El papel crucial de Taiwán en la revolución de los semiconductores en EE.UU.

La inversión de TSMC en Arizona redefine el futuro de los chips en el país norteamericano y aleja la dependencia de China.

La mega inversión de TSMC en Arizona

En un contexto global donde la producción de semiconductores se ha convertido en un elemento estratégico clave, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) ha puesto en marcha una ambiciosa inversión en Arizona. Con un compromiso de 100 mil millones de dólares para la construcción de tres fundiciones de chips, un centro de I+D y dos instalaciones de embalaje, TSMC busca reforzar una cadena de suministro que excluya a China.

Este plan no es nuevo. Con una inversión previa de 65 mil millones de dólares en otras tres fábricas en el mismo estado, la compañía taiwanesa subraya su intención de consolidar a Arizona como un nuevo epicentro de la producción de chips en Estados Unidos.

¿Presión política o necesidad del mercado?

Si bien algunos sectores especulan que la administración de Donald Trump presionó para que Taiwán trajera su producción al territorio estadounidense, tanto el presidente Lai Ching-te como TSMC han aclarado que la decisión responde a la demanda de los clientes y no a mandatos políticos. Sin embargo, la postura de Trump, que en el pasado acusó a Taiwán de haber “robado” la industria de semiconductores de EE.UU., sigue en el aire.

Impacto en el empleo y la economía

Más allá de la estrategia geopolítica, la inversión de TSMC representa un impacto significativo en el empleo estadounidense. Se espera que el proyecto genere 40,000 trabajos en la construcción en los próximos cuatro años, además de miles de empleos en el sector tecnológico y manufacturero.

La gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, ha celebrado la llegada de esta inversión, afirmando que refuerza la posición del estado como un hub clave para la manufactura avanzada y la tecnología de vanguardia:

“Estoy emocionada por la creciente importancia de Arizona en la manufactura avanzada, creando cientos de miles de empleos bien pagados y atrayendo miles de millones en inversiones.”

Taiwán y EE.UU.: una alianza clave

Aunque Estados Unidos no reconoce a Taiwán como nación independiente, la relación entre ambos es cada vez más estrecha. Además de ser su mayor proveedor de armamento, EE.UU. se interesa en garantizar la estabilidad de Taiwán y proteger su industria crítica ante posibles amenazas de China.

En la actualidad, Taiwán produce más del 90% de los chips avanzados del mundo. Este dominio en la industria hace que cualquier interrupción en su producción tenga consecuencias globales.

¿Puede EE.UU. independizarse de la industria taiwanesa?

Aunque la inversión de TSMC en Arizona es un paso clave, la independencia completa de la producción taiwanesa sigue siendo lejana. La compañía taiwanesa ya ha afirmado que su trabajo en EE.UU. no afectará sus operaciones en la isla, donde actualmente 10,000 empleados se dedican a desarrollar chips de 1.0 nanómetros, tecnología aún inalcanzable para cualquier otra nación.

Conclusión: el futuro de la guerra tecnológica

Estados Unidos busca reconstruir su industria de semiconductores para reducir su dependencia de Asia, pero el camino no será fácil. Taiwán sigue siendo el líder indiscutible del sector, y aunque las inversiones en Arizona fortalecen la industria estadounidense, la isla sigue siendo pieza clave en este tablero de ajedrez tecnológico.

Con un mercado globalizado y un contexto de tensiones crecientes entre China y EE.UU., el futuro de los semiconductores será determinante para la próxima década.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press