Tormentas, tornados y caos climático: el impacto del clima extremo en EE.UU.
Fenómenos meteorológicos extremos dejan al menos 39 muertos y afectan múltiples estados.
El azote del clima extremo en Estados Unidos
Una tormenta severa arrasó el sureste de Estados Unidos el lunes, desatando tormentas eléctricas, granizadas, ráfagas de viento destructivas y la posibilidad de tornados. Este evento climático extremo es solo la continuación de un sistema de tormentas que, en días previos, generó tornados violentos, tormentas de polvo cegadoras e incendios forestales de rápida propagación, dejando al menos 39 muertos en el sur y el medio oeste inferior.
Alertas y previsiones meteorológicas
Los meteorólogos advirtieron sobre vientos peligrosos desde Florida hasta Nueva Jersey, con intensas lluvias previstas para Nueva York y Nueva Inglaterra. Una alerta de tornado estuvo en vigencia hasta las primeras horas del lunes en una vasta región de Carolina del Norte y Virginia, con ráfagas de viento que podrían alcanzar hasta 112 km/h y granizo del tamaño de pelotas de ping pong, según el Servicio Meteorológico Nacional en Blacksburg, Virginia.
El fenómeno climático fue catalogado como de “alto riesgo”, una designación poco frecuente. Sin embargo, los expertos señalaron que no es inusual observar este tipo de extremos climáticos en el mes de marzo.
Tornados en Mississippi y Missouri
En Tylertown, Mississippi, los tornados partieron árboles por la mitad y destruyeron vecindarios enteros. Se confirmaron seis muertes y más de 200 personas fueron desplazadas, informó el gobernador Tate Reeves.
En Missouri, Dakota Henderson relató el trágico hallazgo de cinco cuerpos entre los escombros de la casa de su tía tras el paso de un tornado. En el condado de Butler, el forense Jim Akers describió un hogar completamente destruido: “El suelo estaba boca abajo... caminábamos sobre las paredes.” El estado registró al menos doce muertes debido a tornados.
Incendios forestales y tormentas de polvo
Los incendios forestales impulsados por el viento causaron daños extensos en Texas y Oklahoma, y las autoridades advirtieron que ambas entidades enfrentarán un mayor riesgo de incendios en los próximos días. En Oklahoma se reportaron más de 130 incendios, con casi 400 viviendas dañadas o destruidas.
En Kansas, ocho personas murieron en un choque múltiple en la carretera durante una tormenta de polvo que redujo drásticamente la visibilidad. En Amarillo, Texas, otras tres personas fallecieron en accidentes vehiculares relacionados con estas condiciones climáticas.
Respuesta gubernamental y apoyo a damnificados
El gobierno federal ha estado monitoreando la situación y ha desplegado la Guardia Nacional en Arkansas, donde se confirmaron tres fallecidos. Las autoridades locales continúan con las labores de búsqueda y rescate, mientras que albergues temporales han sido habilitados en varias zonas afectadas.
La devastación causada por esta serie de eventos climáticos pone de relieve la creciente intensidad de los fenómenos meteorológicos en Estados Unidos, impulsados en parte por el cambio climático. La restauración de las comunidades afectadas tomará tiempo, y la amenaza de futuras tormentas sigue latente.