una infancia marcada por la pobreza, Jones terminó en un centro de detención juvenil en la década de 1980. Allí, según sus propias palabras, su humanidad le fue arrebatada.
"Me rompieron por completo", recuerda Jones, quien sufrió múltiples agresiones sexuales mientras estaba recluido en el Maryland Training School for Boys. Su caso no es único; los demandantes alegan que el abuso era sistémico y que los guardias y supervisores de los centros eran cómplices o perpetradores de estos crímenes.
El impacto de la Ley de Víctimas Infantiles
En 2023, Maryland aprobó la Ley de Víctimas Infantiles, eliminando el plazo de prescripción para los casos de abusos sexuales contra menores. La legislación fue inspirada por los escándalos de abuso dentro de la Iglesia Católica, pero ha tenido repercusiones inesperadas.
Desde su implementación, más de 6,000 personas han presentado demandas contra el estado por los abusos sufridos en los centros de detención juvenil. La respuesta del gobierno ha sido mixta: si bien han fortalecido la supervisión y cerrado algunos centros, también han buscado limitar las implicaciones financieras de estas demandas.
Un problema nacional
El caso de Maryland no es aislado. Estudios han demostrado que los menores de color son los más afectados por el sistema de justicia juvenil en Estados Unidos. Según un informe de The Sentencing Project de 2024, los jóvenes negros tienen cinco veces más probabilidades de ser encarcelados que sus compañeros blancos.
Los abusos en los correccionales juveniles han sido denunciados en múltiples estados, lo que sugiere que el problema es de alcance nacional. "Esto no se trata solo de Maryland, sino de una falla sistémica en todo el país", afirmó Corey Stern, abogado de muchas de las víctimas.
El costo de la impunidad
El abuso dentro de los centros juveniles ha tenido efectos devastadores en la vida de sus víctimas. Nalisha Gibbs, otra de las demandantes, relató cómo su vida fue destrozada después de ser abusada en detención por una guardia penitenciaria. Desde lucha contra la drogadicción hasta años de inestabilidad emocional, la historia de Gibbs es un reflejo del daño irreparable causado por un sistema que debía protegerla.
"Me sentí como basura, como si no valiera nada", expresó Gibbs entre lágrimas. "Pero ahora puedo pelear por mí misma".
Hacia la rendición de cuentas
Maryland enfrenta un dilema importante: mientras que las demandas buscan otorgar justicia a las víctimas, también representan una amenaza presupuestaria para el estado. Pero la pregunta clave sigue en pie: ¿cómo es posible que este nivel de abuso se haya mantenido durante décadas sin intervención del gobierno?
Para Jones, la lucha va más allá de una compensación económica. Su objetivo es garantizar que las generaciones futuras no sufran lo que él y tantos otros padecieron. Ahora trabaja en una iniciativa universitaria para educar sobre el sistema penitenciario y la necesidad de reformas.
Su historia es un recordatorio sombrío de los estragos causados por la negligencia estatal y la impunidad.