La impactante historia del caso Whitefeather-Lantz: Abuso, tráfico infantil y una sentencia ejemplar
Jeanne Whitefeather y Donald Lantz enfrentan hasta 215 y 160 años de prisión respectivamente por forzar a trabajar, encerrar y maltratar a sus hijos adoptivos
Un caso de abuso y trata infantil que estremeció a EE.UU.
El juicio contra Jeanne Kay Whitefeather y Donald Lantz dejó a más de uno en estado de conmoción. Lo que parecía ser una familia normal con cinco hijos adoptivos en West Virginia se convirtió en un caso de abuso espeluznante que terminó con un veredicto de culpabilidad en múltiples cargos, incluyendo trabajo forzado, tráfico humano y abuso infantil.
De Minnesota a una pesadilla en la granja
Whitefeather y Lantz, quienes son blancos, adoptaron a cinco hermanos afroamericanos en Minnesota. Luego, los trasladaron a una granja en Washington en 2018 y finalmente los llevaron a Sissonville, West Virginia, en mayo de 2023. Allí, sus vecinos comenzaron a notar señales alarmantes de que algo no estaba bien.
En octubre de 2023, la policía intervino tras notar que dos de los adolescentes fueron encerrados en un cobertizo. Un equipo de rescate tuvo que utilizar una palanca para liberarlos, encontrando a los menores en condiciones deplorables.
El tratamiento inhumano y la discriminación racial
Los testimonios durante el juicio revelaron el cruel trato que recibieron los niños. Fueron obligados a realizar trabajos pesados sin supervisión, dormir en el suelo y compartir un balde como baño. La comida era escasa y poco variada; su dieta consistía en sándwiches de mantequilla de maní, incluso aquellos que habían sobrado de comidas anteriores.
Una de las víctimas, ahora mayor de edad, relató que Whitefeather los maltrataba verbalmente, utilizaba insultos racistas y dejaba en claro que se arrepentía de haberlos adoptado. Según su testimonio, la única menor que recibió un trato preferencial fue la más joven, lo que generó más división y sufrimiento en la familia.
La defensa de los acusados y el veredicto final
Durante el juicio, la defensa argumentó que la pareja enfrentaba grandes dificultades debido a los problemas de salud mental que supuestamente los niños ya traían de su hogar biológico. Según ellos, los trabajos asignados eran parte de enseñar responsabilidad a los menores y nunca buscaron hacerles daño.
No obstante, un psicólogo forense testificó que estas prácticas solo exacerbaban los problemas psicológicos de los niños. Además, quedó en evidencia que los acusados jamás procuraron ayuda profesional para el mayor de los hermanos, quien ahora se encuentra en una clínica psiquiátrica.
Finalmente, el jurado declaró culpable a Whitefeather en múltiples cargos, incluyendo violaciones a los derechos civiles por raza. Ella enfrenta hasta 215 años de cárcel, mientras que Lantz podría recibir hasta 160 años de prisión. La sentencia se determinará en los próximos días en la Corte del Condado de Kanawha.
Un llamado de atención para el sistema de bienestar infantil
Más allá del caso en sí, este suceso ha generado un fuerte debate sobre la supervisión de las agencias de bienestar infantil en Estados Unidos. La defensa de Lantz argumentó que las autoridades fallaron en proveer asistencia cuando la pareja solicitó ayuda para manejar la situación.
Este caso evidencia la necesidad de una mejor regulación en los procesos de adopción y seguimiento de menores en hogares de acogida. Las lagunas en el sistema permitieron que estos niños sufrieran años de abusos antes de que alguien interviniera.
Justicia para las víctimas
La hija mayor ha presentado una demanda contra Whitefeather y Lantz por los daños físicos y emocionales sufridos. A pesar de haber pasado por un infierno, ella y sus hermanos están recibiendo atención médica y psicológica para intentar reconstruir sus vidas.
Casos como este nos recuerdan que la maldad puede ocultarse tras la apariencia de una familia normal. Sin embargo, también demuestran que el sistema judicial, aunque imperfecto, aún puede brindar justicia a quienes más lo necesitan.