Estados Unidos ataca a los hutíes en Yemen: ¿Estrategia efectiva o escalada peligrosa?
Las recientes órdenes de Donald Trump para atacar a los rebeldes hutíes generan tensiones en Medio Oriente y plantean interrogantes sobre su impacto en la seguridad global.
El conflicto en el Mar Rojo y la amenaza a la navegación global
Desde el inicio de la guerra en Gaza entre Hamás e Israel en octubre de 2023, los rebeldes hutíes de Yemen han lanzado múltiples ataques contra barcos comerciales y militares en el Mar Rojo. Alegan que estas acciones son en solidaridad con los palestinos, pero muchas de las embarcaciones atacadas no tenían relación directa con el conflicto. Esta amenaza a una de las rutas comerciales más importantes del mundo ha generado una respuesta internacional.
Entre octubre de 2023 y enero de 2024, los hutíes atacaron más de 100 barcos mercantes con misiles y drones, hundieron dos embarcaciones y mataron a cuatro marinos. Si bien la tregua en Gaza frenó momentáneamente los ataques, los hutíes declararon recientemente que retomarán las agresiones contra “cualquier barco israelí”.
El papel de Estados Unidos y la respuesta de Trump
El presidente Donald Trump anunció los ataques aéreos de Estados Unidos contra objetivos hutíes en Yemen, argumentando que estas acciones buscan proteger la seguridad de la navegación y los intereses estadounidenses. En su declaración en redes sociales, Trump aseguró que las agresiones hutíes “han costado a la economía mundial miles de millones de dólares” y pone en peligro vidas inocentes.
Las operaciones fueron llevadas a cabo por el USS Harry S. Truman y otros buques de la Marina estadounidense desplegados en la región. Washington había lanzado ataques previos bajo la administración Biden, pero la operación actual fue ejecutada únicamente por Estados Unidos, sin coordinación aparente con el Reino Unido o Israel.
El impacto en la relación entre Estados Unidos e Irán
Irán ha sido un aliado clave de los hutíes, al igual que de otras milicias en Medio Oriente, como Hezbolá y Hamás. Trump ha enfatizado que responsabilizará a Irán por los ataques hutíes e impuso nuevas sanciones contra el régimen de Teherán.
Washington reinstauró recientemente la designación de los hutíes como organización terrorista, lo que implica sanciones y restricciones económicas para cualquiera que les brinde apoyo. Esta medida, junto con los bombardeos, busca presionar a Irán, pero también podría incrementar la tensión en la región.
El riesgo de una escalada bélica
El historial de ataques entre Estados Unidos y actores respaldados por Irán muestra un patrón peligroso de recrudecimiento del conflicto. En 2020, el asesinato del general iraní Qasem Soleimani a manos de EE.UU. provocó represalias iraníes y aumentó las tensiones en el Golfo Pérsico.
Analistas advierten que los recientes ataques podrían desencadenar una respuesta más agresiva de los hutíes y sus aliados en Medio Oriente. Esto podría traducirse en más ataques a barcos occidentales o incluso acciones contra bases estadounidenses en la región.
¿Estrategia acertada o error de cálculo?
Si bien Washington argumenta que los bombardeos buscan restaurar la seguridad en el Mar Rojo, la realidad es que podrían aumentar la violencia en una región ya convulsionada. Una estrategia de disuasión efectiva requiere coordinación con aliados y un enfoque claro para evitar una escalada bélica.
Por otro lado, Trump ha manifestado su intención de negociar con Irán sobre su programa nuclear, aunque sus recientes movimientos parecen alejar esta posibilidad. La comunidad internacional observa atentamente los acontecimientos, mientras los hutíes evalúan su próxima jugada.